jueves, 26 de diciembre de 2013

Not Alone Capítulo 7

Capítulo 7.-  Everyone’s got troubles. That’s the way the story goes.
{POV Natalie}

                Dougie se había ido. Volvería para recoger sus cosas pero seguramente no volvería a verle en mucho tiempo después de eso, y me dolía. Luego estaba el hecho de que al irse Dougie se iba el único amigo que tenía en Corringham.
                Iba por el instituto distraída pensando en todo ello cuando me choqué con alguien. Los libros que llevaba aquella persona y los míos cayeron al suelo.
                —Perdón, perdón— dijo agachándose una chica morena con un acento extraño. Murmuraba cosas en otro idioma.
                Me agaché y la ayudé a recoger los libros. Ambas nos levantamos a la vez y nos miramos, yo la sonreí.
                —No te disculpes, la culpa es mía. Iba distraída.
                —No te culpes, yo también la tengo. Soy nueva y estoy un poco perdida.
                —Te comprendo, yo tan solo llevo viviendo aquí un par de meses. Ayuda que el primer día alguien te enseñe esto— dije mientras le tendía su libro. Ella lo recogió— Joanna, ¿no? — le pregunté. Había leído el nombre en uno de sus libros.
                — Sí, y tú…— comenzó a decir antes de mirar mi carpeta— ¿Kate? — preguntó antes de dármela.
                — No exactamente. Natalie Kate Jones, pero mi amigo Lee me llama Kate.
                — ¿Cómo prefieres que te llamen entonces?
                — A estas alturas ya me da igual. Hay gente que me llama Natalie y gente que me llama Kate. Si quieres me puedes llamar Nat.
                — Me gusta. Te llamaré así entonces.
                — ¿Qué clase tienes ahora?
                — Historia del arte.
                — Perfecto, también me toca a mí.
                Fuimos juntas a todas las clases del día, aquellas que compartía con Lee, y eso me hizo volver a pensar en aquello. Aquella chica, Joanna, estaba aquí ocupando la plaza que Dougie dejaba libre, y a su vez, ocupando la vacante de amigo que necesitaba.
                Era lunes, y como cada principio de semana, a pesar de la ausencia de Dougie, decidí ir con Joanna a la pizzería de las películas. Al fin y al cabo la comida seguía siendo igual de mala el lunes. Pero el sitio en sí me traía recuerdos con Lee, y ella se hizo preguntas.
                —Sé que no te conozco de nada pero… ¿Te pasa algo? Te noto triste.
                —Es solo… Este sitio, cada lunes venía con Lee aquí y… Se va a Londres a cumplir su sueño. Sé que debería estar feliz por él pero… — era la primera persona a parte de yo misma con la que compartía lo que sentía con respecto al tema Dougie-Londres.
                —No quieres que se vaya.
                Yo asentí y decidí cambiar de tema antes de ponerme a llorar.
                —Bueno, cuéntame cosas sobre ti.  Sé que no eres inglesa, te lo noto en el acento.
                — Hablo mal, ¿verdad? Estoy haciendo el ridículo.
                —No, no es eso. Es un acento guay, de verdad, pero se nota que no eres de aquí. Simplemente.
                —Soy de España. Me he mudado este año porque quiero estudiar aquí así que cogí un vuelo y me vine.
                — ¿Sola? — Pregunté, y ella asintió— Si yo pudiese hacer eso las cosas serían mucho más sencillas.
                — No tienes una vida  muy feliz, ¿no?
                — La verdad es que no.
                — Dicen que contarlo ayuda.
                Suspiré. Quizá ayudara, aunque no la conociese de nada.
                — Mis padres están separados. Mi padre me trajo aquí en contra de mi voluntad separándome de mi madre y de mi hermana porque no quería ver más a mi madre. Mi hermano le admiraba, mucho, ahora creo que ha perdido todo lo que le unía con él. No mantengo con él la misma relación que antes por la maldita distancia. Y además, consigo un amigo aquí y se va. Todo lo que tengo se va de mi lado.
                Después de soltarlo todo y que una lágrima descendiera lentamente por mi mejilla, la verdad es que me sentía un poco mejor.
                — Hey, no digas eso, ahora me tienes a mí.
                — ¿Prometes no marcharte mañana?
                — Lo prometo. ¿Quieres saber mi historia? — asentí—. Mis padres murieron cuando era niña y hasta ahora he vivido con mi abuela. Ella murió hace un mes y me vine sola aquí para vivir con mi tía, aunque no creo que tarde en morirse. Todo lo que tengo muere.
                Su historia era mucho más triste que la mía. Me pareció una tontería quejarme de mi vida simplemente porque estaba en la otra punta de la mayoría de la gente que me importaba. Al menos podía coger un vuelo o un tren e ir a verlos. Era mucho peor no poder verlos jamás, como le pasaba a Joanna. Por eso comprendí sus lágrimas. La comprendí a ella.
                —No digas eso. Ha pasado, pero nadie más tiene por qué morir, ¿vale? Ahora me tienes a mí— cité sus palabras literalmente. Ella sonrió. Ese era mi objetivo.
                — ¿Prometes no morirte mañana? —preguntó. Una pregunta con distinto significado pero muy parecida a la que había formulado yo anteriormente. Ambas nos reímos.
                —Yo no creo poder confirmarte eso. Puede caerme una maceta encima o intoxicarme con la comida del instituto, lo que parece muy probable, pero te puedo prometer algo: prometo no suicidarme mañana.
                — Es un  consuelo— dijo sonriendo.
                Y desde aquel momento supe que íbamos a ser grandes amigas.
                Esta vez, en vez de pedir un “Regreso al futuro”, ya que opinamos que lo mejor era reservarlo para Lee, pedimos un “Harry Potter”, saga que nos encantaba a ambas, y así es como bautizamos nuestra amistad.
                Después de aquello seguimos conociéndonos un poco más. A ella también le gustaba la música, y además dibujaba. Tocaba la guitarra y no era difícil adivinar que quería dedicarse a algo de aquello en el futuro. Teníamos bastantes cosas en común, y quizá esa fue la razón de que encajáramos desde el principio, ya que era imposible que formásemos parte de lo que nos rodeaba.


¡Hola Galaxy Defenders! Sé que llevo un tiempo sin subir, y no ha sido por la falta de tiempo, si no más bien porque no quiero saturaros a capítulos (porque no sé si habréis leído todos el anterior ya), pero ya estoy de vuelta. Este capítulo iba a subirlo ayer como regalo de Navidad, por así decirlo, pero ayer ni si quiera cogí el ordenador para copiar así que aquí lo tenéis con un día de retraso.
Espero que os guste. Sé que es corto, demasiado, pero lo bueno si breve, dos veces bueno.
Aparece un nuevo personaje, como podéis comprobar (ejem, Agusta, puedes estar contenta ya, ejem), aunque irán apareciendo algunos más con el transcurso de la historia (a parte de los McGuys)
Como siempre, deciros que quiero COMENTARIOS, y si no podéis comentar al menos decidme que lo habéis leído o algo, de verdad que es muy importante para mí.
Bueno, no os aburro más. @DearWeirdMaria para cualquier cosa. ¡Felices fiestas!

sábado, 14 de diciembre de 2013

Not Alone Capítulo 6

Capítulo 6.- Think McFly, think.

{POV Natalie}
                El día anterior había pasado bastante aburrido sin Lee, la verdad, pero me tendría que ir acostumbrando porque, según el mensaje de ayer, le habían cogido. Hoy esperaba su llamada mientras escuchaba a The Beatles.
                Todavía no había sido el adiós definitivo. Todavía tenía que volver a Corringham a por sus cosas para trasladarse a Londres. Entonces sí que tendría que decirle adiós. Entonces tendría que dejarle marchar, porque era lo mejor para él, iba a estar en un grupo y eso cambiaría su vida.
                Mis pensamientos se vieron interrumpidos por su llamada, aquella sintonía de Blink 182.
                — ¡Lagarto! ¡Cuéntamelo todo!- exclamé nada más descolgar.
                — Cuánta efusividad Kate.
                — Es lo lógico, desembucha.
                — ¿Qué quieres saber?
                — Pues todo. Empieza por cómo fue la audición.
                — Entré y me preguntaron mi nombre y mi edad, uno rubio que era un preguntón. Luego comencé a tomar “Hey Jude” por ti. Si me han cogido es gracias a ti.
                Sonreí, había tocado mi canción favorito en la audición de su vida sólo por mi.
                — Eso es tan bonito lagarto…
                — Bueno, continúo. Terminé y guardé el bajo dispuesto a irme cuando me preguntaron que a dónde iba. Yo les respondí que ya sabía su respuesta. Tras esto me preguntaron que si me gustaba “Regreso al futuro”
                — ¿Qué clase de pregunta es esa?
                — La de alguien muy friki, pero es guay, en serio.
                — ¿Y qué pasó después?
                — Les dije que sí y me dijeron que estaba dentro de la banda.
                — ¿Sin más?
                — Sí, me dijeron que era el mejor que había pasado y que así teníamos algo en común todos.
                — Sabía que  te cogerían, eres demasiado bueno para dejarte escapar.
                — Eso no es verdad Kate.
                — Lee, sabes perfectamente que es verdad, ya no soy sólo yo quien te lo dice. Te han cogido en una banda, ¿qué otra confirmación quieres?
                — Supongo que creérmelo.
                — No tardarás en hacerlo cuando lleguen las fans.
                — Me da miedo que llegue ese momento, porque va a significar apartarme de ti.
                — Bueno, todavía tienes que volver a por tus cosas, ¿no?
                —Sí, pero después de eso…
                — Después me basta con que me prometas que me llamarás todo lo posible.
                — Lo prometo- dijo. Yo sonreí-. Bueno Kate, creo que tengo que irme, he quedado con la banda para conocer al batería.
                — Vale, entonces te dejo. Diviértete.
{POV Dougie}
                Después de hablar con Kate me preparé para ir a encontrarme con el resto de lo que iba a ser mi banda. Mi banda… Sonaba raro tener una banda, pero era así, y eso significaba distanciarme de Kate. Procuré no pensar más en el tema y fui hacia la casa de Tom, que estaba bastante cerca del hotel. Conseguí orientarme y llegué en pocos minutos. Llamé al timbre y Tom me abrió con una sonrisa.
                — ¡Hola Dougie! Pasa, eres el primero.
                Entré y miré el reloj del móvil. La verdad es que había llegado tarde.
                — Lo sé, lo sé. Llegas tarde, pero al parecer Harry llega más tarde aún y Danny… Danny posiblemente se haya equivocado de hora o incluso de día.
                — Es un consuelo…
                — No te preocupes, yo me encargaré de hacer que lleguéis puntuales.
                Justo en ese momento llegó Harry, el batería, ya que  era poco probable que fuese Danny. Tom fue a abrirle y juntos se sentaron en círculo en el suelo, junto a mí.
                El batería, Harry, era moreno, con mechas rubias, igual que las de Danny, y ojos azules.
                — Dougie, eres es Harry, el batería. Harry, este es Dougie, el…
                — Bajista, ¿no?
                Asentí y Tom sacó su móvil del bolsillo. Harry y yo le miramos.
                — Sé que tenemos tiempo, pero Danny se ha olvidado de que habíamos quedado, seguro, así que voy a llamarle.
                Llamó y puso el altavoz para que todos escucháramos.
                — ¿Diga? — contestó un somnoliento pecoso al otro lado de la línea.
                — Danny, dime que estás de camino.
                — ¡Tom! Sí claro, pero hay un poco de tráfico y…
                — Idiota, vienes en bici.
                — Vale Tom, me he quedado dormido. Ya voy, ¿vale?
                — Vale. Los chicos ya están aquí.
                — ¡Hola! — saludamos Harry y yo a la vez.
                — En diez minutos estoy allí— dijo antes de colgar.
                — Diez minutos y lo que tarde en arreglarse. Es peor que las chicas.
                Todos nos reímos con aquello.
                — Bien Tom y…  ¿Cuál es el motivo de la reunión? — preguntó Harry.
                — Ponerle nombre al grupo y conocernos más.
                — ¿No deberíamos esperar a Danny para lo primero?
                — Si por Danny fuera la banda sería algo con relación a Bruce.
                — ¿No vale algo sobre Blink? — pregunté yo, y todos reímos.
                Danny tardó en llegar casi media hora en la que nos dedicamos a ver todas las cosas frikis de la habitación de Tom. Tras su llegada no pudimos esperar seriedad al respecto.
                Todos reímos nada más ver a Danny entrar. Llevaba el pelo encrespado cual león. Él nos fulminó con la mirada.
                — Parad de reíros ya. No me ha dado tiempo a nada y, según venían, se ha puesto a llover y me he empapado, así que no quiero comentarios al respecto.
                Después de reírnos un rato de Danny decidimos ponernos a comer, así que pedimos unas pizzas. A Tom se le ocurrió la gran idea de hacer maratón de “Regreso al futuro” y eso me recordó aquella tarde de mi pasado cumpleaños con Kate.
                La verdad es que con ello, que yo supiera, no solucionábamos la idea del nombre, aunque sí la de conocernos un poco mejor.
                — Algún día me montaré en ese DeLorean — dijo Tom.
                —Cuando seamos famosos — dijo Danny.
                — Tiene que ser muy guay.
                Yo sonreí. La verdad es que sí sería muy guay montarse en ese DeLorean, y era algo en lo que todos estábamos de acuerdo.
                Cuando Marty llegó a al pasado y fue hacia la cafetería, Tom acabó con el último trozo de pizza. Y ahora llegaba una de mis frases favoritas, que no dudé en repetir a la vez.
                —Piensa McFly, piensa- repetí, peor otras tres voces se sumaron a la mía al repetir esa frase.
                Todos nos miramos y a Tom parece que le vino una idea a la cabeza, porque su mirada se iluminó como la bombilla en los dibujos animados. Se levantó, paró la película y nos miró a los tres.
                — Chicos, ya tengo nombre para el grupo.
                — No lo digas, lo sé, “el grupo”— dijo Danny.
                — No idiota. ¿Qué os parece McFly?
                — ¿McFly? — preguntamos todos a la vez, y Tom asintió.
                — Me gusta— dije yo. Tom me mostró una sonrisa sin enseñar los dientes pero sí su hoyuelo.
                — Si, McFly, es guay— dijo esta vez Harry, y todos miramos a Danny, esperando su aprobación.
                — Chicos, ¡somos McFly! — dijo él, y todos sonreímos.

                Definitivamente, McFly acaba de formarse al completo.

¡Hola galaxy defenders! Bueno, un día más subo capítulo. Siento que sea un poco corto, pero hay veces que me viene la inspiración y escribo más y otras que escribo menos.
Espero que os guste el cap, porque como veis, McFly ya se ha formado. Sé que las cosas no son exactamente como pasaron pero esa es la gracia del fic, que es un historia alternativa.
El caso, que quiero COMENTARIOS, son gratis, me hacen feliz y todo el rollo. A los que comentáis y leéis, mil gracias, en serio, y a los que no... ¡Ya es hora de que os pongáis a leer! Además ahora hay vacaciones y mucho tiempo libre. Para cualquier duda, sugerencia o lo que sea, @DearWeirdMaria a vuestra disposición.
Y esto es todo amigos. Sed felices.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Not Alone Capítulo 5

Capítulo 5.-  My mind is growing weak every step I take.

Hanging out behind the club on the weekend
Acting stupid, getting drunk with my best friends
I couldn’t wait for the summer at the Warped Tour
I remember it’s the first time that I saw her there

                Mi móvil comenzó a sonar aquella mañana. Era Lee, claramente. Mi padre no me había dejado acompañarle hasta Londres pero le había hecho prometer que me llamaría. Él no había tenido ningún problema en eso.
                —Kate, estoy muy nervioso— dijo nada más descolgar yo.
                —Lee, tranquilízate, ¿qué pasa?
                —Que soy el siguiente y estoy nervioso. No creo que pueda hacerlo.
                —Puedes hacerlo Lee, tranquilo. Eres bueno, ya lo sabes, y no creo que quien esté ahí dentro tenga muchas ganas de comer lagarto.
                Al menos conseguí que riera un poco con eso, pero incluso sin verle, notaba en su voz que lo estaba pasando mal.
                —Kate, he vomitado ya tres veces. No creo que me quede más comida en el estómago que pueda echar.
               — ¿Entonces que te preocupa? No les vas a echar el desayuno en la cara.
   —Já, já, que graciosa tomate. No me van a coger, todos los que entran salen fatal, no han cogido a nadie.
—Piénsalo bien, eso es que te están esperando a ti. Tienes nombres de famoso.
—Mi nombre no es de famoso Kate.
—Llevas razón, tú lo harás famoso cuando lo seas, pero claro, no lo serás si no entras ahí. Así que vas a mover tu culo y vas a demostrar que eres el mejor bajista del mundo y que yo, Natalie Kate Jones, nunca me equivoco.
—Siguiente—escuché por el otro lado del teléfono. Supe que era su momento—. K-kate, es mi turno.
—Suerte lagarto—dije antes de colgar con un suspiro.
Sabía que esta audición iba a cambiar su vida, para mejor o para peor.
{POV Dougie}
                Kate me colgó y sentí que el pánico se extendía por todo mi cuerpo en grandes cantidades. Estaba paralizado, creía que no podría levantarme de aquella silla y entonces habría fracasado en el intento. “Pero que tonterías digo, ya he fracasado antes de empezar, tengo la prueba perdida” pensé. No entendí muy bien por qué pero mi cuerpo, tras una orden que yo no había dado conscientemente, se levantó y siguió a aquel hombre, que me guió a una sala. Él se quedó fuera cerrando la puerta a sus espaldas. Yo, aún con el bajo de la mano, analicé la sala. Había un hombre y dos chicos más mayores que yo. Uno era rubio con el pelo liso despeinado y el otro moreno con unas mechas rubias un poco ridículas. Ni si quiera pude reírme del de las mechas, mis nervios me lo impedían, así que me limité a quedarme parado mirándolos.  El rubio decidió intervenir.
                —Bien, eres Dougie Lee Poynter, ¿no? — me preguntó. Yo asentí.
— ¿Prefieres Dougie o Lee? — me preguntó el moreno, que tenía la voz ronca.
                —Dougie- respondí. Lo primero que dije desde que entré.
                — ¿Cuántos años tienes? — me preguntó el rubio, otra vez. A Kate no se le había pasado por la cabeza al leer el periódico que los aspirantes eran gente de entre dieciséis y diecinueve años, y yo todavía tenía quince, así que decidí mentir un poco.
—Dieciséis.
—Perfecto, puedes empezar.
Saqué el bajo de la funda, me lo colgué y comencé a tocar. No, esta vez no era una canción de Blink 182, era una de The Beatles, en honor a Kate. Sabía que si me cogían sería por ella, así que era lo mínimo. Terminé y los miré expectante. Ya había pasado todo, ahora me quedaba recibir un no, pero eso ya lo tenía más que asumido, así que, llegado el momento, guardé mi bajo en la funda, dispuesto a irme tras escuchar un “ya te llamaremos” sin futuras llamadas.
—Hey, ¿dónde crees que vas?
—B-bueno yo… Ya sé lo que me vais a decir.
— ¿Ah sí?- preguntó el moreno.
— ¿Te gusta “Regreso al futuro”?—me preguntó esta vez, como no, el rubio. Me empezaba a preocupar ya. O esto era una banda de psicópatas o me había equivocado de lugar.
—S-sí— respondí un tanto desconcertado por la pregunta.
—Estupendo, estás en la banda.
Tenía que ser una especie de broma. ¿Qué habían visto en mí? A lo mejor se estaban quedando conmigo. Sí, debía de ser eso, así que no pude evitar preguntar.
— ¿En- en serio?
—Claro que es en serio, llevamos toda la mañana buscando un bajista y eres el mejor. ¿Quieres dejar de tartamudear y sentarte con nosotros, pollito?
—No me gusta que me llamen pollito, pecas- dije mientras me sentaba. En realidad no era por fastidiarle, el moreno era una peca andante. Todo lo que se le veía de cuerpo estaba cubierto de ellas.
—Además—dijo el rubio, ignorándonos—, así todos tenemos algo en común. Nos gusta “Regreso al futuro” y The Beatles.
—Soy más fans de Bruce Springsteen, ya lo sabes.
—Y yo de Blink 182.
—Vale, entonces dejémoslo en lo primero. Por cierto, soy Thomas Michael Fletcher, pero me puedes llamar Tom.
—Bromea, le encanta Michael—dijo el pecas, el rubio, Tom, le sacó la lengua—. Yo soy Danny Jones.
—Dile tu nombre completo.
—No voy a hacerlo, descubrirlo vosotros.
Jones… ¿Kate no tenía un hermano que se llamaba Danny? Quizá sería otro, había muchos Jones en el mundo, no creía que compartiese banda con el hermano del tomate. Eso sería demasiada casualidad.
Parecía que no podía vomitar más cuando una arcada me vino y tuve que coger una papelera y echar lo poco que quedaba en mi estómago de comida. Había quedado fatal, lo sabía, pero mi cuerpo aún no había asimilado la noticia. Danny, el pecas, se reía de una forma muy escandalosa.
— ¿Tan malo es estar en nuestra banda que vomitas?
                —Lo siento, los nervios. Ya no creo que me quede más comida dentro.
                —Eso es fácil de solucionar. Yo también estoy hambriento, ¿tienes algo mejor que hacer que compartir comida con tus ahora compañeros de banda?
                —La verdad es que no, y creo que me vendría bien comer algo.
                Tom miró a Danny en busca de una aprobación por su parte.
                —Yo siempre tengo hambre, ya lo sabes.
                Eso me hizo sonreír. Los tres fuimos camino a la cafetería tras esto. Tenía que llamar a Kate para contarle todo, pero de momento tan solo podía mandarla un mensaje.
                “Kate, no te lo vas a creer, pero me han cogido, aunque creo que ha sido gracias a “Regreso al Futuro”. Ya te explicaré mejor luego, ahora voy a comer algo con ellos”
                —Con que Kate, ¿eh? ¿Tu novia?
                El pecoso había aparecido y encima, había leído el mensaje. Yo me puse rojo al instante y tras enviarlo guardé el móvil.
                —No, no. Es mi amiga.
                — ¿Entonces por qué te has puesto rojo?
                La verdad es que nunca había pensado en Kate de esa manera. Era mi amiga y eso era todo.
                —Soy muy blanco.
                —Tu explicación es pésima, pero me vale.
                Llegamos a la cafetería y tras pedir unos bocatas comenzamos a hablar de nosotros y del grupo.
                —Oficialmente el grupo está completo. Hemos quedado con el batería mañana, así que hablaremos más del grupo.
                —Y le buscaremos nombre, estoy cansado de llamarlo “el grupo”.
                Yo tan solo asentía e intervenía lo menos posible. Fue una conversación… Productiva. Después de comer seguimos hablando durante horas, y cuando fui al hotel en el que me alojaba, había sacado varias cosas en claro de aquella conversación. Mañana conocería a Harry, el batería y podría saber cómo era mi compañero de banda restante, pero por entonces sabía que Tom era un friki, pero molaba y Danny era el mayor fan de Bruce que pudiera haber en el mundo. Quizá el grupo funcionase, ¿por qué no? Todavía no sabía si íbamos a ser buenos pero, con una buena amistad, todo podía funcionar.

¡Hola de nuevo GDs! Aquí estoy de vuelta, después de salir viva de los exámenes finales. Creo que podré subir más capítulos ahora en vacaciones, pero no garantizo nada (aunque espero que sea así)
Espero que os haya gustado este capítulo. Como podréis comprobar, ya han aparecido 3/4 de McFly, para vuestra felicidad.
Hoy no tengo mucho que decir la verdad, lo de siempre, como todavía no va muy avanzado el fic, LECTORES NUEVOS, MANIFESTAROS, ya sabéis que me encanta ver COMENTARIOS, que los respondo en cuanto encuentro un hueco, y que si queréis puedo avisaros cada vez que suba un capítulo (o bien, si usáis blogger, podéis suscribiros) Anyway, GRACIAS POR LEER, nos vemos en una entrega más de este fic. Sed felices <3 

viernes, 25 de octubre de 2013

Not Alone Capítulo 4

Capítulo 4.- You set me free, showed me how good my life could be.

El sol me despertó aquella mañana de principios de junio. Me levanté y fui hacia la cocina a prepararme el desayuno, como cada mañana. Llevaba ya demasiados meses en Corringham y se hacían más llevaderos gracias a la presencia del lagarto. Sabía que sin él mi vida habría sido bien distinta.
Mientras desayunaba me puse a leer el periódico. Lo reconozco, me aburría un montón. Estaba bebiendo mi cola-cao cuando empecé a leer algo que me interesó de verdad.


Se me abrieron los ojos como platos y dejé el desayuno a medias sobre la mesa antes de ir a vestirme lo más rápido posible, periódico en mano. Me puse lo primero que encontré y salí corriendo a casa de Dougie. Llegué sin aliento y llamé al timbre insistentemente hasta que el lagarto más dormido del mundo me abrió la puerta.
-¿Kate? ¿Qué demonios haces a estas horas aquí?- preguntó mientras miraba su muñeca en busca de la hora, pero no había ningún reloj ahí.
-Es urgente- le espeté pasando sin que me invitara-. Estaba desayunando cuando leí esto- dije poniéndole en la cara el anuncio-. ¿Lo ves?
-A estas horas no veo nada Kate.
Suspiré, exasperada, y me senté en el sofá.
-Anda, ven aquí- dije palmeando el sitio que estaba al lado del mío-. Aquí- señalé con el dedo índice la parte del anuncio-, pone que buscan un bajista y un batería, chicos de entre 16 y 19 años para una banda de un ex miembro de Busted. Un bajista Dougie, ¡ese eres tú! Tienes que ir, lo sabes, ¿no?
-¿Cómo que tengo que ir? Déjame ver anda- dijo antes de cogerme el periódico y ponerse a leerlo.
Hasta ahora había estado tan nerviosa que no me había dado cuenta pero no llevaba camiseta, tan sólo iba con un pantalón, pero a él parecía no importarle.
-Dougie, es una oportunidad única, y lo sabes. Eres bueno y con ese grupo puedes triunfar.
-Kate, yo no estoy seguro de…
-Dougie Lee Poynter, no me obligues a llevarte a Londres de las orejas a hacer esa audición. Vas a ir.
-¿Y si me dicen que no? Ya has leído, un ex-miembro de Busted, seguro que no estoy a la altura.
-Estás a la altura, ¿no me crees?
-Te creo, pero tú eres mi amiga, no creo que los demás piensen lo mismo.
-Idiota. Lo que te digo es porque es verdad, no porque sea tu amiga. Y sí, seguro que ese ex-miembro de Busted es bueno, no nos vamos a engañar, pero si sabe reconocer el talento te cogerá, estoy convencida.
-Entonces… ¿crees de verdad que debo ir?
-No creo que debas ir, sé que tienes que ir, y sé con seguridad que estarás en ese grupo, triunfarás y yo seré la afortunada amiga del famoso Dougie Lee Poynter.
Logré sacarle una sonrisa después de todo. ÉL seguía teniendo dudas pero sabía, como sabía que triunfaría, que iría a hacer aquella prueba.
-Pero Kate, es en Londres y… Si me cogen, que no va a ser el caso, tendría que mudarme allí y…
-Lo sé Lee. No quiero que te vayas, eres mi único amigo, lo único que me queda aquí, pero sería una egoísta si no fuese sincera. Tienes que ir, aunque eso signifique quedarte en Londres para siempre.
Él me abrazó con fuerza y yo hice lo mismo. Sí, le echaría mucho de menos, pero era su sueño y tenía que cumplirlo.
-Gracias por todo.
-Las gracias deberías de dártelas yo, has hecho más por mí en estos meses de lo que podré hacer yo jamás por ti.
-No mientas tomate, si esto sale bien te deberé mi carrera entera por aquella mañana en la que decidiste leer el periódico.
-Pues en ese caso quiero ser la primera en tener un autógrafo tuyo, y lo quiero ahora.
-¿Ahora?- preguntó. Asentí-. ¿Dónde quieres el autógrafo?
-En una foto nuestra, para darle más credibilidad al asunto, y quiero fecha.
-¿Para qué quieres todo eso?
-Pues porque si no la gente no me creerá, y ya te he dicho que quiero que me crean cuando les diga que era amiga tuya incluso antes de entrar en esa banda.
Doug sonrió y fue a su habitación. Yo le seguí. Cogió una foto de nosotros que tenía pegada a la pared y en el dorso se puso a escribir.
-Ahora me debes ésta foto. Me gusta mucho y, si voy a ir a Londres, quiero llevarte conmigo.
Sonreí. Tras un rato me dio la foto y me puse a leer la dedicatoria.
“Para el tomate Kate del lagarto Lee, próximamente el famoso bajista Dougie Poynter, aquí tienes mi primer autógrafo”
Después hizo una firma rara, como él.
-Mal, lagarto, mal. No serás Dougie Poynter, serás Dougie Lee Poynter.
-El Lee te lo reservo a ti, el resto me llamará Dougie.
-Asumes que vas a ser famoso. Lo suponía.
-Si tú tienes tanta fe en mí, ¿por qué no debo tenerla yo?
Sonreí. Era una buena razón. Después de aquello me quedé a comer en su casa por petición de su madre, a la que estuvimos explicando todo.
-Mamá… ¿Qué dirías si te dijera que me voy a Londres?
-¿A Londres? Dougie… ¿para qué quieres ir a Londres?
-Sam, tiene que ir- dije tendiéndole el periódico y ella comenzó a leer.
-Es mi sueño y… Creo que es una gran oportunidad.
-Lo es. Dougie tiene mucho talento, si va estoy convencida de que le van a coger.
-Vale, vale chicos, lo he entendido. ¿De verdad quieres ir?
-¿Hace falta que responda a eso? – preguntó, y su madre suspiró.
-Vale, irás, pero espero que no vuelvas.
-¿Por qué?
-Me gustaría que entrases en esa banda.

Dougie y yo sonreímos. Era probable que si formaba parte de esa banda no lo volviera a ver, pero tendría que correr ese riesgo si eso significaba que mi amigo cumpliese su sueño.

¡Hola defensores de la galaxia! Aquí estoy un día más con un capítulo de éste fic. Sé que no subo con mucha frecuencia pero ya sabéis, segundo de Bachillerato se lleva mi tiempo.
Espero que os guste, como veis ya empiezan a pasar cosas que van a marcar el transcurso de la historia, porque todos sabemos para qué grupo es la audición.
Lo que os digo siempre, POR FAVOR, COMENTAD, para mi es muy importante vuestra opinión, y creo que para cualquier escritor es importante. A las que comentáis y leéis, MIL GRACIAS, me animáis a continuar con esto cada día. Como llevo pocos capítulos todavía sigo diciéndolo, si sois nuevos lectores y queréis que os avise cuando suba cap o algo, podéis informarme por twitter ( @DearWeirdMaria ) o simplemente seguir el blog para saber cuando subo cosas nuevas si estáis más metidos en blogger.
No os aburro más, intentaré subir cuanto antes. Sed felices <3

viernes, 11 de octubre de 2013

Not Alone Capítulo 3

Capítulo 3.- Lizard’s Birthday

El despertador sonó y yo lo apagué de un manotazo dispuesta a seguir durmiendo. Ya estaba despierta y empezaba a tener algo de cordura. ¿Qué hacía yo un sábado con el despertador puesto? Porque era sábado, lo tenía claro. Sábado 30 de… ¡30 de noviembre! ¡El cumpleaños de Dougie!
Pegué un bote y fui corriendo a ducharme. Tenía una larga lista de cosas por hacer en poco tiempo. Ni si quiera había comprado su regalo, y eso era porque pasaba demasiado tiempo con él y no iba a ser fácil ocultarle que le preparaba algo.
Mi padre no iba a estar en casa todo el día y eso era lo que hacía posible hacer todo lo que tenía pensado.
Eran las nueve cuando estuve completamente lista, con mi mochila a la espalda, más de cien libras en el monedero y mil cosas que hacer.
Desplegué el plano que Dougie me dio un día con el camino hacia mi casa marcado en rojo. Ahora tenía una línea en color azul que llevaba directamente a la pista de skate. No me costó mucho darle una explicación razonable para que él mismo lo marcara. Desde ahí yo misma marqué una línea de color naranja hacia la tienda de animales. Esa iba a ser mi primera parada.
Salí de casa con mis auriculares puestos a ritmo de “Let it be”. Resultó que em sabía mejor el camino de lo que parecía, así que casi no miré el plano. Llegué a la tienda ya abierta y me quité los auriculares antes de pasar. Antes de eso me sorprendió el enorme cartel de liquidación que había fuera. Pasé. No había nadie, tan solo un señor detrás del mostrador. Era mayor y en cuanto me vio dejó lo que estaba haciendo para atenderme, sin yo decirle nada.
-Bienvenida, bienvenida, ¿vienes a comprar algún animal? Qué tonterías digo… Vendrás a ver los animales, como todos…
Toda la emoción del momento se le desvaneció. Me dio pena. Entonces comprendí lo del cartel.
-En realidad venía a comprar una mascota.
-¿En serio, chica? ¿Un gato?
-No, es un regalo para un amigo. Quiero éste lagarto- dije señalándole la vitrina que Dougie me enseñó tiempo atrás.
-¿Ese? Nunca nadie se ha interesado por él.
Fue hacia la vitrina y lo sacó. Yo lo acaricié. Era bonito.
-¿Cuánto es?- pregunté. Él pareció titubear y me dio por pensar que quizá las cien libras no fuesen suficientes. Por eso había cogido más dinero. Conseguiría ese lagarto como fuera, por el lagarto Lee.
-Por ser tú… 50 libras con vitrina y comida.
-¿En serio? ¿50 libras? Mi amigo decía que eran al menos 100.
-No me cabe duda que tu amigo lo cuidará bien y… Bueno, eres la única persona que ha mostrado interés, así que 50 libras y es tuyo.
-Hecho.
Los dos sonreímos y me preparó el lagarto en una jaula de lagarto, vitrina o como quisiera que se llamase. Me dio una caja con la comida, grillos vivos, y el resto de cosas que se necesitaban junto a una hoja sobre los cuidados. Le di las gracias y salí con todo. Me había sobrado más dinero del esperado así que decidí hacerle otro regalo.
Fui a casa a dejar las cosas y luego fui hacia la tienda de música por la que siempre pasaba para ir al instituto. La verdad es que tenía dinero para comprar la guitarra que quería desde que llegué aquí, pero era más apropiado comprarle a Dougie el bajo de luces que quería. Era una tienda barata así que lo conseguí por un precio más que asequible.
Cuando lo tuve todo comprado me dispuse a volver a casa. Eran las once y nada más entrar tuve que dejar el bajo con su funda rápidamente porque llamaron a mi móvil. Sabía quien era. Sólo podía sonar “The Rock Show” con una de sus llamadas.
-¡Hola lagarto!
-¿Has madrugado Kate? Te noto despierta.
Mierda, tenía que haber fingido voz de dormida.
-Sí, un poco, me he despertado hace media hora por un mensaje de publicidad.
-Oh vaya, eso sí que es un problema.
-¿Querías algo, lagarto?
-No, no. Nada.
-Lee…
-Bueno vale, sólo era para saber si te apetecía quedar hoy.
-Claro, eso no lo dudes. Mi padre no está en casa. ¿Qué te parece venir a comer?
-Estupendo. A la una estaré allí. Hasta luego Kate.
-Hasta luego.
Colgué y me fui a preparar la comida. El lagarto había llegado a pensar que no me acordaba de su cumpleaños. Al parecer era buena actriz.
Tuve la comida preparada en poco tiempo y a la una Dougie llamó al timbre de mi casa. No solía ser muy puntual, pero yo ya sabía por qué lo era hoy en especial. Abrí la puerta y lo abracé con fuerza.
-Muchas felicidades lagarto- le susurré en el oído.
-Eres buena actriz, pensé que se te había olvidado por completo.
-Nunca me olvidaría de tu cumpleaños- dije separándome de él.
Pasamos y le hice sentarse en el sofá mientras iba a por los regalos. Cogí la caja del bajo y se la puse en las piernas.
-¿Qué es esto Kate? No tenías que haber comprado nada.
-Sabes perfectamente que sí que tenía. Ábrelo.
Me hizo caso y lo abrió. No sé cómo describir la cara que puse al hacerlo.
-Kate p-pero esto es… ¡Es el bajo que quería! ¿De dónde has sacado tanto dinero?
-No hagas preguntas y abre este- dije pasándole la jaula del lagarto.
Él quitó el papel y tras ver lo que había dentro se quedó con los ojos como platos.
-¿Cómo has conseguido todo esto?
-Demasiadas preguntas lagarto.
-Eres increíble, en serio- dijo él abrazándome. Yo sonreí.
-Me debías algo.
-Lo que quieras.
-Enséñame lo que sabes hacer con el bajo. Para algo tienes un precioso bajo nuevo- le dije con una sonrisa.
-Esto…- susurró bajando la mirada.
-Me has dicho que lo que quiera.
-Es que… No toco delante de la gente.
-¿Y tú quieres ser músico?
-Tengo miedo de que me digan que doy pena.
-Hey Lee, no digas eso nunca, ¿vale? Yo no te diré nada de eso, ni nada. O puede que sí, pero nunca lo sabrás si no tocas algo para mí.
Sonrió, se colocó y comenzó a tocar. Era bueno, muy bueno. Yo sabía tocar alguna que otra nota, pero él era genial y parecía no saberlo. Dejó de tocar y me miró, expectante.
-Lo sé, es horrible- dijo mirando al suelo.
-Eres el lagarto más tonto del mundo. Tocas genial, y lo sabes.
-¿En serio lo piensas?
-Sí, pienso que eres tonto.
-Me refería a lo otro.
-Ah. También pienso que tocas genial. En serio, eres bueno. La banda que te tenga debe de sentirse afortunada.
-Gracias.
-¿Por qué me das las gracias?
-Por lo que me dices.
-Es la verdad, Dougie.
-¿Me acabas de llamar Dougie?
-Era para darle seriedad al asunto Lee y para que no olvides que sé decir tu nombre.
-Ya casi se me había olvidado Kate.
-A mí se me ha olvidado por completo que sepas decir Natalie.
-Es que no me gusta Natalie.
-¿Por qué razón?
-Me suena a nata montada y no me gusta comprarte con ella. No me gusta la nata.
-Es una explicación penosa, y lo sabes.
-Era para ver si colaba. Tú me llamas Lee y yo te llamo Kate, es más corto y me gusta más.
-¿Ves? Esa es una explicación que sólo mi lagarto puede dar.
Ambos sonreímos. Después de esto pusimos la mesa y nos dispusimos a comer lo que yo había preparado.
-Kate, esto está de muerte. ¿Lo has hecho tú?
-Claro, es mi arroz especial.
-Arroz especial del tomate Kate.
Terminamos de comer y después de una tarde entera viendo “Regreso al futuro” entre más y más tonterías, Dougie se fue a su casa y mi padre regresó.
-¿Te lo has pasado bien?- me preguntó. Yo asentí.
-Había hecho arroz pero Dougie se lo comió todo. Todavía queda un poco de carne por si quieres cenar.
-¿Tú ya has cenado?-me preguntó. Asentí y lo dejé allí solo mientras iba a mi habitación. Ésta había sido una de las conversaciones más largas que había mantenido con mi padre, sin acabar discutiendo, en Corringham.
Me tumbé en la cama dispuesta a dormir cuando recibí un mensaje que abrí de in mediato. Por supuesto, era el lagarto.
“Gracias por este gran cumpleaños tomate”

Sonreí y me dormí sintiendo que tenía un amigo de verdad por primera vez en mi vida.

¡Hola Galaxy Defenders y todo ser lector de este fic! Para empezar, espero que os guste el capítulo. Sé que no es muy emocionante pero los siguientes ya lo serán un poco más.
Sé que no subo con mucha regularidad pero es lo que toca, con el instituto podré subir algún viernes o si un martes y un jueves no tengo nada que hacer (cosa dudable). Aún así, gracias por seguir leyendo a pesar de que suba cada siglo.
No tengo mucho más que decir, lo de siempre. Ahora que está empezando, ya sabéis que si lo leéis COMENTADME y si queréis que os avise, me ponéis un tweet o un MD a mi twitter ( @DearWeirdMaria ) y yo os aviso cada vez que suba capítulo que no me cuesta nada. Y si tenéis blogger pues podéis seguirme y así cada vez que entréis en vuestra cuenta blogger podréis saber cuando subo.
No os entretengo más. Sed felices <3

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Not Alone Capítulo 2

Capítulo 2.- We’ve all got our boards later on we’re gonna catch the waves.

Las semanas pasaban en Corringham y el lagarto Lee, conocido por el resto de personas que no eran yo como Dougie, se había convertido en mi mejor amigo. Nos sentábamos juntos en clase, íbamos al instituto y volvíamos a casa juntos e incluso todos los lunes, aprovechando la basura de comida de la cafetería, íbamos a la pizzería de las películas a pedir un “Regreso al futuro”, como empezaba a ser costumbre. A cualquiera esto le podría resultar monótono, pero para mí era perfecto. Me hacía sentir como en casa.
A pesar de ello, apenas hablaba con Danny, y le echaba de menos. Recordé la conversación que tuve con él días después de llegar aquí.
*Flashback*
Estaba en mi habitación con los miles de trabajos que tenía por hacer en mi mesa cuando el móvil sonó. Ya pensaba que iba a ser el lagarto cuando miré quién era. Sonreí antes de cogerlo.
-¿Danny?
-Nat, ¿qué tal por ahí? Te echo de menos.
-Y yo a ti pecoso. No muy mal, tengo un amigo.
-Habló aquí la pecosa.
Me hizo sonreír, aquello siempre era igual.
-¿Cómo está mamá?
-Te echa de menos. ¿Qué tal con papá?
-No le hablo, ni pienso hacerlo. No tenía que haber hecho esto y lo sabe. No se lo perdonaré, quiero volver con vosotros.
-¿No habías dicho que tenías un amigo?
-Al lagarto quizá me le pueda llevar conmigo.
-¿Un lagarto es un amigo? ¿Te lo ha comprado papá?
-Es un amigo, no una mascota, pero yo le llamo lagarto.
-Te prometo una cosa. Cuando tenga una banda y tenga mi casa te sacaré de allí, ¿entendido?
-¿El lagarto puede venir?
-Puede venir, ¿querrás hacerlo tú?
-Por supuesto- dije con una sonrisa.
*Fin Flashback*
Era viernes por la tarde y Dougie y yo íbamos de camino a la pista de patinaje, cada uno con un skate bajo el brazo. El mío, obviamente, era suyo. Yo no tenía ni idea sobre el skate, pero muchas tardes había ido allí con él y al final le acabé pidiendo que me enseñara. Lo que Lee aún no sabía era lo torpe que era yo. Le iba a costar su vida que me mantuviese en pie.
De camino, pasamos por una tienda de mascotas y Dougie me suplicó pasar. No fue precisamente para ver a los perros y los gatos.
-Mira Kate, ¿no es la cosa más bonita que has visto nunca?
Estaba prácticamente pegado al cristal de la vitrina de un lagarto, mirándolo con adoración. No tenía mucha idea de lagartos, así que no tenía ni idea de que lagarto era exactamente.
-Sí, sin duda es precioso. ¿Por qué no te lo compras?
Se apartó de la vitrina, él ya había pensado en eso. Miré el precio incluso antes de que lo mencionara.
-Son cien libras Kate, no tengo tanto.
-Siempre puedes pensar como mi hermano. Todo lo que quiere hacer y no puede lo aplaza para cuando tenga el grupo.
-Inteligente tu hermano- dijo con una sonrisa y nos encaminamos de nuevo hacia la pista, fuera de la tienda de animales.
-Si le conocieras no dirías lo mismo. Es más tonto que tú, y ya es decir.
-¡Eh!- protestó, y yo sonreí.
-¿Cómo vas a llamar al lagarto cuando o tengas? ¿Lee?
-Idiota… Lo llamaré Zukie.
-¿Zukie? Es… Tan raro como tú.
-O como tú, mi bicho raro con el pelo rojo.
-Ey, ¿desde cuándo soy un bicho raro?
-Desde que me conociste. Pero no te preocupes, yo siempre digo que no soy raro, sólo guay a mi manera.
-Buena filosofía de vida lagarto.
Llegamos a la pista y primero le pedí que me enseñara lo que él sabía hacer. Era bueno, se notaba. Yo no conseguiría eso ni en mil años, no teniendo en cuenta lo torpe que era yo.
-Eres bueno lagarto.
-Gracias. La verdad es que ayuda no tener tomates de por medio a los que poder aplastar.
-Tonto- dije sacándole la lengua.
-Venga, es tu turno- me dijo tendiéndome una mano para que me levantase del suelo.
-Oh no, voy a hacer un ridículo espantoso.
-¿Desde cuándo te ha importado eso tomate? Venga, levanta.
Finalmente cedí, agarré su mano y me incorporé.
-Vas a necesitar paciencia lagarto, soy un desastre.
-Bah, seguro que algo se puede hacer. ¿Qué sabes?
-Nada, podemos empezar por mantenernos en pie.
-Vaya, sí que eres mala. Lo intentaré.
Cogí mi skate y me subí en él Dougie hizo lo mismo, sólo que yo parecía un pato con las dos piernas sobre el skate.
-¡Tachán! Ya sé mantenerme.
-Vale, intentémoslo en movimiento
Se bajó del skate y me dio la mano para no caerme a la primera. Fui impulsándome con un pie hasta que cogí velocidad y subí los dos. Dougie me soltó y cuando intenté frenar, me caí. Estuvimos hasta que se hizo de noche intentando hacer progresos. Lo máximo que conseguimos fue que no le cayera del skate en movimiento. Todo un logro que nos llevó toda la tarde. Tras la tarde de entrenamiento volvimos a casa. Dougie siempre me acompañaba a pesar de que ya, al fin, me había aprendido el camino. Yo era un desastre y Dougie parecía que conseguía que lo fuera un poco menos.
-En unos meses serás una gran skater, estoy seguro.
-Que confianza tienes. De todas formas, eres un buen maestro.
-Tú eres una alumna pésima la verdad- le di un codazo-. ¡Ay!
-Todavía queda algo pendiente.
-¿El qué?
-Quiero verte tocar el bajo.
-No creo que sea tan bueno como con el skate.
-Eso lo decido yo. Prométeme que lo harás.
-Lo prometo.
-¿Promesa de lagarto?
-Promesa de lagarto.
Sonreí. Llegamos a mi casa y me despedí del lagarto con un beso en la mejilla.
Nada más entrar en aquello a lo que mi padre llamaba hogar se me borró la sonrisa de la cara. No me gustaba estar allí, y él lo sabía.
-Natalie, ¿ya vuelves?
Como siempre, no respondí. Fui a mi cuarto y dejé mis cosas, incluido el skate que Dougie, finalmente, me había regalado. Fui a la cocina por el simple hecho de que tenía hambre. Mi padre ya estaba cocinando.
-He preparado una ensalada. ¿Te apetece?
Sólo asentí y cogí un trozo de pan de la encimera.
-¿Puedo pedirte algo?- pregunté.
-¿Has decidido romper tu silencio conmigo?
-No creo que te guste la razón.
-¿Qué necesitas?
-Cien libras.
-¿Qué? ¿Para qué quieres cien libras?
-Déjalo, sabía que no podía contar contigo.
Casi me fui, pero su voz me detuvo.
-Sabes que es mucho dinero y…
-¿Tenías dinero para venir y comprar ésta casa pero no para darme cien libras? Gracias, para algo que te pido…
-Primero, la casa es alquilada. Y segundo, está bien, te lo daré, pero dime para que lo quieres.
-Quiero comprarle un regalo a un amigo. Pronto es su cumpleaños.
-¿Tan caro es? Y… ¿tienes un amigo? No lo sabía.
-Porque no sabes nada. Si lo supieras no me habrías traído aquí. Si lo supieras sabrías lo mal que llevamos todo esto Danny y yo-le solté. Decidí cambiar de tema antes de derrumbarme-. ¿Me vas a dar el dinero o no?
-Sí, claro- dijo como aturdido. Sacó su cartera y me dio las cien libras. Me las guardé y cogí dos piezas de fruta de la nevera.
-No me apetece cenar ensalada- fue mi última frase antes de abandonar la cocina.
Fui hacia lo que era mi habitación y me senté en la cama con las piernas cruzadas. Cogí la manzana y le di un mordisco mientras encendía mi iPod. Comenzó a sonar Hey Jude, mi canción favorita. Quizá eso me subiese los ánimos.
La verdad es que había sido un día productivo. Había aprendido a mantenerme en el skate gracias al lagarto, que me había dicho el regalo perfecto para su cumpleaños y lo que es mejor, había conseguido el dinero.

Sonreí y tras terminar mi cena me tumbé. Estaba agotada y no tardé en dormirme.

¡Hola Galaxy Defenders! Hoy estoy intentando hacer cosas productivas así que me he dispuesto a copiaros un cap más de este fic ahora que todavía dispongo de tiempo.
Le quiero dedicar éste capítulo a @eeliiseenda , que hoy es su cumpleaños. ¡Muchísimas felicidades! (otra vez). Puedes considerar éste capítulo mi regalo :D
No pasa gran cosa como veis, pero quiero que vayáis viendo la relación entre Doug y Nat y así las cosas no son todas tan precipitadas. Aún así, espero que os guste.
Os pido perdón por si se me ha colado alguna palabra que no encaje o algún error, pero he tenido mi batalla personal con el teclado, que va cuando quiere. He hecho todo lo posible por que estuviese todo correcto aún así.
Bueno, por último, DEJAD COMENTARIOS, me hacen feliz, y ya sabéis si sois nuevos lectores avisadme a mi twitter @DearWeirdMaria y yo os avisaré cuando suba capítulo.
Me despido. Love ya <3