Capítulo 60.- Cena romántica.
Lo
contemplé con una sonrisa mientras bajaba las escaleras. Se había puesto un
bonito traje negro, incluso llevaba corbata, y su habitual flequillo iba hacia
atrás, aunque no había conseguido fijarlo del todo y caía hacia delante una
parte.
-Siento
llegar tan tarde- dijo echándose el pelo hacia atrás con un leve movimiento de
mano, como echándole la culpa a ello.- Wow, estás….- empezó a decir caundo me
vio, pero Danny no le dejó continuar.
-Os vais
fuera y hacéis todo lo que queráis, pero aquí dentro nada- dijo dándome su mano
como apoyo para levantarme, y en cuanto estuve de pie fui hasta Dougie, que me
cogió de la mano, ya no era tan alto, ahora no era mucho más alto que yo.
-Cogió las
llaves del coche y salimos a la calle, donde se encontraba su coche listo,
aunque en cuanto cerró la puerta a nuestras espaldas nos paramos. Me hizo dar
una vuelta para observarme mejor.
-Wow, estás
increíble. Ahora sí podía decirlo- se acercó a mí y me dio un ligero beso.
-Tú
también, nunca te había visto de traje, ¿para esto era para lo que necesitabas
a Gio?- pregunté agarrando su corbata.
-Sí, de
momento no sé hacer los nudos, siempre que los he necesitado ha venido Gio,
además, tenía que estar elegante para ti.
-Sabes que
no hace falta, además hay algo que falla.
-¿El qué?-
preguntó preocupado.
-Esto- dije
revolviéndole el flequillo y él me miró con una sonrisa-.Me gusta más así.
-Oh venga,
me había costado una eternidad ponerlo así- dijo poniendo voz de chica.
-¿Dónde
tienes pensado llevarme?- pregunté cogiendo su mano, entrelazándola con la mía.
-Es una
sorpresa, pero vamos en mi coche, aunque tengo ganas de verte conducir, pero
como he dicho, es una sorpresa.
-A lo mejor
colaba y me lo decías, aunque con estar contigo me vale.
-Eso te ha
quedado muy bonito- dijo abriéndome la puerta del coche.
-Porque es
lo que pienso, me has dejado sola y mira lo que me han hecho.
-Dejarte
preciosa- dijo arrancando el coche hacia el lugar misterioso. Siempre era un
misterio con Dougie.
-Pues
disfruta porque no durará mucho más.
Tras un
rato en coche llegamos a un restaurante español, o eso parecía. Era un
restaurante poco común por allí, pero Dougie me llevó porque sabía lo que me
gustaba la comida española, o al menos ese parecía el motivo aparente.
-¿Un
restaurante español?- pregunté cuando bajamos del coche.
-¿Cómo lo
has sabido?
Yo
simplemente señalé el letrero que colgaba en la entrada “El español. No era un
título muy original, además, aquella Ñ delataba su procedencia, cualquiera lo
habría sabido.
-Oh cierto,
se me olvidaba que sabes español.
-¿Y cuál es
el motivo de que me traigas aquí?
-Que no
quiero que vuelvas a España.
-¿Y qué te
hace pensar que lo voy a hacer?
Se reservó
la respuesta para cuando estuvimos dentro y nos dieron nuestra mesa, mientras
miraba la carta.
-Que te
asustes por cualquier cosa y crees que lo mejor es huir.
-¿Crees que
me asusté la última vez que fui a España?
-Creo que
tenías miedo, y no quiero que la próxima vez que eso ocurra te vayas, porque yo
estaré aquí- dijo cogiendo mi mano.
-No te
preocupes, no me iré.
-Bueno,
dejemos este tema, ¿qué crees que es lo mejor para comer aquí?
-Surtido de
Ibéricos y tortilla de patatas, yo quiero eso.
Dougie
llamó al camarero al que pidió lo que yo quería y escogió lo mismo para él. Una
vez lo trajeron a la mesa empezamos a comer y al parecer, a Dougie le encantaba
aquella comida, y para mí era la comida perfecta. No es que fuera un
restaurante con mucha gente, pero la gente que solía visitarlo o bien iba muy
arreglada porque les emocionaba probar cosas nuevas o bien eran españoles como
yo que echaban de menos la comida de España, aunque dado mi vestuario parecía
de los primeros, que abundaban el local. No sabía que había costado la comida
típica de bar español, ya que, según Dougie, era otro de mis regalos de
cumpleaños, pero era un buen sitio para comer.
Salimos del
restaurante y volvimos hacia el coche, de camino a casa de Tom de nuevo, o eso
suponía.
-Todavía
tengo que darte un regalo- me anunció.
-Dougie, el
coche ya es demasiado, no…
-El coche
es un regalo de los demás, yo todavía no te he dado el mío.
-Te dije
que no quería nada.
-Y yo que
no te haría caso- dijo con una sonrisa antes de bajar del coche, aparcado
exactamente en el mismo lugar en el que lo había cogido antes, pero cuando bajé
me tapó los ojos con un pañuelo.
-¿Qué haces?
¿No vamos a casa de Tom?
-Te he
dicho que queda un regalo, y no me apetece que lo veas antes de tiempo- dijo
guiándome-. Además es un camino muy corto.
Y tan
corto, en cinco minutos a lo mucho Dougie abrió una puerta y me quitó la venda.
Nos encontrábamos
en una casa, concretamente en el salón, en el que había una enorme pancarta en
la que ponía “Bienvenidos”. A parte de eso solo había un amplio sofá y una
televisión en la estancia, que era muy parecida a la casa de Tom. No podía ser
lo que estaba pensando, pero Dougie lo confirmó.
-Bienvenida
a nuestra nueva casa- me susurró al oído-. ¿Quieres ver el resto?- me preguntó
y yo solo pude asentir.
El cogió mi
mano y me guió hasta las diferentes salas de la casa, que estaban sin muchos
muebles, solo había una cama en cada habitación, que en total había tres, más
una habitación que únicamente tenía un precioso piano. Tras verla entera, yo
sin decir una palabra y él explicando para que sería cada habitación, volvimos
a la primera sala, la de la pancarta, el salón.
-¿Te gusta?
No tiene muchos muebles pero he pensado que podíamos comprarlos juntos y…
Le
interrumpí con un beso apasionado, que él siguió encantado, como siempre hacía,
seguía lo que yo empezaba pero nunca pretendía llegar más lejos. Yo tenía mis
manos en su cuelo y él fue bajando sus manos hasta mi cintura, y así estuvimos
durante un buen rato en el que decidí quitarle la ya tan innecesaria corbata,
que cayó al suelo junto a la chaqueta que él mismo se había quitado. Intentaba
mantener el poco autocontrol que le quedaba, pero enseguida lo perdió, en
cuanto bajé la cremallera que había en el lateral de mi vestido, hecho que hizo
que él bajara el vestido completamente con manos temblorosas, lo que provocó
que me quedase únicamente con la parte inferior de mi ropa interior, ya que
aquel vestido no admitía sujetador. Fui desabrochando los pequeños botones de
su camisa blanca que cayó al suelo justo cuando me cogía a peso para llevarme
al sofá, que era lo más cercano. Me quitó delicadamente los zapatos y las
medias sin dejar de mirarme, como si en algún momento fuera a ponerme a llorar
y me echase atrás, pero yo me centré en el consejo de Miriam, solo centrarme en
Dougie, así que cuando acabó con mis piernas y volvió a besarme desabroché su
cinturón para que sus pantalones cayeran al suelo. Ahora lo único que nos
separaba era la ropa interior que nos quedaba.
Dougie
acariciaba mis pechos, algo que siempre me había excitado y él lo sabía
perfectamente, con esa intención lo hacía, con la de que me dejase llevar y no
pensase en nada más, y lo estaba consiguiendo con sus caricias y besos por cada
parte libre de mi cuerpo.
Ambos
acabamos definitivamente sin ropa, completamente desnudos, pero antes de hacer
nada, me miró, preguntando con aquella mirada lo que no quería formular en voz
alta por miedo de que me echase atrás, y la pregunta era si estaba realmente
preparada, a la que respondí besándolo. Él entrelazó su lengua con la mía y se
colocó para entrar en mí.
Fue
delicado, perfecto, y no recordé nada sobre las pesadillas en ese tiempo. Puede
que ya lo hubiera superado o que Dougie me lo hiciese olvidar, pero estaba
segura de que tenía que enterrar aquello, a Jerry y a todo lo que había pasado
por su culpa para centrarme en mi presente, y ese era Dougie.
-No has
recordado nada- dijo cuando acabamos.
Ambos
estábamos en el sofá, yo tumbada encima de Dougie, que acariciaba mi pelo,
pasatiempo que a él le encantaba y a mí me relajaba muchísimo.
-Porque
sabía que tú no eras él, no me ibas a hacer daño.
-Claro que
no, te quiero demasiado- dijo dándome un delicado beso que prolongó e
intensificó-. ¿Quieres más?
-Cariño,
estoy cansada…
-Entonces
es mejor que descanses- dijo sin dejar de besarme-. Aunque… Estamos solos, no
nos van a interrumpir.
-No estoy
tan segura, Tom llamará.
-Pues que
llame.
Y ahí
comenzamos otra vez, a disfrutar de nuestra soledad.
¡Hola hola pequeñas cerezas! Aquí estoy yo subiendo un Juernes a petición de mi querida @McPiilar que mañana es su santo entonces subo hoy como regalo por su santo (porque mañana me es imposible subir).
Cosas a decir... Espero que os guste este cap, sé que a mi lagarta @CeliaGGH le va a gustar porque tiene serso, pero bueno, a mi la verdad es que no me convence últimamente nada de lo que escribo.
Espero que este cap os haga un poquito felices después de la IMPACTANTE noticia de hoy sobre nuestro pequeño pollito, la verdad es que hoy ha sido un día cargado de noticias y no puedo evitar comentarlo porque sigo impresionada.
Y por último, antes de despedirme... ¡COMENTARIOS! Que bajaron en el último cap y jo, estoy triste. ¡Que paséis un largo fin de semana! @DearWeirdMaria se despide. Bye lovers.