The Heart Never Lies Capítulo 23

Capítulo 23.- Viernes de fiesta.

         Cogí mi bolso y abrí la puerta de golpe, y Danny casi se cae. Yo me reí.

         -Wow, estás… increíble.

         -Resérvate para otra Danny, que yo ya tengo novio- dije dándole en el hombro.

         Dougie estaba apoyado en la pared de en frente. Llevaba una camiseta de tirantes con rayas gruesas rojas y unos vaqueros por la rodilla. Estaba terriblemente matador, y si teníamos en cuenta la cinta del pelo, todavía más irresistible.

         -Estás perfecta- dijo cuando me acerqué a él.

         -Tú tampoco estás mal- dije y él arqueó una ceja-. Bueno vale, estás podidamente perfecto, no tiene sentido que lo niegue- dije cogiéndole de la mano.

         -¿Sabes que sois unas tardonas?

         -¿Ha merecido la pena o no? Podría haber salido sin arreglar.

         -Gio ha tardado mucho menos que vosotras y también va genial.

         -Eso no cuenta, Gio siempre se ha arreglado en muy poco tiempo.

         -Bueno, en cualquier caso, vas perfecta- dijo pasando su brazo por mis hombros.

         -Ash, ¿sabes cuanto le queda a Miriam?- me preguntó Danny. Doug y yo nos miramos, era raro en Danny que no hiciese ningún comentario sobre que nos apartáramos ni nada. Quizá estaba pendiente de otra cosa.

         Nos miró y negó con la cabeza.

         -No es lo que estáis pensando. Joder es que tenemos prisa. Y vosotros dos, los cariños cuando yo no esté presente.

         Vaya, otra vez el Danny de siempre. Doug y yo nos reímos.

         -Ya voy, ya voy. ¡Estaba recogiendo mi ropa!- dijo saliendo de la habitación. Danny se la quedó mirando, pero enseguida desvió la mirada.

         -Bueno, pues vamos, que eso se va a empezar a llenar.

         Bajamos e hicimos dos grupos para montarnos en los coches. Doug y yo iríamos en el coche de Tom y Gio mientras que Danny y Miriam irían en el coche de Harry.

         Llegamos a la discoteca y miré por la ventanilla la increíble cola que había.

         -¿Tenemos que entrar por aquí?- pregunté-. Como tengamos que entrar por aquí creo que no entramos hasta mañana.

         -Yo sigo a Danny- dijo Tom que era el que conducía-. Pero creo que él tiene otra entrada. Esto de ser famoso tiene que tener sus ventajas.

         Tom siguió al coche de Danny, que dio la vuelta al edificio y aparcó en un hueco que vio libre. Al lado había otro y Tom aparcó allí.

         Bajamos del coche y aquí ya no había tanta cola, por no decir que no había. Era una puerta trasera y había un segurata. Fuimos detrás de Danny hasta la puerta. El segurata nos preguntó quienes éramos.

         -Una reserva a nombre de Danny Jones. Reservé para ocho y somos siete.

         -Vale, pasar- dijo tachando el nombre de una lista, que parecía no ser tan extensa como la que debían llevar los seguratas de la otra puerta.

         Entramos al local. Era muy exclusivo, con luces de colores por todas partes y música a todo volumen. Toda la discoteca era una gran pista de baile, con algunos sofás, una barra y un escenario ocupado por el DJ. Estaba abarrotada, gente por todas partes, por lo que era fácil pasar desapercibido.

         Cogí a Doug de la mano y nos metimos en el centro de la pista. Bailamos durante horas, sin parar de reírnos. Dougie insistía en que no sabía bailar, pero lo hacía de una forma bastante divertida, yo diría que aposta.

         Después de horas sin parar de bailar, tenía los pies destrozados por los tacones.

         -Estás cansada ¿verdad?- me preguntó cuando pasé mis brazos por su cuello.

         -Solo me duelen los pies, los tacones, ya sabes.

         -Vamos a sentarnos ven- dijo cogiéndome de la mano.

         Miré el reloj, ya eran más de las tres de la madrugada. Había bailado también con el resto y no parecía que hubiese pasado tanto tiempo.

         Me senté en un sofá chiquitito en el que entraban dos personas y que, afortunadamente, estaba vacío.

         -Voy a por algo de beber, vuelvo en un momento- dijo Dougie dejándome sentada en el sofá.

         En cuanto se fue, un chico se sentó a mi lado, con un cigarro de la mano. Le dí unos toquecitos en el hombro para que dejase sentarse a Doug cuando viniera.

         -Perdona pero…

         Las palabras dejaron de salir de mi boca y me quedé petrificada allí mismo cuando se dio la vuelta y me sonrió. Sentí que la sangre se me helaba. Por primera vez, aquella no era la sonrisa que antes me enamoraba.

         -Pero si está aquí mi novia…

         -Ex novia- corregí yo, nerviosa-. ¿Qué haces aquí?

         -Lo que siempre he hecho, divertirme, aunque nunca te dieras cuenta, eres tan ingenua…

         -Eres un capullo…- dije dispuesta a levantarme, pero me agarró fuertemente del brazo y me hizo volver a caer. Me estaba haciendo daño.

         -Suéltame, me haces daño.

         -Ya estás saliendo con otro ¿verdad?

         -¿Y eso a ti que te importa? Lo hemos dejado, así que sal de mi vida, porque no te quiero en ella.

         -¿Es verdad lo que dicen las revistas? ¿Es ese bajista?- dijo apretando con más fuerza, ya casi podía decir que ni sentía el brazo.

         -Que a ti no te importa. Suéltame.

         -Al menos dame un besito de despedida, no creo que tu novio se enfade…- dijo acercándose a mí sin soltarme la muñeca dolorida.

         -Déjame en paz- dije alejándome como pude-. ¡Suéltame!- le grité.

         -Te ha dicho que la sueltes- dijo Dougie apareciendo a sus espaldas.

         Jerry me soltó y se levantó para plantar cara a Dougie. Físicamente Jerry era más fuerte y alto que Dougie, para que engañarnos, aunque no llegaba ni a la suela de los zapatos a Harry.

         Me sujeté la muñeca dolorida y me levanté del sofá.

         -Dougie déjale, no merece la pena- le intentaba decir, sabía que no iba a acabar bien, pero ellos hicieron como si no existiera.

         -Así que eres tú su nuevo novio, ¿verdad?

         -Sí, ¿qué pasa? Yo al menos le doy algo que tú nunca la diste, amor.

         -Te has liado con una puta amigo, seguro que te la has follado ya un montón de veces, y a tus amigos también.

         Dougie en ese momento, le pegó un puñetazo.

         -No te consiento que hables así de ella.

         Jerry le devolvió el puñetazo y ambos se enzarzaron en una pelea que yo no sabía como parar. Entonces me separé de allí en busca de los chicos, esperando que ellos pararan eso. Tenía los ojos empañados por las lágrimas, lágrimas de miedo por Doug.

         Seguí abriéndome paso entre la gente, hasta que encontré a Harry, la persona más indicada para eso. Me vio llegar y se alarmó.

         -Ash… ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

         -Dou… Dougie y Jerry, se e-están pegando.

         -Vamos, dime dónde están.

         Le fui guiando hasta donde se encontraban Doug y Jerry y rápidamente Harry separó a Dougie de él y fue él mismo quien se encaró a Jerry, que al ver sus brazos, se acobardó. Nunca fue un valiente.

         -Si no quieres vértelas conmigo, olvídate de ella, ¿entendido?

         Jerry asintió y enseguida se fue de allí. Yo abracé a Harry Mientras le susurraba un gracias al oído. Me separé de él y fui a abrazar a Dougie, que estaba en el sofá tirado, con sangre saliendo del labio y la nariz. Le abracé fuertemente mientras lloraba en su hombro. Había temido por él demasiado en esos pocos minutos.

         -Cielo, no llores, no es nada- me intentó tranquilizar acariciándome la espalda.

         -Os llevaré a casa, no estáis en condiciones de conducir.

         Yo asentí y nos conducimos los tres a la salida. Nos montamos en el coche de Harry y no hablamos en todo el trayecto a casa. Nos dejó en la puerta y se despidió diciendo que se iba a casa.

         -Gracias por todo, ¿no te quedas a dormir?- le pregunté.

         -Quizá ahora vaya a la fiesta a explicarles las cosas. Vosotros descansar.

         -Vale- dije y Doug y yo salimos del coche para ir a casa de Tom.

         Busqué en el bolso nerviosamente hasta encontrar las llaves y abrir. Subimos y tras tirar los tacones al suelo y sentir un gran alivio, fui al baño a por algo con lo que curarle las heridas a Dougie.

         -¿Qué haces?- preguntó asomándose por la puerta del baño.

         -Busco alcohol, agua oxigenada, algodón… No sé, algo con lo que curarte- dije moviendo nerviosamente mis manos. Él se acercó a mí y, abriendo un armario me enseñó el botiquín.

         -Siéntate que te voy a curar- dije sacando un bote de alcohol y un algodón.

         Se había sentado en el váter. Yo se me senté sobre sus piernas y con el algodón húmedo se lo pasé por el labio con cuidado, pero temblaba por los nervios.

         -Ay, que me haces daño.

         -Lo siento- susurré, y eso era en parte por hacerle daño y en parte por todo lo que había pasado en la discoteca, por mi culpa.

         -Estás muy nerviosa, relájate- dijo agarrando mis muñecas delicadamente-. De verdad que no es nada, tranquila.

         Yo no podía más y volví a llorar. Él me abrazó, intentando tranquilizarme. Parecía que Jerry no quería dejarme en paz, y no quería que a Dougie le ocurriese nada por mi culpa.

         -Tranquila, venga, lávate la cara y tranquilízate.

         Asentí, me levanté y me acerqué al lavabo cuando dejé de llorar.         Tenía marcas del maquillaje por las lágrimas. Me lavé la cara y me sequé con la toalla. Fui hasta Dougie y me volví a sentar sobre sus piernas con una diminuta sonrisa.

         -Así me gusta. ¿Sabes que me encanta verte sonreír?

         Sonreí más y seguí limpiándole la sangre. Cuando terminé le puse un paño con hielos, que había cogido antes de la cocina, en el labio.

         -Ash… Dime la verdad. ¿Sigues queriendo a Jerry?- preguntó y yo le miré con los ojos abiertos como platos.

         -¿Por qué lo dices? ¿Porque lloro? Crees que es por él…- dije cayéndo en la cuenta, pero él no me respondió-. No Doug, no le quiero, dejé de hacerlo cuando te conocí. Lloro porque temo por ti, no quiero que te pase nada malo por mi culpa.

         -¿Seguro que es verdad? Sé lo que se tarda en olvidar y…

         No dejé que terminara, le besé delicadamente, intentando no hacerle daño. Lenta y sensualmente. Se dejó llevar y metió sus manos debajo de mi camiseta a la vez que yo lo hacía bajo la suya. Dejé de acariciarle para quitarme la camiseta, sabía exactamente a donde iría a parar aquello, y no quería pararlo y parecía que él tampoco. Me cogió, levantándonos a los dos, sin dejar de besarnos nos tumbamos en la cama. Nos deshicimos de la ropa que nos quedaba y nos dejamos llevar por nuestros sentimientos. Quizá aquella fuera la única forma de que creyera mis palabras.

¡Hola pequeños largartos lectores! 

Lo primero que tengo que deciros es que sois un amor enserio, tres comentarios en el blog y dos por twitter, enserio, sois adorables, y como he visto tanta demanda porque os dejé muy mal, os he subido el siguiente hoy mismo, por eso y en parte para recompensaros por el capítulo que no subí el sábado.

Espero que os guste y os haya sorprendido este capítulo aunque probablemente no se haya solucionado nada de lo que esperábais pero sin embargo, como a mi me gustan los fics así con un poco de acción drama y cosas de esas pues he rescatado a Jerry para añadir más problemas. ¿Os acordábais de él? Creo recordar que os dije que iba a dar guerra este hombre, pero si no es así, no lo olvidéis. Con respecto al tema Danny estoy intentando que en este fics las cosas os sorprendan, así que dejo que os hagáis vuestra opinión con respecto al tema (sobretodo mi gran amiga @McMiriam1D que seguro que tiene sus teorías y está emocionada con  ello)

Bueno, pues mañana más pequeños lagartos, ya sabéis, 3 comentarios (si veo muchos como hoy así tan adorables os subo antes y esas cosas, ya sabeís) y subo al día siguiente.

Os loveo, @DearWeirdMaria se despide.