Capítulo 45.- Compras
Habían pasado unas semanas desde que los chicos se fueron de gira, y
yo, ya sin escayolas, me incorporé otra vez al trabajo. Esto me ocupaba la
mayor parte del día y hacía que se me pasara rápido hasta hablar con ellos.
Dougie me llamaba todos los días una vez como mínimo, aunque
normalmente, como él decía, se aburría y me llamaba en sus momentos libres o
llamémoslos, momentos en los que Harry no le acosaba. Los demás también
llamaban todos los días, sobretodo Tom, que comentaba cada maravilla del sitio
que visitaban. Los miércoles también, hacíamos video llamadas en las que nos
daban altas horas de la mañana, y aquí viene lo absurdo, ¿por qué el miércoles?
Porque era el día que no tenían conciertos y que podíamos estar todos, y aunque
al día siguiente había que madrugar, siempre merecía la pena.
Y aquí estaba yo, un miércoles más, haciendo que el día pasase más
rápido. No había mucho trabajo en la redacción, ya que estábamos con los
últimos retoques del último número de la revista, así que salí antes.
Últimamente escuchaba mucho a Mcfly en mi iPod, puede que porque los echaba
demasiado de menos y necesitaba oírles, pero también porque su música era
demasiado genial como para no escucharla.
Salí del trabajo y me puse mi iPod para entretenerme camino a casa. Me
gustaba ir dando un pase siempre que podía, últimamente era lo que más me
relajaba. Era uno de los pocos días que no llovía, esa clase de días en los que
se puede pasear tranquilamente. Llegué a casa a ritmo de “Corrupted”.
Saqué las
llaves del bolsillo de mi vaquero dispuesta a abrir cuando la puerta se abrió
desde entro y Gio me agarró de los hombros y me dio la vuelta. Me quité los
cascos y la miré.
-¿Gio que haces?
-Pues que he visto que hace un día más que perfecto para dar una
vuelta y he pensado que podríamos ir a ver los vestidos para la boda- dijo con
una sonrisa, y como decirle que no a una Gio sonriente.
-Podrías haberme avisado antes, además, las demás no lo saben.
-Sí que lo saben, las he llamado y como sabía que ibas a venir a casa
no he dicho nada.
-Así que soy la última en enterarme…
-Es más fácil que vengas así. Si no te hubieses quedado en casa
escuchando música o hablando con Dougie.
-¡Tú haces lo mismo!
-¿Con Dougie?
-¡Con Tom! ¿De verdad que tenemos que ir?
-Claro, mis damos de honor tienen que ir perfectas.
-Que conste que lo hago por ti.
-No te quejes, Tom quería hacerlo como en la guerra de las galaxias.
-Es que Tom es muy original- dije con una sonrisa.
Llegamos en unos minutos a una tienda en la que ya nos esperaban
Miriam, Geo y Carrie, dispuestas a probarse miles y miles de vestidos. Primero
Gio quería que nosotras encontráramos vestido y estaba claro que teníamos toda
la tarde para hacerlo.
Nos fuimos turnando entre las cuatro para probarnos los vestidos, cada
una en una tienda, y que así nos cansáramos menos. Nos probamos miles de vestidos,
a cada cual peor, o demasiado cargados o demasiado simples, ni a Gio la
convencían ni a nosotras tampoco. Miré la cantidad de perchas que todavía tenía
por probarme, ya se habían llevado un montón similar a ese, y como siguiéramos así
acabaríamos con todos los vestidos de la tienda y sin comprar ninguno. Cogí el
primer vestido que estaba en mi interminable lista de vestidos, y este ya era
el decimosexto. Salí con el vestido verde aceituna puesto. La verdad es que era
horrible, llevaba una gran flor en uno de los tirantes y otra tira de flores en
el otro lado.
-Bueno, te queda bien- mintió Gio, Geo asintió y Miriam y Carrie
intentaron contener la risa sin éxito.
La verdad es que mi aspecto era un poco penoso, entre el vestido y la
coleta mal hecha que llevaba, sí, daba risa, si a eso le sumabas los calcetines
a rayas de colores que llevaba.
-Gio, siendo sinceras, el vestido es horrible y me queda horrible.
-No te queda horrible, pero sí que es horrible- dijo Miriam.
-Es un consuelo- dije.
-Toma- dijo Gio tendiéndome el móvil-. Descansa un rato, el señorito
Poynter ha estado llamando y aquí le tienes otra vez.
Cogí el móvil, me metí en el probador, cerré la puerta y descolgué
mientras me sentaba en la pequeña sillita que había.
-Hola- saludé con una sonrisa.
-Hola preciosa- me dijo, y sonreí más-. ¿Qué estás haciendo que no coges
el teléfono?
-Gio me ha obligado a venir a por el vestido para la boda.
-Así que te estás probando vestidos…
-Muy bien cariño, vamos mejorando en sentido común.
-Já, já, que graciosa.
-Claro que sí, reconoce que te has reído.
-Nunca delante de ti.
-Lo acabas de reconocer.
-Mierda, que convincente puedes llegar a ser.
-Contigo resulta muy fácil.
-Volvamos al principio- dijo cambiando de tema-. ¿Has encontrado
vestido ya?
-No, son todos horribles y me quedan fatal, me deprimo solo de ver los
que me quedan por probar- dije mirando otra vez el montón de perchas.
-Seguro que no es tan malo.
-Llevo un vestido en este momento verde aceituna con una gran flor en
el hombro y muchas más por el lado.
-Según como dices sí que parece horrible, pero lo segundo es
totalmente mentira, a ti te queda bien todo.
-Pero que mentiroso, si me vieras no dirías eso.
-Digo la verdad, y lo diría aún más si te viera y va a ser pronto,
tengo muchas ganas de verte.
-Quiero tenerte a mi lado Doug, se me está haciendo largo.
-Pronto estaré ahí, ya verás, y no te soltaré ni un segundo- dijo y yo
sonreí.
-Ash, se acabó tu descanso, sigue con los vestidos- dijo Miriam dando
golpes en la puerta.
-Miriam…- dije abriendo la puerta y poniendo ojitos, esperando
convencerla así.
-No me hace más gracia que a ti, así que trae- dijo tendiendo la mano.
-Veo que te reclaman- dijo Doug.
-Es raro que lo veas, pero ves bien. Tengo que seguir con mi deber. Luego
hablamos. Te quiero.
-Estaré esperando. Te quiero.
Colgué y le di el móvil a Miriam, que sonrió satisfecha.
-De verdad, sois unos empalagosos.
-No digo nada de ti y de Harry.
Me lanzó una mirada de odio porque sabía que era verdad, pero
enseguida nos reímos las dos.
-Dime que podemos ir a otra tienda Gio.
-Cuando acabemos en esta. Venga, seguro que alguno nos gusta.
-Si te soy sincera, no.
-Tú pruébatelos.
Suspiré y seguí con los vestidos. Acabé con todos los que me quedaban
por probar y acabamos yendo a otra tienda, ya que en esa no encontramos nada.
Miramos muchísimos vestidos hasta dar con el que más le gustó a Gio y
a nosotras también. El vestido en cuestión era lila de tirantes finos, llegaba
hasta los tobillos y tenía una pequeña cinta que iba en la cintura de color
blanco, que caía hasta los pies.
Todavía sobró tiempo y Fuimos a algunas tiendas de vestidos de novia a
verlos, ya que la elección del vestido de novia tenía que estar bien pensada.
Tras pasar la tarde entera de tiendas, fuimos a un McDonald’s a cenar
y luego fuimos todas a casa para hacer la video llamada con los chicos.
-¡Voy a por el portátil!- grité cuando entré en casa subiendo las
escaleras rápidamente, seguramente llevasen esperando un rato.
Cogí el portátil y bajé a sentarme en el sofá mientras lo encendía,
las demás se fueron agrupando alrededor. En cuanto estuvo conectado, conecté y
los cuatro aparecieron en la pantalla.
-Hola- saludamos todas.
-Hola- saludaron ellos sonrientes.
Harry intentaba echar a Dougie de la pantalla mientras Tom hablaba.
-Me he enterado por un pajarito que habéis ido a buscar vestidos.
-¿No me digas que lo has leído en twitter?- preguntó Miriam.
-Más bien debería de decir que un pollito me lo ha dicho.
-¡Que no me llames pollito!- se quejó Dougie, que seguía luchando por aparecer
en la pantalla a pesar de que Harry se lo estaba poniendo complicado.
-Deberías de cuidar lo que le dices al pollito, porque no sabe mentir.
-¿Qué te he dicho?- preguntó Dougie, al que ya ni se le veía.
-Realmente no me importaba mucho que lo supieras. ¡Harry déjame ver a
Dougie!
-Lo que mande la señorita- dijo dejándole un hueco en la pantalla
finalmente. Sonrió al verme y yo hice lo mismo.
-¿Y has comprado el vestido?- preguntó Tom mirando a Gio con ojos
suplicantes para que se lo dijera.
-No, yo solo he mirado. Pero da mala suerte que lo veas antes de la
boda.
-¿Quién ha dicho de verlo?
-Tom… Te conozco muy bien ya…
-Yo también quiero hablar con mi novio y no lo hago delante de todos,
así que hacer un rato de grupo- se quejó Danny, como no.
-Da la casualidad de que no es mi novia, es mi prometida.
-Me da igual, al caso viene a ser lo mismo.
-¿Qué habéis estado haciendo vosotros hoy?- pregunté.
-Hemos enterrado a Doug en la arena- dijo Danny- y le hemos dejado ahí
hasta después de comer, pero cuando volvimos había desaparecido y no le
encontrábamos, y dinos que hacemos nosotros sin bajista ahora. Resultó que
estaba en la piscina, y todavía nos guarda rencor.
-¿No oyes a las moscas Ash?- me preguntó Doug y yo me reí.
El resto de la noche pasó así, entre tonterías y bromas, era lo que
nos quedaba hasta que volvieran, vivirlo a través de la pantalla del ordenador.
Pasábamos cada día esperando el siguiente, vivimos pensando en el
futuro, esperando algo siempre, y aunque no siempre sea bueno, esto hacía que
el tiempo se pasase más deprisa.
¡Hola pequeños polluelos! Aquí estoy de vuelta con un cap poco interesante pero bueno, aún así, espero que os guste. Comentarios al respecto que ya sabéis que me encanta leer lo que opináis. Y lectores anónimos, si estáis ahí, ¡MANIFESTAROS! Me podéis avisar en mi twitter @DearWeirdMaria y os aviso cuando suba cap y demás, quiero vuestra opinión también, y los comentarios son gratis y puedes comentar sin cuenta you know.
Os he puesto el vídeo de Corrupted pues porque me apetecía, y ya que es un cap tan así poco interesante parece que lo anima un poco, y es el de concierto porque creo que siempre emociona más que escuchar la canción con la portada del disco de fondo, y personalmente, Corrupted es una de mis canciones favoritas, tiene algo que no sé como explicar que me encanta.
Mañana, como ya sabéis, no creo que suba , a no ser que tenga tiempo no subo, así que os dejo sin otro cap algo más interesante (que no mucho más) hasta el domingo con suerte, si no, pues el lunes ya subo, pero creo que el domingo va a poder ser.
Antes de que salga un comentario más largo que el cap me despido. Bye lovers <3