Capítulo 77.- Cumpleaños.
Dougie y yo no habíamos
preparado nada de la boda a estas alturas. El embarazo antes, y Joanna ahora,
comían nuestro tiempo. A penas ateníamos momentos de soledad, ya que Joanna
estaba siempre con nosotros. Éramos jóvenes, pero no éramos unos críos, ya
sabíamos de sobra que aquello pasaría. Cuando yo iba trabajar, Dougie se
quedaba con la niña, pero las cosas cambiarían cuando tuviera que irse por una
larga temporada. De momento se iban durante periodos cortos y Gio se encargaba
de los dos bebés, o incluso Sam o Jazzie.
Mi madre había viajado especialmente
para conocer a la pequeña y estaba pensando en volver a mudarse a Londres. Nuestra
familia estaba encantada con el tema de la niña.
Hoy era el cumpleaños de Marty,
que cumplía su primer año y por eso Tom y Gio organizaban una fiesta. Joanna
mientras tanto tenía ya siete meses, y era una niña preciosa con el pelo rubio
y los ojos azul verdoso, como su padre.
Estábamos en el centro comercial
comprando algo para comer y de paso, comprar el regalo de Marty. Joanna iba en
el asiento del carrito que llevaba Dougie. Nos paramos en la parte de los
juguetes buscando algo para Marty, al que su padre había puesto todas las
películas de Disney y era tan fan como él. Encontré un Buzz Lightyear y un
Woody. Me di la vuelta para enseñárselos a Dougie cuando vi que Joanna movía
las manos en dirección a un unicornio de peluche casi tan grande como ella,
mientras miraba a Dougie directamente a los ojos como sólo ella hacía.
-Api- le dijo. Yo recordé
aquella primera vez que le dijo eso.
Estábamos recogiendo la mesa
después de comer y Joanna extendió los brazos hacia Dougie, mirándole como
hacía ahora. Al ver que Dougie no la hacía caso articuló su manera particular
de decir “papi”. Ambos nos quedamos mirándola asombrados y ella, comprobando
que Dougie no iba a cogerla, se refirió a mí diciendo “ami”.
-¿Lo quieres?- preguntó
señalándolo. Ella asintió moviendo las manos hacia el peluche-. Vale, papi te
lo compra- dijo dándoselo y ella sonrió.
-La consientes muchísimo- le
dije, y él se volvió a mí.
-Es mi princesita, deja que la
consienta un poco.
-¿Y yo que soy?
-Diría que eres mi reina pero
eso queda muy cutre y además, expresa poco lo que eres para mí. Joanna es mi
pequeña lagarta y tú eres mi lagarta.
-Pues suena un poco a insulto,
eh. Ya sabes, lagarta suele ser sinónimo de ladrona.
-Ya sabes que en mi caso no es
un insulto. No cuando adoro tanto a los lagartos.
-¿Entonces soy tan importante
para ti como tus lagartos?
-Bueno, casi.
-¿Casi?
-Vale, no, mucho más que eso-
susurró, acercándose a mí. Tras eso, iba a sonreír pero mis labios se vieron
inmediatamente ocupados por los suyos. Hacía tiempo que no me besaba así, y
menos en un lugar público. Joanna enseguida empezó a hacer ruido para que nos
apartáramos, interrumpiendo el momento. Me separé con un suspiro y, aún con los
muñecos en la mano, fui hacia la pequeña.
-Ya tienes tu unicornio, ¿qué
quieres?
-Está celosa.
-¿Tú también quieres besitos?
Entonces, Dougie y yo comenzamos
a darla besos en toda la casa. Ella se rió.
-¿Sabes? Creo que mejor cogemos
este Mickey de peluche gigante- dije cambiándolo por los otros dos muñecos.
-Creo que va a ser más para Tom
que para Marty.
-Puede ser, pero le va a
encantar.
Terminamos de hacer la compra y,
tras ir a casa y guardar todo, nos preparamos para ir a casa de Tom a comer. Yo
iba con Joanna en brazos, que no soltaba el unicornio, y Dougie llevaba el
peluche de Marty. En pocos minutos estábamos en casa de Tom, que nos abrió la
puerta con una sonrisa.
-¡Hola chicos! Pasad, Danny
todavía no ha llegado.
Pasamos y enseguida Harry vino a
mí, como siempre. Joanna extendió el bracito que le quedaba libre para que él
la cogiera. Yo se la pasé.
-¿Qué tal pequeña? ¿Te han
comprado un peluche nuevo?
-Dougie que la consiente un
montón.
Dougie vino a mi lado y cogió mi
mano.
-Todos la consentimos un montón,
es la pequeña de la McFamily.
Yo sonreí, la verdad es que
Joanna adoraba a Harry, y él a ella. Con Danny era distinto, él la hacía
llorar, aunque enseguida lo arreglaba con cualquier tontería, haciéndola
sonreír. Claro, era Danny, no podías esperar otra cosa de él.
En ese momento apareció Danny
con Geo y vino hacia nosotros. Joanna agarró su unicornio con fuerza mirando al
pecoso, no quería que se lo quitase. Danny estalló en una de sus sonoras
carcajadas.
-No te lo voy a quitar pequeña-
dijo pellizcando con suavidad una de sus mejillas-. ¿Y Marty?
-Ni idea, Gio creo que le está cambiando-
dijo Miriam-. Pero ya tenéis a Joanna para adorarla.
-Le encanta ser el centro de
atención.
Danny en ese momento le quitó a
Joanna el unicornio y ella se puso a llorar. Fue entonces cuando Danny la cogió
de los brazos de Harry con un brazo mientras que con el otro mantenía al
peluche apartado. Joanna empezó a pegarle con sus pequeños puñitos, llorando
cada vez más. Danny se reía escandalosamente, pero finalmente le dio el
unicornio. Joanna dejó de llorar, aunque seguía con sus pucheros mirando a
Danny. Él hacía lo mismo sin dejar de reírse. Ella extendió su brazo hacia
Dougie, que estaba a su lado. Danny la había cabreado. Dougie la cogió de los brazos
de Danny con cuidado.
-Ven aquí pequeña. Tío Danny es
tonto, ¿verdad? No te preocupes, es así con todo el mundo, pero papi está aquí.
A mí siempre me había
enternecido ver a Dougie y a Joanna así, pero Geo y Miriam los miraban con
adoración.
-La consentís mucho. Yo en cambio le enseño importantes lecciones
en esta vida.
-Claro, por eso te odia- dijo
Miriam.
-Me odia porque no la doy lo que
quiere.
-Tú se lo quitas.
-Como todo en esta vida.
-Vamos Dan, es demasiado pequeña
para entender eso todavía, deja que sea feliz.
Danny iba a formular una
respuesta pero en ese momento Gio y Tom bajaron con el cumpleañero y todos
fuimos a felicitarle. Habían preparado una comida tras la cual sacaron una
tarta con forma de Mickey y una vela con un uno. Todos cantamos el cumpleaños
feliz y luego hicimos que Marty soplara la vela. Tras eso, tocó abrir los
regalos, que a su padre, obviamente, le encantaron, porque era incluso más
infantil que su hijo.
Dejamos a los niños jugar
mientras nosotros veíamos “Regreso al futuro”, descubriendo que Tom se sabía
todos los diálogos. Nos quedamos allí, pasando un rato de grupo hasta la hora
de la cena. Marty y Joanna se quedaron dormidos entonces, así que decidimos
volver a casa. Dougie llevaba, arropada en su chaqueta, a Joanna, que estaba
dormida desde hacía unas horas. Yo caminaba pegada a él, agarrándole la cintura
con mis brazos.
-¿Te he dicho alguna vez lo
adorable que te pones cuando estás con Joanna?
-No, que va, nunca- dijo
ironizando, pero sonrió. Se lo había dicho como un millón de veces-. ¿Y yo te
he dicho alguna vez lo preciosa que estás?
-Nunca- respondí con la misma
ironía que usó él, y sonreí también.
-Quizá debería decírtelo más a
menudo. Me encanta que sonrías.
Volví a sonreír. No podía
evitarlo con él a mi lado. Llegamos a casa y nada más entrar por la puerta,
Joanna se despertó y comenzó a llorar.
-Tiene hambre- dije yendo hacia
la cocina a preparar el biberón. Dougie intentaba tranquilizarla mientras.
Cuando el biberón estuvo listo, Dougie se lo empezó a dar.
-¿Crees que hoy podrá dormir
toda la noche?
-¿La verdad? No, pero bueno,
mañana es domingo, podemos dormir todo el día si quieres.
Cuando se tomó todo el biberón
volvió a quedarse dormida. Mientras Dougie la llevaba a su habitación yo fui a
la nuestra, me quité los zapatos y volví al pasillo, mirando por la puerta como
Dougie dejaba a Joanna en la cuna y volvía
a mí con una sonrisa.
-¿Sabes? Hay algo que estoy
deseando hacer.
No me dejó preguntar el qué,
porque se lanzó a mis labios, besándome con urgencia, demasiada. Sabía lo que
quería, y yo también lo quería. Me estampó contra la parred del pasillo mientras
no parábamos de besarnos y acariciarnos por todas partes.
-Joanna duerme- dije en apenas
un susurro contra su oído, con la voz agitada-. ¿No querrás que se despierte?
-Llevas razón- dijo, cogiéndome
a peso para llevarme a nuestra habitación.
Me tumbó sobre la cama y se puso
sobre mí. Era indescriptible lo mucho que había echado de menos sus besos, aquella
forma en la que quitaba mi ropa, casi con desesperación. Sabía que él también
lo había echado de menos, se le notaba en cada uno de sus movimientos. Ambos
intentamos controlar los gemidos, ninguno quería despertar a Joanna y que
fastidiase ese momento, por lo que yo, en un intento por no ser ruidosa, mordí
el hombro de Dougie, que emitió un sonido ahogado.
Acabamos exhaustos y abrazados,
sintiendo el calor de nuestros cuerpos, pero no todo podía ser tan perfecto. El
aparatito idéntico al que teníamos en la habitación de Joanna comenzó a sonar,
llorando. Suspiré. Me iba a levantar, pero Dougie impidió mi movimiento con sus
brazos y con un beso en los labios.
-Ya voy yo, me toca a mí, ¿no?
Sonreí, viendo como se ponía sus
calzoncillos e iba hacia la habitación de Joanna. Me acordé de aquel primer día
en casa, cuando mencioné lo agotador que sería todo esto de la niña, y las
palabras de Dougie en aquel momento.
-Haremos turnos. Una noche tú y
otra yo.
-¿Cómo si fuésemos a hacer una
guardia para una misión?
-Veo que ha captado la idea
soldado. Hoy haré la guardia yo.
Y, despidiéndose como un soldado
se fue a calmarla. Con ese pensamiento me dormí con el cese del llanto antes de
sentir a Dougie a mi lado.
¡Hola Galaxy Defenders! ¿Qué tal hoy celebrando los 10 años de McFly? Yo, para celebrarlo, a parte de ponerme sus discos y fangilear en mi twitter, he decidido subir capítulo para todos los lectores de mi fic.
A parte de ser hoy el aniversario de McFly, gracias a este fic conocí a mis High Three, @CeliaGGH y @martaisnotatsix , así que chicas, este capítulo va por vosotras, porque hace un año que las dos estábais leyendo este fic.
Bueno, dejando esto aparte, es el PENÚLTIMO CAPÍTULO TCHANTCHANTCHAN. Esto se acaba, y ahora más que nunca, porque sólo queda un capítulo, que no tengo ni terminado, para que veáis lo raro que me resulta esto. Así que intentaré terminarlo con los días, iré pasando lo que tengo y quizá para finales de semana tengáis este fic terminado, pero don't worry, ya sabéis que soy muy pesada y tengo otro preparado.
Bueno, para concluir, os pido, como siempre COMENTARIOS, SON GRATIS, ME HACEN FELIZ, y blah, blah, blah. No os doy más la brasa, @DearWeirdMaria se despide. ¡FELIZ MCANIVERSARIO! Love ya <3