Capítulo 76.- El tiempo avanza.
Los meses pasaban veloces ante mí sin darme
cuenta y esto, probablemente, fuera de la tremenda felicidad que sentía. Los
chicos estaban allí y, como Dougie había dicho, no tenían pensado irse. Esto
era por Dougie y por Tom, al que no le apetecía dejar a Gio y a Marty ahora.
El pequeño Marty iba camino de ser el niño
más mimado de todo Londres. Todos íba,ps a casa de Tom cada día para verle y la
verdad es que estaba todo el día de los brazos de uno a los de otro. Con tan
solo cuatro meses se había ganado el corazón de todos.
Me habían dado la baja en el trabajo hacía
más de un mes debido a mi avanzado estado y las numerosas falsas alarmas que ya
había empezado a ignorar. Dougie estaba muy atento a todo y no dejaba que
estuviera sola nunca.
Estábamos todos en casa de Tom. Gio y yo
jugábamos con Marty mientras los chicos se encontraban arriba discutiendo sobre
algo relacionado con el grupo. Yo estaba tirando una pelotita a Marty, que
estaba en el suelo con Gio, y la recogía riéndose. Dougie me había
prácticamente obligado a que permaneciera en el sofá reposando. Eso no impidió
que los dolores comenzaran. Eran mucho más intensos que las falsas alarmas pero
decidí aguantarlos. O al menos lo intenté. Se me debía de notar en la cara que
sufría.
-Ashley, ¿estás bien?
-Sí Gio, estoy… Bien. Es solo que se mueve
mucho- dije como pude, intentando poner una sonrisa.
-Ash, ¿estás segura de que es una falsa
alarma?
-No sé cómo puedo estar segura de eso- dije,
pero enseguida el dolor volvió y un líquido bajó por mis piernas.
-No es una falsa alarma- dijo señalándolo y
subió las escaleras de dos en dos para avisar al resto. Enseguida el Dougie más
preocupado que había visto nunca bajó, con Tom y Gio detrás.
-Ashley cariño, tranquila, ¿vale?- dijo
cogiendo mi mano y mirándome a los ojos. Yo asentí como pude mientras Tom salía
a toda prisa y Gio cogía a Marty.
-Tengo miedo- le susurré.
-Lo sé, yo también lo tengo- replicó y puso
una sonrisa nerviosa.
Gio estaba asomada a la puerta para ver
cuando Tom llegaba con el coche. En cuanto lo hizo, Dougie me cogió en volandas
con sumo cuidado y salimos de casa a toda prisa. La puerta trasera estaba
abierta y Dougie me depositó con cuidado. Después se dio la vuelta y se sentó a
mi lado, cogiendo mi mano.
-Dougie, coloca a Marty en la sillita- dijo
Gio tendiéndole al pequeño.
-Ven aquí campeón- dijo Dougie cogiendo al
pequeño con cuidado y abrochándole el cinturón-. Tía Ashley va a tener un bebé
así que no des mucha guerra- le susurró. Tras esto sacó su móvil del bolsillo
para llamar a los demás, supuse.
Estaba nervioso, se lo notaba. Yo intentaba
controlar la respiración y aguantar los dolores, que no cesaban.
-Harry, Ashley está de parto. Llama tú a
Danny, vamos al hospital.
Colgó y volvió a mirarme, intentando
distraerme para que no me centrase tanto en el dolor. Sabía que no le gustaba
verme sufrir.
-¿Ya tienes nombre por si es niño?- me
preguntó
Cuando tuvimos la oportunidad de saberlo
decidimos dejarlo en duda para cuando naciera. Ambos habíamos acordado
encargarnos él de los de niña y yo de los de niño. Asentí y él esperó mi
respuesta.
-Dougie no valía, ¿no?
-No, no valía, si tú no me dejabas Ashley-
suspiré, era un testarudo, pero era mi testarudo.
-Lee- supe que iba a replicar así que me
adelanté-. No es tu primer nombre, no dijiste nada del segundo.
-Dije el nombre completo así que no vale Lee.
-Vale, no es Lee. Tom.
-¿Tom?- pareció quedarse pensativo pero
comprendió que el causante de que le conociera era Tom, mi hijo tenía que
llamarse así.
-Ese está mejor. Aunque creo que al final
acabaremos confundiendo a los dos si es niño- sonreí ante aquello como pude,
porque el dolor no cesaba.
-¿Y tú de chica?- pregunté.
-Saturday, hoy es sábado.
-¿En serio Dougie? ¿Saturday?- el nombre me
recordó al grupo al que pertenecía su ex, Frankie, y me produjo escalofríos al
recordar todo lo ocurrido.
-Era broma, he escogido Joanna.
-Joanna, me gusta- dije con una sonrisa.
Llegamos al hospital y Dougie me sacó del
coche corriendo. Nada más llegar me pusieron en una silla de ruedas. Con Dougie
sin soltar mi mano ni un momento fuimos hacia la sala de partos en la cual me
prepararon y me pincharon, cosa que odiaba.
-Bien, empuje y respire- me dijo la doctora,
y eso hice yo.
Agarré la mano de Dougie con toda mi fuerza y
empujé, dejando mis fuerzas en ello. Esto se repitió un montón de veces más,
dejándome completamente exhausta. Ya no me quedaban fuerzas para más, pero el
bebé, según la enfermera, estaba saliendo.
-Venga, un último esfuerzo. Lo está haciendo
muy bien, la cabecita está saliendo.
Llevaba más de media hora intentándolo y no
podía más. Tras un descanso en el cual Dougie no paró de animarme, volví a
empujar. Al rato parecía que había avanzado.
-Ya está la cabeza, vamos, un último
esfuerzo.
Estaba muy cansada y mareada. Tenía la
sensación de que caería antes de tenerlo. Dejé mis últimas fuerzas, sacadas de
no sabía dónde, en aquel último empujón tras el que lo sentí fuera. La doctora
lo colocó en una toalla y le cortó el cordón umbilical.
-¡Es una niña! Enhorabuena – dijo la doctora.
-Joanna- susurramos Dougie y yo a la vez.
-Lo has hecho muy bien cariño, muy muy bien-
dijo y me dio un ligero beso en los labios.
No podía más, el mareo se iba apoderando de
mí, así que , antes incluso de tener a Joanna entre mis brazos, caí dormida.
Recuperé la consciencia al cabo de no sé
cuánto tiempo. Escuché un llanto de bebé. Podía haber sido Marty, pero yo sabía
que no era él.
-Vamos Dougie, cálmala - dijo alguien a quien
reconocí como Tom.
- No sé cómo hacerlo Tom.
-¿Sabes cuidar de tus lagartos y no de tu
propia hija?=
-No es lo mismo.
-A tus lagartos los coges y te los pones en
el pecho, ¿no? A ella la tienes que coger en brazos y acunarla. Pero no la
sueltes.
-Shh pequeña, calma…
Al poco rato supe que la niña se había
calmado y abrí los ojos, intentando adaptarme a aquella luz. Estaba en una
habitación de hospital y todos estaban allí, mirando a Dougie, que sostenía a
Joanna y la balanceaba.
-Es tan guapa como su madre
Yo sonreí ligeramente al verlos. La verdad es
que todavía no había visto a mi hija. Todos me miraron con su comentario y
descubrieron que estaba despierta. Dougie también lo hizo y sonrió al verme.
-Pensaba que no despertarías nunca- dijo
acercándose a mí con la niña.
-¿Cuánto he estado… inconsciente?
-Un par de horas. El médico dice que vas a
tener que descansar. Has hecho un gran esfuerzo, pero Joanna quería verte y
supongo que tú a ella.
Asentí. Dougie, con mucho cuidado depositó a
Joanna en mis brazos. La miré. Era preciosa, se parecía a mí, podía verlo, pero
también era muy parecida a Dougie y eso se notaba en aquellos ojos azul verdoso
de su padre con los que me miraba. Con una de sus manitas cogió un mechón de mi
pelo y empezó a retorcerlo.
-Es preciosa…
-Como tú, se parece mucho a ti.
-Y a ti, tiene tus ojos.
-¿Os digo en lo que se parece a vosotros? En
que es igual de enana.
-Jones, te arrepentirás de haberte metido con
mi pequeña. Creo que quieres otro cubo de agua.
-No gracias.
-Lo suponía, en el fondo lo que quieres es ser
el centro de atención.
-Si no, no se siente querido- dijo Tom.
-Por eso estoy con vosotros. Os eclipso,
reconocedlo.
Ignoré a Danny y volví a Joanna, que encajaba
perfectamente entre mis brazos, tan chiquitita y tan delicada.
Empezó a llorar y supe que lo que tenía era
hambre. La verdad, no me apetecía que unos salidos como Danny y Harry me vieran
darla de mamar.
-Creo que tiene hambre.
-Vale chicos, fuera todos. Dougie, tú puedes
quedarte- dijo Gio, quitándome el trabajo de echarlos de la sala de encima.
-Oh vamos, ahora que se va a ver una teta…
Geo le dio un manotazo a Danny por aquello.
-Claro, pero es mi teta. Yo decido a quién
quiero enseñársela.
-¿Y yo no estoy entre ellas?
-Por supuesto que no.
-Danny, fuera. Las tetas de mi futura esposa
las veo yo.
Sonreí a Dougie mientras intentaba calmar a
Joanna.
-Bueno, se va haciendo tarde, mejor nos
vamos. Os dejamos descansar y mañana volvemos- dijo Miriam con una sonrisa y
todos salieron menos Gio. La detuve antes de que saliera.
-Gio. ¿Cómo lo hago?
-Tan sólo acércala, ella ya sabe- sonrió y se
fue.
Yo la acerqué a mi pecho y ella comenzó a
mamar. Cuando estuvo llena se quedó dormida en mis brazos y yo sonreí al verla
tan tranquila.
-¿Ahora puedo yo? ¡Yo quiero mamar!
-Tonto…
Los ojos se me iban cerrando poco a poco por
el cansancio y Dougie, notándolo, me quitó a Joanna de los brazos para
depositarla en la cuna. Después se
acercó a mí, hizo que me tumbara y me arropó. Susurró un “descansa cariño” y me
besó la frente antes de que yo me quedase dormida.
¡Hola lagartos! ¿Qué tal va todo después del bombazo de la noticia del compromiso del pecoso?Yo, a día de hoy, todavía sigo sin creerme que el pecoso se vaya a casar, pero bueno eso es caso aparte. La noticia de la boda de Danny me dio ganas para copiar así que el viernes me puse pasar el capítulo, y hubieseis tenido capítulo el vieres si no hubiese sido tan lenta, pero bueno, Always better late than never.
Un día más vuelvo con, esta vez, el antepenúltimo capítulo de esta historia, es decir, quedan dos capítulos y esto se acaba (sí, soy muy pesada pero os hago una cuenta atrás con cada capítulo)
Sé que alguna estaba esperando ver ya a Doug con un bebé, así que aquí tenéis. El parto está contado desde mi experiencia viendo películas de embarazadas/románticas, así que si hay alguna semejanza con la vida real es pura coincidencia (?)
No tengo mucho más que decir, tan sólo que aún no tengo el epílogo terminado así que puede que ese capítulo tarde más en subirle (aunque no creo que sea mucho).
Antes de finalizar, quiero COMENTARIOS, que son GRATIS, Y LAS COSAS GRATIS MOLAN. Los leo y comento todos, ya sabéis. Sin más dilación @DearWeirdMaria se despide hasta el penúltimo capítulo de este fic. Love ya <3