Capítulo
7.- Superando la resaca.
Pisadas, una puerta cerrarse de un
golpe. ¡Qué dolor de cabeza!. “¿Qué ha pasado?” me pregunté. No tenía ni idea,
pero me dolía demasiado la cabeza como para pensar. Abrí los ojos lentamente.
Estaba en el sofá tumbada, pero ni rastro del rubio. Juraría que me había
dormido encima suya. Quizá se hubiera despertado ya. La cabeza se me empezaba a
despejar y con ello venían los recuerdos de la noche anterior. ¡Oh Dios! ¡Le
besé! Bueno, nos besamos… ¡Pero si le conozco de un día! Bueno, estábamos
borrachos, eso podía explicarlo todo, quizá no se acuerde. Me levanté con
cuidado del sofá, estaba realmente mareada, la cabeza me daba vueltas,
demasiadas. Me levanté al fin del sofá y fui hacia la cocina. Gio había llegado
ya. Dougie estaba sentado en una silla con una taza de café en la mano.
-Buenos días- dijo Gio, demasiado alto
para mi dolor de cabeza.
-Shh…No grites.
-Veo que tú también estás de resaca-
dijo en un tono más bajo y yo asentí sentándome en una silla enfrente de Dougie.-
¿Qué estuvisteis haciendo vosotros dos anoche?
-Beber- dijo Dougie.
-Eso se ve… ¿Los demás están así
también?
-No sabemos, nosotros montamos la
fiesta en casa. Ellos se fueron por ahí.
-Así que solos ¿eh?- preguntó, y ambos
sabíamos a lo que se refería, asentimos rojos como tomates- ¿Café?- me preguntó
y volví a asentir.
-Gracias- susurré una vez lo tuve entre
las manos.
-No hay de qué- dijo y me puso una
pastilla a mi lado, que me tomé acompañada con un trago de café.
-Café co’ lechi- dijo Dougie de repente
en español y yo sonreí.
Mis padres eran españoles, y yo nací en
España, aunque desde que tenía uso de razón vivía en Londres. Conocía mejor el
idioma que se habla aquí que el de mi propio ligar de nacimiento. Aún así, a
pesar de no haber visitado España muchas veces, sabía español, lo suficiente
para saber la pronunciación correcta.
-Café con leche- le corregí sin dejar
de sonreír.
-¿Sabes español?
-Un poco. Nací allí- dije y ambos me
miraron incrédulos, son cosas que no solía contar, tampoco tenía mucha
importancia, aunque esperaba que Tom se lo hubiese contado a Gio no lo hizo.
-No lo sabía- dijo Gio de repente
interesada sentándose en la silla.
-Son cosas que no suelo contar. Llevo
prácticamente toda mi vida viviendo aquí. En España habré vivido mis dos
primeros años. No me acuerdo de cómo era España, solo sé como es de las escasas
veces que he ido de visita. Aún así mis padres me enseñaron español.
-Yo también sé. Café co’ lechi.
-Café con leche- volví a repetir
riéndome.
Él lo volvió a repetir, pero no le
terminó de salir.
-Déjalo, así es más gracioso. A tus
fans españolas les encantará.
-Dices eso porque nunca lo conseguiré.
-Lo digo porque es lo que pienso.
-Ya claro…
En ese momento Tom bajó y apareció en
la cocina, gritando un “buenos días” antes de darle un beso a Gio, que hizo que
Doug y yo suplicáramos que se callara.
-Buena resaca os habéis pillado.
-Ni que vosotros no hubierais bebido.
-Solo un poco, he visto las botellas
del salón, normal que estéis así.
-No me lo recuerdes, no tengo ganas de
hacer nada. Mañana me pondré a buscar trabajo- dije.
-Yo creo que…- comenzó a decir Dougie
pero Tom le interrumpió.
-Yo creo que hoy vamos a tocar todos
juntos, así que o te recuperas pronto o tocarás con el dolor de cabeza.
-Pero Tom…
-Habértelo pensado antes de beberos
entre los dos, dos botellas. Ella al menos hoy no tiene que trabajar.
-¿No lo podemos dejar para mañana?
-Sabes que mañana no están Danny y
Harry.
-Bff…-resopló terminándose su taza de
café.
-Yo creo que me voy a dar una ducha-
dije levantándome.
-Yo también, haber si me despejo un
poco- dijo Dougie caminando detrás mía, pero enseguida se puso a mi lado.
Ninguno de los dos hablamos, él era tan
consciente como yo de lo que pasó anoche, ahora podía darme cuenta.
-Llevas mal la resaca ¿eh?- dijo al fin
él, rompiendo el silencio.
-Bastante mal, ya te dije que no suelo
beber. La próxima vez beberé bastante menos.
-¿Habrá próxima vez?- dijo parándose en
su habitación. Yo le miré a sus ojos, increíblemente azules.
-Puede- logré decir antes de marcharme
a mi habitación a darme esa ducha que tanta falta me hacía.
[POV Dougie]
La vi alejarse hacia su habitación y me
dejé caer en el suelo. De verdad estaba hecho polvo. Parecía que me iba a
estallar la cabeza de un momento a otro. Sí, quizá lo mejor era darme esa
ducha. Me levanté y fui hacia el baño. Me metí en la ducha después de preparar
la ropa y desnudarme. Dejé que el agua fría recorriera mi cuerpo y golpeara mis
hombros.
La conversación con Ashley sobre Frankie
de ayer me molestó mucho menos de lo que había esperado. Eso era bueno, quería
decir que lo había superado. ¿Por qué tenía ahora que aparecer ella? La conocía
desde hace un día y ya nos habíamos besado. Estábamos borrachos sí, pero no era
excusa, yo quería y ella también. No, definitivamente tenía que olvidarme de
ella, no podía arriesgarme a que me ocurriera lo mismo que con Frankie. Pero…
¿Y si no era así?
Salí de la ducha, me estaba haciendo
pensar demasiado y yo quería justo lo contrario. Me sequé y me puse la ropa
limpia. Salí de la habitación y empecé a oír el sonido de un piano. O Tom había
empezado sin mí o le apetecía tocar, cosa poco probable. Fui hasta la
habitación donde estaba el piano. La pastilla comenzaba a hacer efecto y ya no
me molestaba tanto el sonido.
No era el tipo de música que sonaría si
Tom tocase el instrumento. Me asomé y allí estaba Ashley tocando con gran
destreza el gran piano de cola negro, una melodía preciosa, casi tanto como
ella. Tenía que dejar de pensar en ella,
pero iba a ser difícil. Aquel pelo ondulado y aquellos ojos castaños a juego
con su pelo… En España y para el resto de personas debería de ser una más, muy
simple, pero para mí era especial, quizá demasiado.
Miró a la puerta y me vio. Esbozó una
sonrisa tímida y dejó de tocar. Entré en la habitación.
-¿Por qué dejas de tocar? Lo haces muy
bien- dije sentándome a su lado en la silla.
-No suelo tocar cuando hay gente.
-¿Te da vergüenza?
-Un poco.
-Si quieres dedicarte a la música
tienes que perderla.
-Soy periodista, esto es solo un
hobbie.
-Una pena, eres realmente buena. A mí
me gustaría tocar tan bien como lo haces tú. Bueno, me gustaría tocar.
-Tocas muy bien el bajo y la guitarra.
-Me refiero al piano.
-¿Qué te parece si yo te enseño a tocar
el piano?
-¿Enserio? ¿Lo harías?
-Eso sí, a cambio de algo.
-Ya decía yo… ¿A cambio de qué?
-De que me enseñes a tocar la guitarra.
Siempre he querido hacerlo.
-Pero Tom y Danny son mucho mejores que
yo. Por algo ellos son guitarristas y yo bajista.
-Pero yo quiero que me enseñes tú.
Clases por clases.
-Está bien, trato hecho- dije
tendiéndola la mano y ella la estrechó con fuerza.
Otra vez volvíamos a estar demasiado
juntos, esa proximidad tan extraña que se había producido la otra noche.
Nuestros rostros estaban cerca, tan solo teníamos que acercarnos un poco más. A
penas nos conocíamos, pero el impulso era demasiado fuerte.
PD: Sé que ha pasado mucho tiempo y blah, blah, blah, lo obvio, que me da pereza copiar los capítulos pero como ahora estoy de VACACIONES intentaré escribir más y subir más a menudo, así que no creo que tarde otros casi 4 meses en subir capítulo. Espero que os guste el rumbo que va tomando la historia y comentar por favor, que agradezco todos los comentarios.
OISSSSSS QUE BONITO!!!! Tienes que subir mas a menudo! Ya echaba de menos esta historia.
ResponderEliminarAvísame cuando vuelvas a subir :D
UN BESO MUY MUY GRANDE!!
Muchas gracias paulita :D
Eliminarya sabes que lo hago.
Besos <3
Ooh jajaja ese final se ha quedado interesantee :)
ResponderEliminarMe gusto el capitulo,comolos anteriores ;)