jueves, 26 de junio de 2014

Not Alone Capítulo 10

Capítulo 10.- Some people live, some people die.

Lee se había marchado con su grupo hacía ya un año, así que ya había asimilado su ausencia. Aún así, seguía sin saber a qué grupo pertenecía ya que él no me lo decía en su llamada mensual y yo no lo averiguaba. Sin embargo, había reconocido la voz de mi hermano en el grupo McFly y la verdad, eran buenos. Eso era lo único que sabía sobre su grupo y ya era más de lo que sabía sobre el de Lee.
Mientras tanto en el instituto Joanna y yo éramos igual de invisibles que siempre, aunque al parecer muchas de las chicas de mi instituto escuchaban al grupo de mi hermano porque, según ellas, “todos están muy buenos”. A raíz de esos comentarios decidí juzgarlos por su música y no por ninguna foto suya, aunque ya sabía cómo era mi hermano y me costaba verle como un sex-symbol.
— ¿Has visto las nuevas fotos de Danny? Está para comérselo— escuché un día por el pasillo. Joanna iba a mi lado y comenzó a reírse.
—Me repuja que hablen así de mi hermano cuando son tan z…
—Eh, los zorros no merecen tal insulto.
—Es verdad, debería de decir putas baratas. Diría que mi hermano no saldría jamás con ellas pero le pierden las chicas.
—Piensa en la parte positiva del asunto: hay tantos Jones en este país que ni siquiera te relacionarán  con él. Eso es un consuelo.
— ¿Por qué?
—Porque te convertirías en su juguete. Te pedirían autógrafos, fotos, conocerlo, que le pidieses matrimonio de su parte. Mil cosas. Nunca se sabe con qué puede salir una fan.
—Entonces mantengamos en secreto que es mi hermano.
—Hecho— dijo uniendo su meñique con el mío.
En ese momento recibí un mensaje, así que lo abrí. Era mi padre. Tan solo ponía dos palabras, aquellas que llevaba esperando tanto tiempo pero que en aquel momento no supe interpretar: “lo siento”.
—Hey Kate, ¿te pasa algo?
—Creo que algo no va bien.
— ¿Por qué?
—Mira— dije enseñándola el mensaje—. No sé lo que quiere decir.
— ¿No es lo que llevabas esperando todo este tiempo? ¿Una disculpa? Aquí la tienes.
—No Joanna, aquí algo no va bien.
—Venga Kate, seguro que no es nada. Cuando llegues a casa todo se solucionará.
Sabía que lo que decía era simplemente por consolarme, pero lo agradecía. Mi padre llevaba mucho tiempo sin atreverse a pedirme disculpas y cuando lo hacía era por sms. ¿Por qué en ese momento? ¿Por qué no cuando llegase a casa? Sabía que algo había pasado.
Después del instituto llegué a casa pero mi padre, que a esas horas solía estar por casa, no estaba. Preferí no sacar conclusiones precipitadas y relajarme. Estaba leyendo Harry Potter cuando llamaron a casa.
— ¿Diga?
— ¿Natalie Kate Jones?
—Sí, soy yo. ¿Con quién hablo?
—Le llamo desde el hospital. Su padre ha sufrido un accidente y está muy grave.
— En seguida voy para allá— dije antes de colgar.
Todos mis presentimientos se habían hecho realidad y mi mundo comenzaba a desmoronarse, otra vez. Tan solo cogí el móvil, las llevas y un poco de dinero para el transporte. No pensaba, tan solo me movía para llegar lo antes posible. Una vez estuve sentada en el tren camino al hospital no pude evitar soltar todas las lágrimas que tenía. Necesitaba desahogarme pero no podía perder tiempo: la vida de mi padre se iba a cada segundo. Cuando estuve un poco más calmada, llamé a Danny. Lo tenía que saber, también era su padre.
— ¿Natalie?
—Danny, verás, tengo que contarte algo urgente.
— ¿Qué pasa Nat?
—Papá ha tenido un accidente y está en el hospital muy grave. Creo que deberías venir.
— ¿Ahora?
—Sí, ahora. Es tu padre Danny, me da igual como te caiga, pero ven. Yo voy de camino al hospital.
—Está bien. Tardaré unas horas.
—El menor tiempo posible Danny, se muere.
Nadie me había dicho que se moría, pero conocía el significado de las palabras “muy grave”. Tras colgar con Danny me bajé del tren para ir al hospital. Nunca había estado allí así que me perdí un poco, pero finalmente me dijeron la habitación. Sin perder tiempo, entré. Mi padre estaba despierto en una cama, respirando forzosamente con una máquina. Me senté en una silla que había a su lado y le agarré la mano.
— Hola papá.
Él me hizo gestos para que viese el mensaje.
—Lo he leído antes. Te perdono, pero no te mueras, ¿vale? Tienes que aguantar. Danny está de camino. ¿Sabes? Ahora tiene una banda, lo ha conseguido.
Yo no paraba de decirle todo aquello que me había guardado durante aquellos años, lo que fuera para mantenerle despierto. Sabía que estaba mal, y no podía evitar llorar cada vez que hablaba.
Pasado un rato de estar con él, una enfermera vino a confirmar mis sospechas: no iba a sobrevivir, le quedaban horas de vida. El accidente había causado daños irreparables y eso era lo que me dejaba a mí, un par de horas.
Me arrepentía de no haber pasado más tiempo con él, de haber derrochado tanto tiempo. Había sido una estúpida, siempre lo había sido y no creía que las cosas fueran a cambiar. Al fin y al cabo, todo lo que tocaba se hacía añicos.
Mientras mi padre permanecía estable fui a la máquina de café. No quería quedarme dormida cuando no sabía cuánto tiempo le quedaba, así que, aunque no me gustaba el café, me tomé uno.
—Natalie— escuché a una voz masculina decir. Me di la vuelta inmediatamente y allí le vi, con cara de preocupación. Me lancé a sus brazos y empecé a llorar.
—Danny…
—Nat… Te he echado de menos.
—Y yo a ti. Demasiado.
—Hey, ¿y esos colores bicho raro? — preguntó apartándome para mirarme mejor.
—Me cansé del rojo. Además, creo que pega con tu canción— dije con una diminuta sonrisa. Él era de esas personas que lograba que sonriera en los peores momentos.
—Con que has adivinado cuál es mi grupo…
—McFly, ¿eh? ¿Cómo Marty McFly?
—Exactamente. Bueno, ya tendremos tiempo para hablar del grupo. ¿Vamos a ver a papá?
Yo asentí y fui caminando hacia la habitación.
—Te aviso que está muy mal. No le queda mucho tiempo de vida.
Danny asintió y yo abrí la puerta. Danny se quedó helado al verle en la camilla en ese estado.
—Mira quién ha venido papá. Es Danny— dije mientras nos sentábamos cada uno a un lado de nuestro padre.
—Hola papá, hacía mucho que no te veía.
Mi padre levantó el brazo y se quitó la mascarilla de oxígeno que tenía en la boca a pesar de que yo intenté impedírselo.
—Estamos todos juntos… Como en los viejos tiempos— dijo tomando respiros en cada palabra, le costaba hablar. Él sabía que le quedaba poco, nosotros también.
—Falta mamá— dije yo con tristeza.
—No he querido llamarla, es un viaje demasiado largo.
—Chicos yo… Lo siento— cada vez tenía menos fuerza, hablaba entre susurros—. Solo quiero… vuestro perdón.
—Ya sabes que te perdono papá, pero no te vayas.
—Yo también te perdono, quédate— dijo Danny.
—G-gracias, ya puedo…
— ¡NO! — grité yo llorando—. No te vas a morir, ¿vale?
Pero ya todo daba igual, sus ojos miraban al vacío y la máquina que indicaba su pulso nos hizo saber que se había ido.
— ¡Papá! — gritaba y lloraba al cadáver de mi padre porque ni siquiera sabía que otra cosa hacer para que volviera a la vida. Bueno, sí que lo sabía: ni yo ni nadie podía hacer nada ya.
Danny, en medio de mi desconsuelo, me separó de la camilla justo cuando vinieron las enfermeras a comprobar lo que nosotros ya sabíamos, que había muerto.
Me sacó de la habitación y me abrazó con fuerza. Ambos temblábamos a causa de nuestros sollozos. Era todo lo que necesitábamos ahora, desahogarnos y estar juntos.
—Se ha ido, se ha ido. Ahora estoy sola— susurraba.
—Hey, no digas eso. Yo estoy aquí y no voy a permitir que estés sola, ¿vale?
Yo asentí, pero no sabía por qué. No le creía, no estaba en condiciones de creer nada. Ya me había sentido sola teniendo a mi padre, ahora sin él, me sentía más sola todavía. Tenía a mi hermano, sí, pero él tenía su grupo, una vida, y yo tan solo era un estorbo que destrozaba todo aquello que tenía. Mi mundo se desmoronaba y yo no podía hacer nada.

 ¡Hola Galaxy Defenders! Bueno, ya me han dado las notas de selectividad y es oficial, ¡soy libre todo el verano! Así que a partir de ahora me tendréis por aquí, espero, con frecuencia. Este capítulo quería subirlo el mismo martes pero fui a celebrar las notas así que no fue posible.
Espero que os guste este capítulo, como veis, ya hay drama, quizá no tanto como esperabais (?) y creo que podéis haceros una idea de qué va a pasar a continuación. A pesar del drama y la tristeza, vendrán cosas mejores.
Hoy no me extiendo más, como siempre, COMENTAD, me hace muy feliz ver vuestra opinión al respecto, las suposiciones que tenéis y demás. Si no es por aquí podéis comentarme por twitter igual (recuerdo, @DearWeirdMaria). Esto es todo por hoy, ¡feliz verano a todos! Sed felices :D

jueves, 19 de junio de 2014

Not Alone Capítulo 9

Capítulo 9.- I don’t wanna give you away cause it makes no sense at all.

Subí las escaleras de la casa de Lee después de abrirme la puerta su madre. Si el grupo triunfaba esta podría ser la última vez que viniese. Lee estaba con una maleta abierta encima de la cama, metiendo la ropa hecha un ovillo.
—Toc-toc— dije dando golpes a una puerta que estaba abierta. Él me miró con una sonrisa y me hizo un gesto para que pasara, así que eso hice.
—Sé que soy un desastre ordenando mis cosas.
—Lo eres, y cuando llegues a Londres, ¿quién te planchará la ropa?
—Tom seguro que sabe, lo tengo garantizado.
—Tengo ganas de conocer a ese tal Tom, va a ser el único que ejerza de persona madura me da a mí.
—Es más que probable.
—Trae que te ayudo— dije con una sonrisa triste doblando, solo un poco mejor de lo que él tenía, su ropa.
—No tienes por qué hacerlo. Sé que esto no te gusta.
— ¿A qué te refieres con esto?
—A las despedidas.
Dejé la camiseta doblada en el fondo de la maleta y lo miré.
—Claro que no me gustan. De hecho, las odio, pero es la última tarde que puedo pasar contigo, así que voy a aprovecharla.
—Anda, ven aquí- dijo abriendo sus brazos. Yo le abracé con fuerza, y él hizo lo mismo.
—Te voy a echar muchísimo de menos lagarto.
—Y yo a ti tomate. Veo que tu color tomate se está yendo.
—Quiero ponerme cinco colores— dije sonriendo.
— ¿Cinco colores? ¿En qué piensas? ¿Quieres dejar de ser mi tomate para ser mi arcoíris?
—Es exactamente eso.
—Pues, dado que no voy a verlo, quiero fotos.
—Las tendrás. Por cierto, hablando de fotos, te debía esto— dije sacando una foto idéntica a la que él me dedicó una vez, pero esta vez, dedicada por mí.
— ¡Mi foto! Gracias por traerla. De verdad que me gusta muy mucho. ¿Está dedicada?
—Por supuesto, ¿lo dudabas?
—Nunca se sabe contigo. Voy a leerlo en voz alta.
— ¿No puedes leerla para ti? Me da vergüenza.
—Pues no. Empiezo: “Para mi lagarto favorito…” ¿tu lagarto favorito? ¿Acaso tienes más?
—No tonto, por eso eres mi favorito.
—Y tú mi tomate futuro arcoíris favorito. Bueno, que sigo: “… de tu amiga no famosa, el tomate Kate. Sé que tú y tu grupo triunfaréis, pero espero que no te olvides de mí. Te quiere, Kate.” ¿De verdad piensas que me voy a olvidar de ti? Mira que eres tonta, tomate.
—Habló aquí el inteligente. ¿Cuánto es uno más uno?
—Pues… Uno más uno son siete, ¿quién me lo iba a decir?
—Lo dicho, tontísimo— dije sin parar de reírme.
Después a ritmo de The Beatles, seguimos recogiendo sus cosas en el menor tiempo posible, porque al día siguiente, temprano, volvería a Londres y tenía que tener todo recogido.
—Oh Dios mío, ¿tu pared era blanca? Nunca había sabido su verdadero color—dije cuando quité uno de sus posters de Blink.
—Reconoce que la dejé mucho mejor, el blanco era demasiado soso.
—Pero… ¿cuántos posters de Blink tienes?
—Pues cinco, aunque no sé qué habitación tendré en Londres. Dejaré un hueco para el póster de mi grupo.
— ¿Y para los premios no?
— ¿De verdad piensas que ganaremos premios?
—Por supuesto. Hasta el artista más cutre los gana, y sé que un grupo que te tenga no puede ser malo— con el comentario me gané una sonrisa por su parte.
A cada poster fuera de la pared más vacía se veía la habitación, y más se notaba que no era una simple tarde de risas: era una tarde de despedida, la última que pasaría con Lee, y eso me ponía triste.
Cuando absolutamente todo estuvo recogido, Lee me invitó a cenar, así que me quedé, aprovechando los últimos momentos junto a mi mejor amigo.
A la hora de volver a casa, Joanna me mandó un mensaje: “¿Qué tal ha ido?”
A lo que respondí: “Bien, lo peor viene mañana. No soporto las despedidas.”
Llegué a casa sin molestarme en no hacer ruido, mi padre había desistido hacía mucho conmigo y parecía que no vivía en la misma casa que yo. Eso era lo que yo quería, ¿no? No. Lo que yo esperaba era una disculpa, un “hija, no quería hacerlo”. Pero nada de eso había llegado, así que no me digné a perdonarle por algo que él no consideraba para perdonar.
A la mañana siguiente me desperté temprano y me vestí a toda prisa. Joanna llamó a mi puerta enseguida y fuimos a buscar a Dougie, era el día.
—No quiero que se vaya— dije.
—Lo sé Kate, pero es su sueño, ya sabes que es lo mejor. Le volverás a ver pronto, estoy segura.
—Eso espero, sé que es lo mejor.
Una vez llegamos a casa de Dougie cogimos un taxi los tres para ir al aeropuerto. El tiempo volaba porque eran mis últimos momentos junto a  mi mejor amigo. Incluso la eterna espera del aeropuerto se hizo corta, así que enseguida llegó el momento de la despedida.
Dougie se levantó con sus maletas y Joanna le abrazó y le susurró cosas que no supe identificar. Después fue mi turno, así que abracé a Dougie con todas mis fuerzas.
—Te voy a echar mucho de menos lagarto, no sé si te lo había dicho.
—Para nada tomate. Yo también te voy a echar mucho de menos. ¿No puedo llevarte conmigo?
—Eso se lo tienes que preguntar a tu grupo, pero yo me dejo secuestrar.
—Es bueno saberlo— dijo antes de separarse de mí— No te deprimas por mí, ¿vale? Te llamaré todo lo que pueda.
—Gracias lagarto.
—Gracias a ti por ser mi única amiga aquí y gracias por hacer que cumpla mi sueño.
—Es lo que mereces. Anda, corre, Londres te espera.
Nos miramos por última vez y desapareció por la puerta de embarque. Joanna y yo, cuando se fue, fuimos hacia el instituto, un poco más tristes y con un vacío en nuestro interior.

¡Hola Galaxy Defenders! Más de seis meses sin subir, creo que es un récord personal. ¿Os habíais olvidado de mí? ¿Del fic? Lo veo normal. Sé que si ahora queréis continuar os leeréis el anterior, creedme, yo he tenido que hacerlo para seguir escribiendo. Pero bueno, lo importante es que por ahora estoy de vuelta, al menos hasta que me den las notas de selectividad y me digan si he aprobado. Si es que sí pues seré pesada el resto del verano, si no... Mejor que no ocurra.
Dejando a un lado mi desaparición temporal por culpa de selectividad, me meto en el capítulo. ¿Esperábais más drama? ¡No os preocupéis! Me gusta el drama, tendréis pronto. Dejando el drama, espero que este capítulo os guste, aunque sé que es corto y tal, como siempre digo, vendrán más largos.
Como siempre, espero que muchos sigáis ahí a pesar de no publicar en seis meses, así que si seguís ahí, COMENTAD, me hacéis muy feliz- por aquí si blogger os deja o por twitter (@DearWeirdMaria). Y bueno, que si os gusta no dudéis en recomendadlo por ahí, la promoción es buena. No os doy más la brasa y me despido. ¡Sed felices, que ya casi es verano!