Capítulo 15. - Just remember to smile and that’s a good enough start.
Las semanas pasaban allí en Londres y yo a
penas era consciente del tiempo. Tan solo sabía que algún día tendría que
volver al instituto y me iba a costar, porque llevaba mucho retraso, así que un
día decidí hablar con Danny sobre eso.
—Hey, ¿qué tal enana? ¿Qué
querías? — preguntó.
Yo había entrado en su
habitación, interrumpiendo una nueva composición. Normalmente me molestaba que
me llamase enana, pero ya no. Me hacía sentir protegida, lo que era, su hermana
pequeña y también me hacía sentir que no estaba sola, que le tenía a él.
—Verás Danny, creo que como
hermano mayor deberías ser tú quien dijera esto pero como sé que no lo dirás…
—No me digas que me vas a dar
una charla de sexo.
— ¡No seas idiota! El caso es que tengo que
ir al instituto.
—Ah eso… ¿Para qué quieres ir? El enano ya no
va.
—La diferencia entre Lee y yo es que él tiene
trabajo y yo, si quiero tenerlo, debo estudiar. Además, debo ir.
—No, si al final vasa ser la responsable de
la familia. ¿Por qué no te dedicas a la música?
—Porque yo no tengo miles de seguidoras que
mojan las bragas por verme.
— ¿Tengo esa clase de fans?
—Tendrías que ver la clase de gente que hay.
Bueno, el caso, me tienes que llevar.
— ¿Cómo que te tengo que llevar? No puedo
Nat, tengo…
—Daniel Alan David Jones, eres mi hermano y
por ello mi tutor, así que tú me acompañas. Y tiene que ser hoy para empezar
mañana. Llevo ya mucho retraso.
—Vale, vale…
Después de esperar un largo rato a que Danny
se arreglara estuvimos buscando un instituto cercano, aunque su casa estaba un
poco lejos de todos. Encontramos uno que tenía buena pinta y fuimos a hablar con
la directora, la cual no puso muchas objeciones dado quién era mi hermano. Tras
firmar papeles varios volvimos a casa. Yo empezaría al día siguiente.
Cuando llegamos a casa, Lee y Harry jugaban a
la play mientras Tom hacía la comida, como siempre. Mi hermano decidió unirse a
la panda de gandules mientras yo iba a ayudar a Tom.
—Hola Nat, ¿dónde habéis estado?
—He obligado a Danny a que me apunte al
instituto. Me gustaría hacer algo con mi vida, ya sabes. Tener al menos el
graduado escolar.
— ¿No querías dedicarte a la música?
—Me gusta, ya lo sabes, pero siempre es bueno
tener algo de repuesto. No creo que pueda conseguir lo que vosotros habéis
conseguido.
—Yo creo que eres muy capaz, pero me parece
bien que tengas tan claras las cosas. Los otros tres creo que todavía no tienen
claro que hacer con sus vidas.
—Sí que lo tienen, les encanta no hacer nada.
—Cierto. Pero desde que tú estás aquí
empiezan a hacer más cosas. Los estás cambiando.
—Si a ir a la compra obligados lo llamas
cambiarlos, creo que sí.
—Yo no lo consigo ni obligándolos, pero
supongo que será que tú eres una chica y tienes más poder que yo.
— ¿Yo más poder? Eso es mentira.
—Danny es tu hermano mayor, eres su
debilidad, y Doug y Harry te adoran. Estoy seguro que harían todo lo que tú les
pidieses.
—Eso no es así, por lo general pasan bastante
de lo que digo.
La verdad es que la parte en la que Harry me
adoraba era complicada. Yo era su amiga, como de Lee, pero de amigos a sentir
adoración… Tom se pasaba un poco.
Dejamos el tema y terminamos de preparar unos
espaguetis que servimos enseguida en la
mesa. En cuanto la comida estuvo en la mesa el juego dejó de tener importancia
y fueron corriendo a engullir la comida.
—Oye, digo yo que podíais esperar a que
estemos todos— dije con indignación.
— ¿No sabes que hay que comer para crecer
Natalie Kate? — me dijo Harry— Deberías probarlo.
—Estúpido— le respondí sacándole la lengua—.
Yo necesitaré crecer pero tú ya estás crecidito de sobra.
—Pero necesito engordar para ponerme
musculoso como los chicos de las revistas de adolescentes, así gustaré más a
las fans y dejaré de ser el miembro insignificante de McFly.
—Sois músicos, no modelos Harry Mark— dije.
Mi cabeza pensó inconscientemente que él
estaba bien así, aunque quizá fuesen solo cosas mías. Aún así, ¿en qué demonios
estaba pensando?
—Pero los músicos guapos tienen más éxito,
más publicidad y atraen más chicas— respondió. Me guiñó un ojo y yo puse los míos
en blanco.
—En ese caso no bastará solo con comer,
tendrás que apuntarte a un gimnasio si no quieres que te salga tripa y salgas
en las revistas, pero de anuncio de “adelgaza en quince días”.
—Já, já, qué graciosa. Yo hago mucho deporte,
la batería cansa mucho.
—Eso está por ver.
—Si quieres te enseño y lo compruebas.
La verdad es que yo sabía algo de batería,
pero no me apetecía decirlo. La idea de que me enseñara y que viese que sabía
era bastante tentadora, así que miré a Danny antes de que hablase para que
guardara silencio. Estaba en su mundo, mirando con detenimiento un espagueti,
como si la cura contra el cáncer estuviese ahí, así que pasó de mí.
—Vale. Cuando quieras.
—Eso suena a cita— dijo Lee levantando las
cejas.
Sorprendentemente Harry y yo nos pusimos
rojos como tomates. Lee lo notó.
— ¿Quién ha dicho cita? —preguntó mi hermano
saliendo de su aturdimiento.
—Nada Dan, nada. Vuelve a la luna.
— ¿Por qué me tratáis como si fuera tonto? —preguntó
—Porque lo eres— contestó Harry.
— Hey, un respecto. Nat, diles algo.
— ¿De verdad quieres que tu hermana te
defienda? Qué pena das.
—Hazz…— comenzó Tom.
—Claro que necesita que lo defiendan, aquí la
única que lo llama tonto y con razón soy yo, porque aquí vosotros estáis igualados
en tontería. Bueno Tom, tú te salvas.
— ¡Eh! Un respeto a los demás— exclamó Harry.
—Lleva razón, Harry. No tiene sentido
contradecirla. Yo había llegado a pensar que era tonto hasta que conocí a
Danny.
—Lee, deja a mi hermano que se lo toma muy a
pecho.
—Mejor, mejor, que luego llora y escribe
alguna canción decente.
—Eh, eso lo hace Tom.
—¿Qué pasa, que aquí soy el único sensible?
—Parece que sí Tom, pero creo que algunos
deberían aprender de ti.
— ¿Insinúas que yo no puedo ser sensible? —preguntó
Harry.
—La verdad es que no he podido descubrirlo.
Me pareció ver una expresión extraña en su
cara, aunque no pude descifrar cuál.
—Eh, que yo soy muy sensible— dijo Lee,
claramente indignado.
—Sí, sensible con tus lagartos, porque novia
no tienes— respondió Harry.
—Eso es porque estoy casado con mis lagartos.
— ¿Veis? Eso sí que es amor incondicional—
dije, y todos rieron.
La verdad es que todas aquellas tonterías
eran las que nos hacían un poco más felices cada día. Y las agradecía más que a
nada.
¡Hola Galaxy Defenders! Sé que McFly ya prácticamente ha dejado de existir como tal y que es una mierda todo el rollo de McBusted pero... ¡este fic no ha muerto! Y además, no hay Busteds salvajes que aparezcan por ahí. Así que no os preocupéis, que hay fic para rato.
Como siempre, siento el retraso, pero he empezado la universidad y aunque llevo ya más de un mes, estoy intentando habituarme al horario de tarde y hacer algo por las mañanas a parte de lo poco que hago. Pero intentaré subir con más frecuencia.
Espero que el capítulo os guste aunque no pase gran cosa. Ya sabéis, relleno necesario, pero ya vendrán mejores y drama, que sé que os gusta el drama.
Y de nuevo como siempre, COMENTAD con vuestra opinión sobre el capítulo o lo que sea referente al fic, como queréis que continúe, lo que esperáis y tal. Es GRATIS y NO HACE FALTA ESTAR REGISTRADO PARA COMENTAR. Para cualquier cosa, @DearWeirdMaria a vuestra disposición. Sed felices <3
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