martes, 30 de julio de 2013

The Heart Never Lies Capítulo 76

Capítulo 76.- El tiempo avanza.

Los meses pasaban veloces ante mí sin darme cuenta y esto, probablemente, fuera de la tremenda felicidad que sentía. Los chicos estaban allí y, como Dougie había dicho, no tenían pensado irse. Esto era por Dougie y por Tom, al que no le apetecía dejar a Gio y a Marty ahora.
El pequeño Marty iba camino de ser el niño más mimado de todo Londres. Todos íba,ps a casa de Tom cada día para verle y la verdad es que estaba todo el día de los brazos de uno a los de otro. Con tan solo cuatro meses se había ganado el corazón de todos.
Me habían dado la baja en el trabajo hacía más de un mes debido a mi avanzado estado y las numerosas falsas alarmas que ya había empezado a ignorar. Dougie estaba muy atento a todo y no dejaba que estuviera sola nunca.
Estábamos todos en casa de Tom. Gio y yo jugábamos con Marty mientras los chicos se encontraban arriba discutiendo sobre algo relacionado con el grupo. Yo estaba tirando una pelotita a Marty, que estaba en el suelo con Gio, y la recogía riéndose. Dougie me había prácticamente obligado a que permaneciera en el sofá reposando. Eso no impidió que los dolores comenzaran. Eran mucho más intensos que las falsas alarmas pero decidí aguantarlos. O al menos lo intenté. Se me debía de notar en la cara que sufría.
-Ashley, ¿estás bien?
-Sí Gio, estoy… Bien. Es solo que se mueve mucho- dije como pude, intentando poner una sonrisa.
-Ash, ¿estás segura de que es una falsa alarma?
-No sé cómo puedo estar segura de eso- dije, pero enseguida el dolor volvió y un líquido bajó por mis piernas.
-No es una falsa alarma- dijo señalándolo y subió las escaleras de dos en dos para avisar al resto. Enseguida el Dougie más preocupado que había visto nunca bajó, con Tom y Gio detrás.
-Ashley cariño, tranquila, ¿vale?- dijo cogiendo mi mano y mirándome a los ojos. Yo asentí como pude mientras Tom salía a toda prisa y Gio cogía a Marty.
-Tengo miedo- le susurré.
-Lo sé, yo también lo tengo- replicó y puso una sonrisa nerviosa.
Gio estaba asomada a la puerta para ver cuando Tom llegaba con el coche. En cuanto lo hizo, Dougie me cogió en volandas con sumo cuidado y salimos de casa a toda prisa. La puerta trasera estaba abierta y Dougie me depositó con cuidado. Después se dio la vuelta y se sentó a mi lado, cogiendo mi mano.
-Dougie, coloca a Marty en la sillita- dijo Gio tendiéndole al pequeño.
-Ven aquí campeón- dijo Dougie cogiendo al pequeño con cuidado y abrochándole el cinturón-. Tía Ashley va a tener un bebé así que no des mucha guerra- le susurró. Tras esto sacó su móvil del bolsillo para llamar a los demás, supuse.
Estaba nervioso, se lo notaba. Yo intentaba controlar la respiración y aguantar los dolores, que no cesaban.
-Harry, Ashley está de parto. Llama tú a Danny, vamos al hospital.
Colgó y volvió a mirarme, intentando distraerme para que no me centrase tanto en el dolor. Sabía que no le gustaba verme sufrir.
-¿Ya tienes nombre por si es niño?- me preguntó
Cuando tuvimos la oportunidad de saberlo decidimos dejarlo en duda para cuando naciera. Ambos habíamos acordado encargarnos él de los de niña y yo de los de niño. Asentí y él esperó mi respuesta.
-Dougie no valía, ¿no?
-No, no valía, si tú no me dejabas Ashley- suspiré, era un testarudo, pero era mi testarudo.
-Lee- supe que iba a replicar así que me adelanté-. No es tu primer nombre, no dijiste nada del segundo.
-Dije el nombre completo así que no vale Lee.
-Vale, no es Lee. Tom.
-¿Tom?- pareció quedarse pensativo pero comprendió que el causante de que le conociera era Tom, mi hijo tenía que llamarse así.
-Ese está mejor. Aunque creo que al final acabaremos confundiendo a los dos si es niño- sonreí ante aquello como pude, porque el dolor no cesaba.
-¿Y tú de chica?- pregunté.
-Saturday, hoy es sábado.
-¿En serio Dougie? ¿Saturday?- el nombre me recordó al grupo al que pertenecía su ex, Frankie, y me produjo escalofríos al recordar todo lo ocurrido.
-Era broma, he escogido Joanna.
-Joanna, me gusta- dije con una sonrisa.
Llegamos al hospital y Dougie me sacó del coche corriendo. Nada más llegar me pusieron en una silla de ruedas. Con Dougie sin soltar mi mano ni un momento fuimos hacia la sala de partos en la cual me prepararon y me pincharon, cosa que odiaba.
-Bien, empuje y respire- me dijo la doctora, y eso hice yo.
Agarré la mano de Dougie con toda mi fuerza y empujé, dejando mis fuerzas en ello. Esto se repitió un montón de veces más, dejándome completamente exhausta. Ya no me quedaban fuerzas para más, pero el bebé, según la enfermera, estaba saliendo.
-Venga, un último esfuerzo. Lo está haciendo muy bien, la cabecita está saliendo.
Llevaba más de media hora intentándolo y no podía más. Tras un descanso en el cual Dougie no paró de animarme, volví a empujar. Al rato parecía que había avanzado.
-Ya está la cabeza, vamos, un último esfuerzo.
Estaba muy cansada y mareada. Tenía la sensación de que caería antes de tenerlo. Dejé mis últimas fuerzas, sacadas de no sabía dónde, en aquel último empujón tras el que lo sentí fuera. La doctora lo colocó en una toalla y le cortó el cordón umbilical.
-¡Es una niña! Enhorabuena – dijo la doctora.
-Joanna- susurramos Dougie y yo a la vez.
-Lo has hecho muy bien cariño, muy muy bien- dijo y me dio un ligero beso en los labios.
No podía más, el mareo se iba apoderando de mí, así que , antes incluso de tener a Joanna entre mis brazos, caí dormida.
Recuperé la consciencia al cabo de no sé cuánto tiempo. Escuché un llanto de bebé. Podía haber sido Marty, pero yo sabía que no era él.
-Vamos Dougie, cálmala - dijo alguien a quien reconocí como Tom.
- No sé cómo hacerlo Tom.
-¿Sabes cuidar de tus lagartos y no de tu propia hija?=
-No es lo mismo.
-A tus lagartos los coges y te los pones en el pecho, ¿no? A ella la tienes que coger en brazos y acunarla. Pero no la sueltes.
-Shh pequeña, calma…
Al poco rato supe que la niña se había calmado y abrí los ojos, intentando adaptarme a aquella luz. Estaba en una habitación de hospital y todos estaban allí, mirando a Dougie, que sostenía a Joanna y la balanceaba.
-Es tan guapa como su madre
Yo sonreí ligeramente al verlos. La verdad es que todavía no había visto a mi hija. Todos me miraron con su comentario y descubrieron que estaba despierta. Dougie también lo hizo y sonrió al verme.
-Pensaba que no despertarías nunca- dijo acercándose a mí con la niña.
-¿Cuánto he estado… inconsciente?
-Un par de horas. El médico dice que vas a tener que descansar. Has hecho un gran esfuerzo, pero Joanna quería verte y supongo que tú a ella.
Asentí. Dougie, con mucho cuidado depositó a Joanna en mis brazos. La miré. Era preciosa, se parecía a mí, podía verlo, pero también era muy parecida a Dougie y eso se notaba en aquellos ojos azul verdoso de su padre con los que me miraba. Con una de sus manitas cogió un mechón de mi pelo y empezó a retorcerlo.
-Es preciosa…
-Como tú, se parece mucho a ti.
-Y a ti, tiene tus ojos.
-¿Os digo en lo que se parece a vosotros? En que es igual de enana.
-Jones, te arrepentirás de haberte metido con mi pequeña. Creo que quieres otro cubo de agua.
-No gracias.
-Lo suponía, en el fondo lo que quieres es ser el centro de atención.
-Si no, no se siente querido- dijo Tom.
-Por eso estoy con vosotros. Os eclipso, reconocedlo.
Ignoré a Danny y volví a Joanna, que encajaba perfectamente entre mis brazos, tan chiquitita y tan delicada.
Empezó a llorar y supe que lo que tenía era hambre. La verdad, no me apetecía que unos salidos como Danny y Harry me vieran darla de mamar.
-Creo que tiene hambre.
-Vale chicos, fuera todos. Dougie, tú puedes quedarte- dijo Gio, quitándome el trabajo de echarlos de la sala de encima.
-Oh vamos, ahora que se va a ver una teta…
Geo le dio un manotazo a Danny por aquello.
-Claro, pero es mi teta. Yo decido a quién quiero enseñársela.
-¿Y yo no estoy entre ellas?
-Por supuesto que no.
-Danny, fuera. Las tetas de mi futura esposa las veo yo.
Sonreí a Dougie mientras intentaba calmar a Joanna.
-Bueno, se va haciendo tarde, mejor nos vamos. Os dejamos descansar y mañana volvemos- dijo Miriam con una sonrisa y todos salieron menos Gio. La detuve antes de que saliera.
-Gio. ¿Cómo lo hago?
-Tan sólo acércala, ella ya sabe- sonrió y se fue.
Yo la acerqué a mi pecho y ella comenzó a mamar. Cuando estuvo llena se quedó dormida en mis brazos y yo sonreí al verla tan tranquila.
-¿Ahora puedo yo? ¡Yo quiero mamar!
-Tonto…

Los ojos se me iban cerrando poco a poco por el cansancio y Dougie, notándolo, me quitó a Joanna de los brazos para depositarla en la cuna.  Después se acercó a mí, hizo que me tumbara y me arropó. Susurró un “descansa cariño” y me besó la frente antes de que yo me quedase dormida.

¡Hola lagartos! ¿Qué tal va todo después del bombazo de la noticia del compromiso del pecoso?Yo, a día de hoy, todavía sigo sin creerme que el pecoso se vaya a casar, pero bueno eso es caso aparte. La noticia de la boda de Danny me dio ganas para copiar así que el viernes me puse pasar el capítulo, y hubieseis tenido capítulo el vieres si no hubiese sido tan lenta, pero bueno, Always better late than never. 
Un día más vuelvo con, esta vez, el antepenúltimo capítulo de esta historia, es decir, quedan dos capítulos y esto se acaba (sí, soy muy pesada pero os hago una cuenta atrás con cada capítulo)
Sé que alguna estaba esperando ver ya a Doug con un bebé, así que aquí tenéis. El parto está contado desde mi experiencia viendo películas de embarazadas/románticas, así que si hay alguna semejanza con la vida real es pura coincidencia (?)
No tengo mucho más que decir, tan sólo que aún no tengo el epílogo terminado así que puede que ese capítulo tarde más en subirle (aunque no creo que sea mucho).
Antes de finalizar, quiero COMENTARIOS, que son GRATIS, Y LAS COSAS GRATIS MOLAN. Los leo y comento todos, ya sabéis. Sin más dilación @DearWeirdMaria se despide hasta el penúltimo capítulo de este fic. Love ya <3

miércoles, 24 de julio de 2013

The Heart Never Lies Capítulo 75.

Capítulo 75.- Conociendo a Marty.

Tom nos conducía a todos a la habitación de Gio y del pequeño Marty. Mi humor había mejorado desde que tenía a Dougie a mi lado. Ninguno de los dos teníamos la intención de separarnos, por eso, aunque fuese mínimo, manteníamos un punto de contacto que, de camino a la habitación eran nuestras manos.
Llegamos a una habitación idéntica a todas las que había visitado en aquel hospital pero con el añadido de una pequeña cuna. Gio estaba en la cama, aparentemente exhausta, con algo entre sus brazos. Tom se acercó a ellos y nosotros hicimos lo mismo lentamente.
-Chicos, os presento a Marty.
El pequeño que nos miraba a todos con sus ojos marrones era muy parecido a Tom, tanto en sus ojos como en la forma de las mejillas, pero también se parecía a Gio.
-Es tan… Tan pequeñito...- susurré.
-Se perece a ti Tom- dijo Geo.
-Pero no tiene tu barbilla, eso no- si uno de los chicos no decía nada sobre eso las cosas no iban bien.
-Es una pena- dijo Gio.
-Que va cariño, así los chicos no se meterán con él como lo hacen conmigo.
-No creo que sean tan crueles.
-¿Qué no? Espérate a que crezca un poco, ellos son así- dijo mirando a Dougie.
-Pues yo no permitiré que se metan con nuestro bebé- replicó Dougie, apretando con más fuerza mi mano. Yo sonreí.
Después de pasar la tarde entera allí observando al pequeño Marty, cuando se hizo demasiado tarde, Dougie, que ya sabía lo cansada que me encontraba, decidió que era el momento de irse a casa.
-Estás cansada, ¿verdad?- me preguntó mientras conducía camino a casa mi coche.
-Ha sido un día difícil.
-Y apenas has dormido la última semana.
Suspiré. La verdad es que el tema de dormir poco por las pesadillas me incomodaba bastante. Todos decían que era por el embarazo, y no quería que Dougie me viera otra vez así. Llegamos a casa y subimos a la habitación en la que, como cada noche, busqué mi pijama y pasé al baño a cambiarme. La verdad es que en casa de Gio tenía sólo un pijama y poca ropa más ya que solía pasar por casa todos los días. Después de hacerme una coleta alta me contemplé en el espejo de perfil, acariciando mi tripa. Era obvio que el embarazo iba en aumento, y tanto. Intentaba ocultarlo con camisas anchas aunque sin mucho éxito. Dougie entró en ese momento en el que me observaba y sonrió al verme antes de rodearme con sus brazos.
-¿Qué hacías?
-Pues… Que no sé como ocultar esto, cada vez estoy más gorda. Crece muy rápido.
-¿Por qué ibas a ocultarlo? Yo creo que te queda más que bien y que estás más guapa que nunca.
Eso me hizo sonreír. Mi opinión hacia mí misma era toda la contraria, me veía gorda y no esperaba gustar a nadie.
-La prensa y esas cosas.
-La prensa lo sabe ya de sobra así que no es por eso.
-Es que…
Vio mi expresión y supo que pasaba, así que cogió mi cara con ambas manos y me besó lentamente.
-Mira que eres tonta. No quiero que lo ocultes porque ya te he dicho que estás preciosa y que te sienta genial, ¿entendido?
Hice un rápido asentimiento y, cogiendo mi mano, me condujo a la cama. Como cada noche me tumbé hecha un ovillo. Era un hábito que había tomado desde la ausencia de Dougie, cuando comenzaron las pesadillas y pensaba que era la mejor forma de protegernos.
Dougie, después de quedarse con su pijama habitual vino a mi lado y deshizo mi ovillo con suavidad.
-¿No estarás más cómoda así? ¿Duermes siempre así?
-Desde que te fuiste y comenzaron las pesadillas.
-Bueno, ya estoy yo aquí. No te va a pasar nada, no te preocupes- dijo mientras me envolvía con sus brazos, entre los que no tardé en dormirme profundamente.
No hubo pesadillas, tan solo descansé. Dormí de verdad después de mucho tiempo y por eso no me importó la hora que fuera cuando desperté, con Dougie aún a mi lado, abrazándome. Me apreté más contra él y abrí los ojos. Él ya estaba despierto, y desde hace mucho.
-Buenos días- susurré.
-Buenos días, ¿has dormido bien?
-Mejor que bien, he dormido sin pesadillas.
-Ya me he dado cuenta. ¿Estás de mejor humor?
-Sí, me hacías falta.
-No me volveré a ir hasta que nazca el bebé. No voy a dejarte sola, ha sido una mala idea.
Me gustaría haber podido decirle que no, que se fuera si lo veía necesario, que estaría bien, pero la verdad es que no podía. Sabía que le necesitaba más que nunca y era tan egoísta que no podía ni quería que se fuera. Le quería a mi lado.
Llamaron al timbre y Dougie rápidamente saltó  de la cama y bajó a abrir. Yo tardé un poco más y, cuando llegué abajo me encontré a Dougie con la compañía de Danny, Harry y un montón de equipaje.
-¡Enferma!
-¡Enana!
Vinieron corriendo a abrazarme y yo les devolví el abrazo con una sonrisa.
-¿Qué tal el bebé?- preguntó Harry-. Dougie no paraba de insistir en que tenía que venir a veros, no sabes que viaje nos ha dado con eso. Cuando llamaste a Tom con tanta urgencia vio su oportunidad para venir con él. Pero que conste que vino solo por el bebé.
-Pero que majos. Gracias por dejarle venir.
-Si no llego a venir seguramente la hubiese dado un ataque de ansiedad.
-No seas exagerado.
-No exagero, nunca te había visto tan nerviosa. Casi me pegas.
-¿Casi? La única persona que puede pegar a Dougie con justificación…. ¿Y no lo haces? Oh venga- se quejó Danny.
-No seáis tontos, nunca te hubiese pegado y lo sabes.
-Claro que lo sé cariño. ¿Tienes hambre?- me preguntó.
-¡Yo sí!
-¡Y yo!
Puso los ojos en blanco y tras un asentimiento por mi parte fue a preparar el desayuno. Tras desayunar tranquilamente fuimos al hospital para ver al resto y al bebé de Gio.
Danny y Harry aún no habáin visto ni a Geo ni a Miriam, así que cuando las encontraron en el hospital no dudaron en ir a abrazar y besar.
Al entrar en la habitación pudimos contemplar a Gio mirando con adoración a Tom, que sostenía entre sus brazos al pequeño Marty, acunándolo.
-¿Qué tal vas papá?
Él no nos vio hasta que yo susurré aquello. Estaba demasiado absorto en ver como el pequeño Marty agarraba con sus manitas su dedo.
-Gio estaba dormida y él se ha puesto a llorar así que he tenido que calmarlo. Parece que lo he conseguido.
-Aún así me ha despertado, pero lo has hecho muy bien.
-¿Qué tal estás Gio?
-Mejor, ya he descansado. Tom nos está cuidando mucho.
Todos sonreímos. La verdad es que ver a Tom y a Gio con un bebñe era algo que una se acostumbraba a ver fácilmente. Se les veía cómodos con ello, sin embargo, yo no estaba preparada.
-¿Quieres cogerlo, Ash?
-¿En serio? No sé sí….
-Venga, peor que yo no lo harás, y ya te queda poco para coger a tu hijo.
Tom, con mucho cuidado, me tendió a Marty. Era muy pequeñito y me miraba con aquellos ojos que tanto me recordaban a su padre agitando sus manitas. El parecido con Tom era más que obvio cuando se le veía tan de cerca. Contemplé lo chiquitito que era y lo bien que encajaba en mis brazos. En ese momento pensé que sí podía estar preparada.
Dougie se había colocado enfrente de Marty, que ahora le miraba fijamente. Había empezado a ponerle acara raras y esto hizo que el pequeño empezara a reír. Gio y Tom parecía que no lo habían visto reír antes y miraban maravillados, riendo ellos también con él.

Era un momento feliz, no había motivo para estar triste. El pequeño Marty había hecho que estuviésemos todos unidos y felices. Puede que yo tuviera miedo con respecto a mi bebé pero sabía con certeza que cuando lo tuviese entre mis brazos todo pasaría porque no había razón para el miedo en algo tan bonito como aquello.

¡Hola lagartos lectores! Un día más estoy aquí con una de las últimas (me da mucha pena decir esto) entregas de este fic. Mi intención era haber subido ayer pero no me dio tiempo ya que dediqué una hora libre a otros asuntos que no merece la pena contar en este fic.
Espero que este cap os guste aunque bueno, no pasa nada como de costumbre, pero os puede gustar. 
Tengo poco más que decir pero....  ¡3 CAPÍTULOS Y ESTO SE ACABA! Me resulta tan raro de asimilar que no tengo ni terminado el epílogo así que un día de estos me toca ponerme a terminarlo para subirlo y dar fin a este fic.
¡COMENTAD POR FAVOR, LOS COMENTARIOS ME HACEN FELIZ! Ya sabéis que los respondo todos y bueno, me encanta leerlos, así que ya sabéis que tenéis que hacer.
Sin más dilación, @DearWeirdMaria se despide. Love ya <3

martes, 16 de julio de 2013

The Heart Never Lies Capítulo 74

Capítulo 74.- Gran noticia.

Nuestras vacaciones dieron su fin y con ello comenzó la vuelta a la rutina. Los meses pasaban increíblemente rápido, aunque eso tenía mucho que ver con que los chicos seguían con nosotras.
Llegó diciembre y los chicos, a pesar del avanzado embarazo de Gio, tuvieron que irse un mes para hacer cosas del grupo. Dado nuestro estado ni a Tom ni a Dougie les hacía gracia dejarnos, e insistían en aplazarlo, pero nosotras les convencimos para que fueran. Sabíamos lo importante que era el grupo.
La verdad es que ese mes fue el peor, nunca pensé que uno de sus viajes me pudiera sentar tan mal. Lloraba más que nunca, cada día de hecho. Intentaba que Dougie no notara nada en cada una de sus llamadas diarias, pero la verdad es que le necesitaba más que nunca. Gio decía que era por el embarazo, que a ella también le pasaba, pero yo pensaba que a mí me estaba afectado más que a ella, y lo sabía.
Las pesadillas además habían vuelto, por lo que no dormía adecuadamente. A causa de esto, cada vez tenía peor humor y ya que Gio y yo vivíamos juntas, lo pagaba con ella. Las chicas no vivían con nosotras aunque pasaban todo el tiempo posible en casa, y eso hacía que Gio y yo estuviéramos solas la mayor parte del tiempo.
Llevaba una semana sin dormir una noche seguida y eso se notaba en mi humor actual. Salí del trabajo, dejando a Miriam allí, ya que decía que debía adelantar unas cosas para la semana siguiente. Aparqué el coche y pasé a casa sin decir una palabra. Iba a subir las escaleras cuando oí voces desde el salón.
-¿Gio?- pregunté nerviosa. ¿Habría pasado algo? Al llegar al salón vi a Gio tumbada en el sofá agarrándose la tripa y respirando rápidamente- ¡Gio! ¿Estás bien?
-El bebé, ya viene- dijo con dificultad mientras señalaba el suelo mojado. Había roto aguas.
Me puse nerviosa. Gio no se tendría que haber puesto de parto hasta la semana que viene como mínimo. Estábamos solas, así que tenía que llevarla al hospital yo. Tenía que llamar a Tom.
-Vamos Gio, tenemos que ir al hospital, el coche está en la puerta, ¿puedes llegar?
-Creo que… sí.
La ayudé a incorporarse y, con mucho esfuerzo, llegamos al coche donde puse rumbo rápidamente al hospital. Mientras conducía puse el manos libres y llamé a Tom.
-¿Ashley? ¿Estáis bien?
-Tom, Gio está de parto. Coge un avión o lo que sea pero ven aquí ya. Voy camino del hospital.
-¿Qué? Pero si no la tocaba todavía… ¿Puedes pasarme a Gio?
-Es evidente que se ha adelantado. Te está escuchando.
-Gio cariño, ¿estás bien?
-Sí- dijo débilmente.
-Escúchame, ¿vale? No estamos muy lejos, estaré allí enseguida. ¿Aguantará hasta que yo llegue?
-Espero que sí.
-Aguanta cariño. Te quiero- dijo antes de colgar.
-Vas a hacer caso a Tom, tranquila y respira, enseguida llegamos.
No tardamos mucho en llegar. Gio había roto aguas y Tom probablemente no llegara a tiempo, por muy cerca que estuviera. Nada más llegar pusieron a Gio en una silla de ruedas y se la llevaron dentro. Yo me quedé fuera dando vueltas de un lado a otro mientras llamaba a Geo y a Miriam, que vinieron a los pocos minutos.
-¡Ashley! ¿Y Gio?
-Dentro. No me han dejado pasar por si viene Tom
-Pero no van a llegar…
-Ellos dicen que están cerca.
Estaba de los nervios, cansada, con miedo a dormir y, por si fuera poco con todo esto encima, de mal humor, y Miriam lo notó.
-Ash, tranquilízate, por favor. No le viene bien al bebé.
-¡No puedo! Con todo lo que tenemos encima no puedo.
-Ash…
-¡No puedo!- la grité cada vez de peor manera.
El médico salió a los pocos minutos con noticias.
-¿Ya ha llegado el padre?
-No, está de camino, ¿ya ha nacido?
-No, todavía no. Ella quiere esperar a su marido y de momento intenta aguantar, pero tiene muchas ganas de salir, no aguantará mucho más. Cuando creamos que no puede más, si el padre no está aquí, llamaremos a alguna de ustedes.
Asentimos y el médico se fue. Estuvimos esperando media hora, tiempo en el que el médico no dijo nada y tras el cual Tom llegó corriendo con Dougie pisándole los talones.
-Chicas, me alegro de veros pero... ¿He llegado a tiempo? ¿Dónde está?
Todas señalamos la puerta tras la cual estaba Gio . Tom fue corriendo hacia allí.
Dougie vino hacia mí con una gran sonrisa pero yo no reaccioné de la manera que él esperaba porque ni si quiera lo esperaba yo. Descargué mi estrés en él que, para colmo, acababa de llegar y al cual echaba muchísimo de menos.
-Hola cariño.
-¿Cariño? Sois unos pedazo de estúpidos, los cuatro, no teníais que haberos ido cuando Gio podría tener al bebé en cualquier momento porque me he tenido que encargar yo sola de todo esto. ¿Qué pasa si Tom no llega? No hubiese visto a su hijo n….
No pude hablar más, silenció mi regañina con un beso. Pasada la rabia del momento y con sus labios sobre los míos me di cuenta de que hacía un mes que no le veía, un mes que no tenía la oportunidad de besarle. Teniendo en cuenta esto, me rendí ante su beso, respondiendo con la misma intensidad Poco importaba ya que las chicas estuviera allí esperando a que acabásemos para preguntar por el resto, nada importaba ya para mi salvo él allí. Cuando se iba a separar  ni siquiera se lo permití, me volví desesperada a él Nos separamos cuando yo me encontraba demasiado mareada por la falta de aire. Le abracé con fuerza mientras lloraba sobre su pecho sin saber por qué. Era una estúpida.
-Ashley cariño, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?
-No te preocupes Doug, lleva así desde que os fuisteis. Suponemos que es del embarazo pero le dan rachas. Te han tocado las peores, el enfado y la llorera.
Yo no dije nada porque sabía que era verdad. Dougie aún así, seguía teniendo la necesidad de consolarme.
-Shh… Tranquila, ¿vale? No llores, me mata verte así.
Poco a poco, mientras Dougie acariciaba mi pelo sentados en las duras sillas de la sala de espera, me fui calmando.
-Ay Dougie, lo bien que hubieras servido este mes, mejor que los calmantes.
-Calla, déjame.
-Llevo razón, lo sabes. Ya estás mucho más tranquila.
Ni si quiera presté atención. Me había hecho una bola y cerré los ojos, a punto de dormirme refugiada en Dougie. Caí dormida a los pocos minutos pero  un ligero cambio en mi postura me despertó, aunque mantuve los ojos cerrados esperando dormirme. Inconscientemente escuché su conversación.
-Está agotada, ¿ha dormido poco?
-Lo ha pasado bastante mal sin ti la verdad. El embarazo… Intentaba que no te dieras cuenta pero lloraba todos los días. Y bueno, su mal humor viene porque, según Gio, lleva una semana sin dormir bien. Han vuelto las pesadillas.
-Pobrecita…- volvió a acariciar mi pelo mientras lo decía-. No volveré a irme en lo que queda de embarazo.
-Va a ser lo mejor, no vaya a ser que pase como con Tom.
Tom, tenía que estar despierta cuando el bebé naciera así que, abrí los ojos. Comprendí por qué me había despertado. Dougie había deshecho mi ovillo y me acunaba en su regazo, con una mano sobre mi tripa, que ya empezaba a asomar.
-Lo siento, te hemos despertado. Vuelve a dormir.
-No, tengo que estar despierta cuando nazca.
-¿Qué tal va nuestro pequeño? ¿Te da muchos problemas?
-O pequeña, me gustaría saber que va a ser, quiero ponerle nombre. Te hemos echado mucho de menos, ¿verdad que sí?- pregunté mirando a mi tripa.
-Y yo a vosotros. ¿Qué quieres que sea?
-Tengo esperanza en que sea un niño, igual de guapo que tú.
-Pues yo quiero una niña como tú, preciosa.
Sonreí y me dio un pequeño beso.
-Dougie… ¿Y Harry y Danny?- preguntó Miriam.
-Se han quedado recogiendo, querían venir pero era mejor que se quedasen. Seguramente me hubieran dejado allí solo de no ser porque Tom les ha dicho que Ash me necesitaba.
-Y yo también necesito a Harry.
-No es lo mismo Miriam, ya lo has visto- dijo Geo
No pasó mucho tiempo más cuando un sonriente Tom salió. Todos nos pusimos de pie de inmediato, yo con la ayuda de Dougie.
-¿Qué tal están? ¿Y el bebé?
-Están bien, han ido a una habitación. Es un niño.
Todos sonreímos, un nuevo niño en la familia, el primero.
-¿Cómo se va a llamar?

-Marty- dijo con una gran sonrisa.

¡Hola lagartos! Después de unos cuantos días de mi último capítulo, una vez más, a pesar de calor sofocante que hay, vengo con otra entrega de este fic. Pido disculpas por posibles fallos ortográficos en lo que a letras se refiere, porque he tenido algún que otro problema con el teclado, que no me pone algunas letras. He intentado que todo esté lo mejor posible pero bueno, si hay algo mal escrito ya sabéis por qué es.
Bueno, lo digo en toooodas las entradas porque soy una cansina pero.... ¡4 CAPÍTULOS Y ESTO SE ACABA! Lo digo siempre porque me da pena y jo, que no me puedo creer que haya llegado a subir tantos caps de este fic. Parece que fue ayer cuando a penas tenía subidos 30 capítulos y ya pensaba que era un montón. Y mirad ahora, 74 capítulos... Bueno, espero que os guste como va quedando la cosa y que os gusten estos caps. El cap de hoy es así como raro, pero confío en que os guste (y el nombre del mini Tomaso, que cumple años mañana pls *-*).
Vuelvo a ser cansina y a insistir... ¡COMENTAD POR FAVOR, AUNQUE SEA SOLO EN LOS ÚLTIMOS CAPS, LECTORES FANTASMA DE LOS QUE NO CONOZCA LA EXISTENCIA, AVISARME O ALGO DE QUE LO HABÉIS LEÍDO Y ME HACÉIS FELIZ! Bueno, dejo ya de escribir la biblia en verso (se nota que me enrollo mucho, no solo por esto, si no porque no me ha podido salir un fic más largo). Sed felices pequeños lagartos y celebrad mañana el cumple de Tomaso (?) Love ya <3

jueves, 11 de julio de 2013

The Heart Never Lies Capítulo 73

Capítulo 73.- Contándoselo al resto.

-¿Desde cuándo lo sabes?- me preguntó Dougie.
Ambos estábamos en la cama tumbados, yo apoyada en su pecho y él acariciando mi pelo.
-Desde hace una semana- respondí.
-Y…
-¿No irás a preguntar que cómo ha pasado? Porque creo que esa parte la conoces de sobra- le interrumpí, sabiendo que iba a hacer otra de las preguntas que tenía en mente.
-No iba a preguntar sobre eso, pero si quieres darme los detalles…
-Idiota- dije dándole un golpe en el costado. Él casi ni se movió.
-Sé que fue en Nueva York, la primera noche después de que tu amiguito Josh…
-¿Quieres dejar los celos Doug? ¿No es suficiente para ti que me case contigo y que vayamos a tener un hijo?
-Es más que suficiente, pero ya sabes, no me terminó de caer bien- dijo con una sonrisa y yo suspiré-. El caso, no esperaba que fuese a pasar esto.
-Pues ya ves, ha pasado.
-De todos modos, mi pregunta no era esa.
-¿Cuál era entonces?
-¿Por qué me lo has ocultado?
La verdad es que casi prefería darle los detalles del cómo a responder a esa pregunta. Ya se lo había dicho a Gio, pero era muy distinto a decírselo a él.
-Tenía miedo de tu reacción y además… Tengo miedo de perderlo.
-Eso no va a suceder. La última vez…
Calló solo de recordar aquella etapa tan complicada de nuestra vida. Ambos sabíamos que lo mejor era no pensar mucho en ella.
-Lo sé pero… Tengo miedo Doug.
-No tienes por qué tenerlo, voy a estar ahí. No quiero que huyas de nuevo.
-¿Qué clase de futura esposa sería si dejara a mi marido antes de la boda?
-Una con miedo. Pero confío en que no lo hagas.
Tras decir esto sonrió ligeramente y eso me bastó para saber que todo iba a ir bien. Con ese pensamiento me quedé dormida.
Cuando desperté a la mañana siguiente parecía que Dougie no estaba a mi lado y mis ojos al abrirse lo comprobaron. Inmediatamente no pude evitar pensar que había huido y la tristeza vino a mí. El alivio remplazó rápidamente a la tristeza cuando le vi entrar con dos bandejas de desayuno que colocó a los pies de la cama antes de susurrar un buenos días y venir a besarme. Yo atrapé sus labios con urgencia, la urgencia de alguien que necesita saber que la persona a la que quiere se encuentra ahí y no es producto de su imaginación. El solo pensamiento de que podía haberse ido había sido como un cubo de agua fría en invierno.
-Buenos días- susurré aún contra sus labios.
-Cuanta efusividad- dijo sonriendo, separándose de mí para volver a por las bandejas y situar una sobre mis piernas-. Podría estar besándote toda la mañana pero hay que desayunar.
Contemplé el tremendo desayuno. Había puesto el doble de todo lo que solía comer. Tenía en la bandeja tostadas, cruasanes, magdalenas, fruta y leche.
-Dougie, no voy a poder con tanto, aquí hay mucha comida.
-El desayuno es la comida más importante del día y tú comes por dos.
Puse los ojos en blanco ante aquello. Demasiado atento, pero me encantaba.
-Si lo sé no te lo cuento, ahora me obligarás a comer.
-Claro que sí, tengo que cuidaros.
Suspiré y comencé a comer. No llevaba ni la mitad cuando no podía comer absolutamente nada más de lo que había en la bandeja, que terminé apartando.
-No puedo comer nada más.
-Pero si no has comido casi nada….
-Ahí te equivocas, has puesto demasiado. No vas a conseguir que coma más.
-¿Ah no? ¿Cómo estás tan segura de eso?
-Pues porque antes de que me hagas chantaje me voy a dejar la bandeja a la cocina.
Me levanté de la cama con la bandeja en las manos y fui hacia la cocina, en la que ya estaba Tom preparando desayuno en bandejas.
-Buenos días- dije.
-Buenos días, veo que Dougie te ha hecho el desayuno pero lo has dejado todo, ¿tan malo estaba?
-Me he comido la mitad de lo que había en la bandeja.
-¿Y a qué viene tanta comida?- preguntó levantando una ceja.
-Pues que Dougie quiere cuidar de su futura esposa- dijo el aludido viniendo por detrás con su bandeja.
-Eso y que es un sobreprotector cuando quiere.
-Pues teniendo en cuenta que tengo que cuidaros creo que no me paso.
-¿Me he perdido algo?
-Que… Voy a ser padre- respondió y a Tom casi se le cae el zumo del vaso que estaba llenando.
-¿En serio?- preguntó mirándome.
-Nunca bromearía sobre esto Tom, y lo sabes.
Claro que Tom lo sabía, no podíamos bromear con algo que nos había dolido tanto a ambos.
-Venid aquí pequeños- dijo y ambos le abrazamos.
Parecía mentira todo aquello, yo a punto de formar una familia con alguien a quién conocía desde hacía poco más de un año. Era una locura, pero las locuras no tienen por qué salir mal, y no esperaba que la mía lo hiciera.
-¿Cuándo os habéis hecho tan mayores?
-Seguimos siendo pequeños todavía.
Y eso era verdad, yo todavía me sentía demasiado pequeña e insignificante, demasiado como para lo que se me venía encima.
Tom se separó y enseguida vino Gio, que no se extrañó al ver lo que pasaba.
-¡Buenos días! Veo que ya se lo has contado- yo asentí y ella fue hacia la bandeja con la comida que me había sobrado-. ¡Magdalenas! ¿Quién ha dejado toda esta comida?- preguntó cogiendo una de las magdalenas.
-Dougie puso el doble de lo que hay ahí.
-¿A que no es mucho Gio? Tienen que alimentarse dos.
-Eso no significa que tenga que comer por dos.
-Tengo la sensación de que Dougie te va a cuidar muy bien. Vas a ser un gran padre- dijo Gio.
Dougie sonrió y supe que es lo que ambos necesitábamos, que nos dijeran que todo aquello iba a salir bien y que no era un simple error.
El resto, que también se había quedado a dormir allí, bajaron más tarde. Cuando estuvimos todos reunidos me dispuse a contarles la noticia, más bien, nos dispusimos. Pensaba que iba a ser mucho más fácil que decírselo a Dougie pero también sabía que les iba a costar asimilarlo.
-Bueno enana, ¿para qué nos habéis reunido? Ya sabemos lo de la boda así que como no estés embarazada…
Y todos pensábamos que el pecoso era tonto, pero con cada comentario mostraba que se daba cuenta de cosas que los demás no se habían parado a pensar.
-Oh Dios mío, no es verdad- dijo Miriam dándose cuenta al fin.
-Pues… Sí- admití mirando mi mano firmemente entrelazada a la de Dougie, con el anillo reluciendo en mi mano.
-Muchas felicidades- dijo Geo, que fue la primera en romper el silencio y el resto la coreó.
-Que sorpresa, el enano va a tener un hermanito- Danny, como no. Dougie le sacó la lengua.
-Eres idiota Danny, por lo menos mi Willy funciona.
-Que yo no vaya dejando preñada a Geo no significa que mi Willy no funcione enano, sólo que sé usar los condones.
-Danny, yo te mato- dijo haciendo el intento de levantare, pero mi mano, todavía firmemente agarrada a la de él, se lo impidió. No fue porque yo tuviese una fuerza descomunal, si no porque se dio cuenta de que yo seguía ahí.
-¿Quieres que sea madre soltera Doug?- le pregunté.
-Que poca confianza cariño, ¿piensas que me va a machacar?
-Todo el mundo lo piensa enano, sigo siendo más fuerte que tú.
-Pero no más que Harry- le dije yo.
-Gran idea Ash. ¡Harry cariño, protégeme!- exclamó el rubio.
-¡Ya voy cariño, nunca te tocará nena!- dijo de modo teatral.

Todos reímos. Las cosas seguían igual que siempre a pesar de todos los cambios, seguíamos siendo una gran familia.

¡Hola lagartos! Bueno, otro día más, la pesada de @DearWeirdMaria vuelve con un cap de su eterno fic. Pero si el otro día quedaban 6 capítulos para acabar hoy... 5 CAPS TO GO! A mi me da penilla que se acabe (siempre lo digo pero el final nunca había estado tan cerca la verdad). Pese a que me de pena, estoy emocionada por ver la recibida que tendrá el nuevo (que sé que no será mucha pero bué)
Este cap no es gran cosa, lo sé, y además corto pero los siguientes son más concentrados para que acabe todo bien así que puede que sean mejores.
¡QUIERO COMENTARIOS CON OPINIONES BUENAS/MALAS, LO ACEPTO TODO Y LO TENGO EN CUENTA PARA PRÓXIMAS ESCRITURAS PERO COMENTARME CRIATURITAS DEL SEÑOR! Así que hoy seré breve y os dejaré de dar la brasa hasta el próximo día que suba cap (que supongo que será la semana que viene ya). Que una ráfaga de aire fresco os refresque (?). Love ya <3

lunes, 8 de julio de 2013

The Heart Never Lies Capítulo 72

Capítulo 72.- Noticias de vuelta.

Después de un mes de vacaciones ya estábamos en un taxi camino a casa de Tom. Queríamos pasar antes por casa, pero Dougie me dijo que Tom había exigido prácticamente que pasásemos primero por su casa, así que luego llevaríamos las maletas a casa.
Llegamos y tras bajar del taxi Dougie sacó las dos maletas del maletero sin dejarme a mí cargar con ninguna.
-Déjame llevar la mía.
-Oh venga, no discutas por eso. Estamos a dos pasos de la puerta y no me apetece tener una crisis de pareja ahora.
-Tan solo déjame llevar mi maleta y no pasará nada- dije cogiendo el mango, pero no me dejó llevarla, fue arrastrando ambas y yo me tuve que acomodar a su paso.
-¿Ves? Ya no hace falta- dijo una vez en la puerta.
-Eres cruel, a lo mejor me pienso lo de casarme contigo.
-No, no puedes hacer eso.
Se acercó a mí rápidamente y me besó, aunque se apartó demasiado pronto.
-Chantajista…
-Tan solo te recuerdo lo que perderías si decidieras no casarse conmigo.
-¿Y qué perdería?
-Tenerme todos los días. Aunque en el fondo el que perdería sería yo al no tenerte, así que al menos hazlo por mí.
Sonreí mientras él llamaba al timbre. En la puerta apareció Tom que, antes de nada, nos hizo pasar y dejar las maletas.
-Felicidades pareja - dijo antes de abrazarnos a ambos-. Ya se os echaba de menos por aquí.
-Yo también os echaba de menos.
No me dio tiempo a preguntar dónde estaba Gio porque apareció en el descansillo de la entrada. En el mes que habíamos estado fuera su embarazo había aumentado notablemente, su tripa ya era bastante pronunciada.
-¡Muchas felicidades!
-Ven aquí –dije abrazándola-. ¿Qué tal está el pequeño?
-O pequeña, no lo sabemos aún.
-¿Cuándo lo sabréis?
-Iremos la semana que viene, pero bueno, hablemos de vosotros. Parece mentira que haga más de un año desde que os conocisteis.
-Cuando Dougie nos lo conté nos resultó difícil de creer- dijo Tom una vez estuvimos sentados en el salón.
-Danny pensaba que estaba loco.
-Al fin y al cabo, os conocéis desde hace un año y medio, es tan poco tiempo…
-Yo c reo que lo importante no es el tiempo, si no lo vivido- dije con una sonrisa.
-Aún así, estamos muy contestos por vosotros, ¿tenéis algo pensado?
-Nada, pero supongo que nos ayudaréis un poco, ¿no? –preguntó Dougie.
-Solo en lo necesario.
-¿Y los demás?- pregunté
-Vendrán a la hora de cenar, que es dentro de nada.
Comenzaba a encontrarme mal cuando Dougie y Tom fueron arriba para practicar entre los dos las nuevas canciones. No esperé más y fui al baño, donde vomité todo lo que había comido hoy. Gio vino detrás y cerró la puerta del baño a sus espaldas antes de ayudarme sujetando mi pelo.
-Gracias- susurré cuando acabé.
-¿Desde cuándo lo sabes?
-¿Desde cuándo sé qué?
-Ashley, sabes perfectamente de que te estoy hablando.
Suspiré resignada, y yo que pensaba que lo ocultaba bien… La verdad es que a Gio no la podía engañar con esto.
-Una semana.
-¿Dougie lo sabe?
-No, no le he contado nada, y la verdad, no sé qué hacer.
-Contárselo, ¿qué vas a hacer si no? Esta vez no puedes huir.
-No iba a hacerlo pero… ¿Y si lo vuelvo a perder?
-Mírame- dijo agarrándome los hombros-. La última vez fue un accidente. Va a salir bien y no vas a destrozar el grupo. En todo caso lo destrozaríamos juntas- eso último me hizo sonreír un poco.
-¿Cómo crees que se lo tomará?- pregunté.
-Ashley, te ha pedido matrimonio, le va a encantar la noticia, estoy segura.
Sonreí y juntas volvimos al salón. Justo cuando llegamos el resto llamó al timbre. Fui yo a abrir la perta y me encontré con Danny, Geo, Harry y Miriam. Nada más abrir Danny y Harry se echaron encima de mí a abrazarme.
-¡Enferma!
-¡Enana!
-Chicos, chicos, acaba de llegar, dadla un respiro- dijo Gio y ellos de inmediato se separaron de mí.
En ese momento Dougie y Tom bajaron y, sin que Danny lo esperara, Dougie se echó sobre su espalda.
-Danny eres un puto bocazas, has estado a punto de joder todo.
-Yo también me alegro de verte enano.
-Ahora, ¿me explicas por qué eres tan sumamente tonto?- preguntó bajándose de su espalda.
-Pues porque me equivoqué de día, pensaba que se lo habías dicho.
-No te vuelvo a contar nada Danny Jones.
-Enana, cometes un grave error casándote con él.
-¿Y con quién me debería casar si no?- pregunté.
-En otros tiempos hubiese dicho que conmigo, pero yo solo tengo ojos para Geo.
Todos reímos mientras la pareja se miraba con adoración.
Después de aquel momentos los chicos se fueron a ensayas todos juntos mientras nosotros hacíamos la cena. La preparación no fue precisamente silenciosa.
-¿Tú estás segura de casarte con Dougie?- me preguntó Miriam.
-Claro que sí, ¿por qué no iba a estarlo?- contesté por décima vez en todo el día.
-No sé, es para toda la vida y solo lleváis un año juntos.
-Hablas como Danny, se quieres y es lo importante- respondió Geo.
-No hablo como Danny.
-Sí lo haces. Danny dijo eso el día que se enteró.
-Lo que pasa es que estás celosa de que Harry no te lo haya pedido a ti- dije yo.
-Claro que no.
-Sí Harry te lo pidiese ahora, ¿qué dirías?
-Tendría que pensarlo.
-No es algo que puedas pensar, lo suyo es dar la respuesta en ese momento.
-¿Qué respuesta tiene que dar?- preguntó Harry apareciendo en al cocina, con el resto detrás de él.
-Ninguna cariño- respondió Miriam fulminándome con la mirada.
-Pues yo quiero enterarme.
-Enserio que no es nada…
Dougie vino a mi lado y olisqueó la pasta que estaba cociendo. Al ver que no podía coger un trozo, se llevó la cuchara.
-¿Qué haces?
-Evitar que cocines.
-No seas tonta, anda trae, se va a pegar.
-Pues ven a por ella.
Yo acepté su desafío y comenzamos una guerra para hacerse con la cuchara, que solo fue interrumpida por Tom. Después de esto cenamos con tranquilidad y, tras decirnos Tom que nos quedáramos a dormir, Dougie, con la excusa del cansancio por el viaje, hizo que subiéramos a la habitación.
En el fondo no quería que llegara aquel momento, por primera vez en toda mi vida, no quería estar a solas con Dougie. La verdad es que no quería decírselo, no quería ver su reacción y, como la última vez, lo que todo mi cuerpo me pedía era huir.
-Te noto tensa- dijo mi, ahora futuro marido, masajeándome los hombros. Siempre me había relajado mucho aquello, pero en esta ocasión no servía de mucho, no cuando la causa de mi nerviosismo estaba detrás.
-Estoy bi…
No me dejó seguir porque me besó. Yo en aquellos momentos tenía la cabeza en otra parte y por eso no lo seguí tanto como él.
-Vale, a ti t e pasa algo. Cuéntamelo.
Suspiré y me senté en el borde de la cama, entrelazando mis dedos con nerviosismo. Él se agachó delante de mí y agarró mis manos, haciendo que lo mirara.
-Verás… Me cuesta mucho decirte esto porque… No sé cómo te lo tomarás.
-Ash… Tranquila. Cuéntamelo. Seguro que me lo tomo bien, ya verás. A no ser que me digas que me vas a dejar y que ya no te casas conmigo. En ese caso quedaría destrozado, así que no me lo tomaría nada bien- eso me hizo sonreír ligeramente. Siempre me sacaba una sonrisa, incluso en momentos como ese.
-No lo haré, aunque ahora prefiera huir a decirte esto.
-¿Tan malo es? O mejor dicho, ¿tan mal crees que me lo voy a tomar?
-La verdad es que no tengo ni idea. Eso es lo que me da miedo.
-Venga, cuéntamelo.
-Vas a ser padre- dije muy deprisa, mirándole fijamente.
Nada más decirlo perdió el equilibrio y se cayó al suelo, quedando sentado. Me miró impresionado con los ojos como platos, sin apartar la vista y sin decir una palabra. Me estaba poniendo nerviosa, así que me levanté y di vueltas de un lado a otro a punto de ponerme a llorar.
-Sé lo que vas a decir. Bueno, técnicamente ahora no dices nada y eso me pone de los nervios, pero no quería ocultarlo más, no quería dejarte como la última vez porque…
Se había levantado y uno de sus besos urgentes me impidió seguir hablando. Yo me rendí ante él y respondí de la misma forma, le necesitaba. Era algo inevitable, casi automático, responder a sus besos, pero necesitaba saber qué opinaba. ¿Y si me decía que abortar sería lo mejor, que no quería ser padre? Esa idea me produjo malestar y fue lo que me hizo separarme de él. Le miré para que hablara.
-¿De verdad estabas pensando en huir y dejarme aquí plantado? Te he dicho que en tal caso sí que me lo tomaría mal.
-Si piensas que va a ser un estorbo, que quizá sea mejor abortar, sí que lo haría.- Dougie vio mi decisión y me miró sorprendido de que dijese aquello.
-¿Por qué piensas que yo voy a querer que abortes?
-Porque…- la verdad es que no tenía ninguna respuesta coherente para su pregunta, pero miles de recuerdos de la última vez vinieron a mi mente y no pude evitar llorar.
-Ey, Ash deja de llorar por favor- me pidió con ojos suplicantes. Yo le miraba fijamente pero no podía parar aquello-. Ni se te ocurra pensar en aborto otra vez, ¿entendido?- yo asentí ligeramente-. Quiero que tengas ese bebé, y quiero cuidaros, a los dos.
-¿De verdad quieres tenerlo? ¿Te hace ilusión?- pregunté con la voz aún tomada por las lágrimas pero ya sonriendo.
-Claro que me hace ilusión, vamos a ser padres, ya no seremos los pequeños de la McFamily.
Volví a sonreír y dejé que Dougie me refugiara entre sus brazos mientras acariciaba mi pelo y repartía besos por mi cabeza.

¡Hola lagartos! Bueno, una vez más estoy con  una de las últimas entregas de este fic. Sé que no subo tan seguido como el año pasado pero puedo decir que este verano estoy pasando más tiempo leyendo cazadores de sombras que en el ordenador copiando. Bueno, que me desvío del tema principal.
Espero que este cap os guste (yo sé que @underapaperstar ya lo sabía) porque bueno, son caps felices. Sé que todo el mundo suele poner lo de los hijos en epílogos y blah, blah, blah, pero yo paso, porque yo siempre que leo el epílogo me quedo con ganas de más vida feliz después de haberme tragado una historia llena de drama así que en este fic al menos vais a tener dosis de felicidad. 
Btw... ¡QUEDAN 6 CAPÍTULOS PARA QUE ACABE ESTE FIC1 ¿Emocionados por el siguiente? ¿Hasta las narices de leer este fic tan horrorosamente largo? Bueno, si sois de lo primero o lo segundo, va a acabar, para algunos puede ser un alivio o para otros les puede dar pena, pero bueno, ya hablaré con esto más detalladamente en el epílogo (el epílogo :'( ) Así que queridos lagartos, ¡COMENTARIOS QUE SON GRATIS Y ME HACEN FELIZ Y OS LO DIGO TODOS LOS DÍAS PERO NO ME HACÉIS CASO :'( ! Bueno @DearWeirdMaria deja su locura a parte y después de este tratado, os dejo ser felices. ¡Ventiladores para todos! Love ya <3