The Heart Never Lies Capítulo 52

Capítulo 52.- Fiesta de fin de año.

{POV Ashley}

No soy de las que piensa que lleva una vida normal, ni de las que cree que la felicidad es permanente. Solo sé que si es verdad el dicho de que después de la tormenta viene la calma a mi me tocaba una buena dosis de ella.

Había llegado a temer a Jerry antes de lo ocurrido, pero ahora tenía auténtico miedo, y eso se propagaba en las pesadillas que tenía cada noche. Dougie había dejado de dormir conmigo, y evitaba cualquier contacto conmigo. Sabía que lo hacía por miedo a mi rechazo, lo descubría cada vez que iba a acariciarme y apartaba el brazo de repente como si se hubiese acordado de algo. Pero a pesar de ello, estaba ahí, a mi lado, e intentaba mostrar la mejor de sus sonrisas a mi lado, para hacerme feliz, sin presionarme.

-¿Has escuchado una sola palabra de lo que te he dicho?

La verdad es que no, me había quedado embobada mirándole, por mí podía haberme dicho que los lagartos invadirían el mundo que no me había enterado, estaba perdida en su mirada. Hacía mucho que no le tenía tan cerca y le extrañaba.

-No, lo siento.

-Te has quedado embobada mirándome, ¿en qué pensabas?

-En ti, es lo más lógico, ¿no?- dije desviando la mirada, muy concentrada de repente en la suela de mi zapatilla.

Pude ver como se le dibujaba una sonrisa en la cara. Decidí cambiar de tema sin apartar la vista del zapato.

-¿Qué me estabas diciendo antes?

-Me parece más interesante este tema. ¿Por qué no me miras?- dijo levantando mi barbilla, obligándome a mirarle. No me tocaba desde hacía mucho tiempo, y eso hizo que un hormigueo recorriera mi piel-. Hace un rato no parabas de hacerlo, y me encanta que lo hagas.

-Ya sabes que soy muy vergonzosa.

-Esa es una de las cosas que me encanta de ti. ¿Vas a responder a la pregunta?

-He respondido.

-Vale, voy a plantearlo de otra forma, ¿sobre qué aspecto de mi pensabas?

Suspiré, seguía roja y evitando su mirada, pero respondí, lo justo era decirlo.

-Te echo de menos. Sé que estás ahí, pero te extraño- dije ya, atreviéndome a mirarle a los ojos. Ya no sonreía.

-Sé lo que sientes, yo también te echo de menos, pero creo que lo mejor…

-Lo sé, que lo mejor es dejarme espacio, pero no quiero tanto espacio Dougie, no contigo.

Se acercó a mí y me abrazó. Yo le abracé con todas mis fuerzas, sintiéndole junto a mí, lo necesitaba demasiado. Me había abrazado solo durante las pesadillas los primeros días, después lo había evitado.

-No me alejaré más.

-No quiero que lo hagas, solo necesito tiempo.

-Todo el que quieras.

Hoy era Nochevieja, pero a pesar de ello, las cosas no eran todo felicidad, no como Tom quería que fueran en sus fiestas favoritas. Dougie y yo estábamos muy distanciados, Miriam y Harry habían discutido…

Esto último sucedió hace varios días, Miriam me lo había contado todo. La prensa relacionaba a Harry con una tal Izzy, y aunque él lo desmentía ella sabía que era mejor para su imagen, estaba cegada de celos, y Harry sin pensarlo le soltó el tema de Danny. Esto bastó para que lo dejaran, y desde entonces el espíritu navideño no es más que las emociones tristonas de nuestros ánimos, que podían ser mucho mejores. El único que anima todo un poco es Tom, que casi nos obliga a mostrar una sonrisa con él delante.

-¡Ese es el espíritu! Sabía que algún día lo sacaríais- dijo Tom, que en ese momento pasaba a nuestro lado. Inmediatamente nos separamos de nuestro abrazo, ya que era más íntimo de lo que Tom podía ver desde fuera. A pesar de separarnos, yo me acurruqué al lado de Doug, sintiendo su protección.

-¿Va a venir Harry a cenar?- preguntó Doug, cambiando de tema.

-Claro que sí, ¿qué clase de McFiesta sería esta sin Harry?

-Claro, eso lo dices porque si no, no tendrías quién se comiera toda la comida que vas a hacer.

-Que vamos a hacer, os quiero en la cocina ayudando como todos.

-Querrás decir como todos los que vivimos en esta casa.

-Exactamente.

La cosa iba a ser complicada esta noche, porque Miriam y Harry se juntarían y ninguno de los dos sabía que el otro estaría ahí.

Ayudamos a Tom y a Gio a hacer la comida y preparamos la mesa dónde transcurriría la cena. A Tom no le bastaba con hacer una cena todos juntos, tuvimos que subir y ponernos guapos para la ocasión. Yo me pasé media hora mirando mi armario, sin saber que ponerme, porque en el fondo lo que yo quería era pasarla en pijama, viendo los programas cutres navideños, sin necesidad de mostrar una sonrisa ni una apariencia que no me apetecía tener en aquellos momentos.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó Gio asomándose por la puerta antes de pasar.

Llevaba un bonito vestido por la rodilla plateado. Desprendía brillo al moverse, y llevaba el pelo alisado que le caía por los hombros.

-No me apetece vestirme, no quiero aparentar que soy feliz.

-Lo sé- dijo sentándose a mi lado en la cama-. Sé que no pasas por tu mejor etapa, pero hazlo por los demás, por Dougie, le mata verte así.

-Por eso se aleja de mí.

-Lo hace por miedo de tu rechazo, hazle feliz al menos hoy. Vamos a escoger vestido- dijo levantándose y rebuscando en mi armario.

-¿No sirve como elegante mi pijama?

-Puede que a Dougie le dé igual, pero sé que a Tom no.

-No habrá más remedio…

-¿Qué te parece este?

Sostenía en sus manos un bonito vestido blanco con vuelo a partir de la cintura. Llevaba un lazo rojo y unos tirantes gruesos. Recuerdo la primera vez que me puse aquel vestido. Daba un paseo con Dougie cuando lo vimos en el escaparate. Ese día yo llevaba mis converse rojas, y el bromeaba sobre que me quedaría estupendo con ellas, pero que no me atrevería a llevarlo. Pasamos a la tienda y tras probármelo me lo llevé puesto, con mis converse rojas, sin ninguna razón especial más que para demostrarle a Dougie que sí que podía hacerlo, que no me importaba lo que los demás pensasen, probablemente porque sabía con certeza que él estaría a mi lado.

-Creo que es perfecto- dije con una sonrisa al recordar el momento.

-Si te hace sonreír creo que es ideal, quiero verte con esa sonrisa toda la noche, dejo que te cambies- dijo antes de salir de la habitación.

Me puse aquel vestido tal y como me lo puse la última vez, con mis converse. Al mirarme en el espejo me di cuenta de la marca del hombro, una marca causada por Jerry aquel día que deseaba olvidar con todas mis fuerzas. Cerré los ojos y de uno de ellos cayó una lágrima. Gio había vuelto a entrar, probablemente porque ya todos me esperaban, y me puso algo sobre mis hombros. Cuando volví a abrir los ojos comprobé que era una chaqueta roja.

-Así no pasarás frío- mencionó, aunque sabía cuál era la verdadera razón.

Recogió ágilmente mi pelo, haciéndome un moño, antes de salir definitivamente por la puerta de la habitación.

-Creo que a Tom no le van a gustar los zapatos.

-Pero yo sé que a Dougie sí.

-A Dougie le gustará lleves lo que lleves.

-¿Qué se supone que tiene que gustarme?- preguntó antes de mirarme. Cuando lo hizo puso una enorme sonrisa-. Vaya señorita Sands, veo que se acuerda- dijo tendiéndome la mano, yo se la cogí y él me la besó con delicadeza, como los príncipes hacen con las princesas.

-Que caballeroso se encuentra hoy señorito Poynter.

-Tal belleza lo merece.

Yo sonreí mientras bajábamos las escaleras. Tom esperaba abajo y arrugó la nariz al ver mis zapatos.

-Ni se te ocurra mencionar nada de los zapatos Thomas y atiende a tu prometida.

-No me gustaría que la futura señora Fletcher se cayese por las escaleras- dijo subiendo rápidamente por las escaleras y cogiendo a Gio en volandas, que reía sin parar.

En ese momento llamaron a la puerta. Tom dejó a Gio en el suelo y fue a abrir. Era Miriam, que iba con un vestido negro y el pelo recogido en una larga coleta ondulada.

-Que conste que solo me he vestido porque tú querías, hubiese venido en sudadera y vaqueros.

-Me encanta lo obedientes que sois- dijo con una sonrisa.

-¿Todavía no han venido Danny y Geo?- preguntó al ver los que estábamos presentes.

-Ni Ha…- comenzó a decir Dougie pero antes de que pudiera decir nada, y para que no se diese cuenta, le acallé con un rápido beso. Llevábamos semanas sin hacerlo, semanas con el mínimo contacto, el que Dougie se atrevía a tener conmigo, y sabía que eso no se lo esperaba.

Aunque me aparté demasiado pronto, o bien por la sorpresa, o porque captó la indirecta, o bien por las dos cosas, se calló, aunque Miriam no dejó pasar aquello.

-¿Ni quién?

En ese momento la puerta sonó, salvándonos de una posible explicación horrible sin sentido.

-Mira, estos deben de ser Danny y Geo- dijo Tom caminando hacia la puerta.

-Siento llegar tarde, pero he traído vino- dijo una voz que no podía ser de otro que de Harry. Miriam se dio cuenta y salió corriendo escaleras arriba.

¡Hola, hola! Tengo prisa así que intentaré ser breve. Subo hoy como siempre, porque @CeliaGGH si no sé que me mata, pero casi no me da tiempo a subir. Espero que os guste, este cap tiene un poco de todo y tengo que deciros que la noche no ha hecho más que empezar, así que pasarán muuuuchas cosas, que espero que os gusten.

@McMiriam1D dejo que me mates por separarte del Harold, pero tiene que haber drama si no no mola.

Como sabéis, dejarme COMENTARIOS, que son gratis y me hacen feliz, además que no muerdo.

Sin más dilación @DearWeirdMaria se despide (como os he dicho,tengo prisa y poca cosa que decir). Bye lagartas <3