The Heart Never Lies Capítulo 28

Capítulo 28.- Día de playa.

         Lo que me despertó aquella mañana no fue el irritante sonido del despertador, sino los rayos del sol, un sol que no aparecía allí en Londres. Sonreí y abrí los ojos lentamente, contemplando la luminosa estancia y después a Dougie, que dormía profundamente, nada podía despertarle, ni un día tan fantástico como este.

         Me levanté y me dirigí a la ventana, observando la playa mientras la suave brisa marina me daba en la cara. Cerré los ojos y respiré. Pronto noté que unos brazos me envolvían, me hacían girar y me daba un beso en los labios. Yo no había abierto los ojos, pero era imposible no saber quien era.

         -Por fin te despiertas- le susurré al fin abriendo los ojos.

         -Ten en cuenta que aún es pronto, pero no te he notado a mi lado.

         -¿Y qué harás si algún día dejamos de dormir juntos?

         -Eso no va a suceder, así que no seas gafe- sonreí ante su comentario.

         -¿Qué vamos a hacer hoy?

         -Yo quería quedarme contigo aquí, y ya sabes…- dijo acariciándome el brazo y haciéndome estremecer.

         -Doug… Sé que lo haces aposta, pero hablo enserio.

         -Pensaba en convencerte, pero sé que te gustará más la idea de los chicos de ir a la playa.

         -¡La playa! Me parece una idea fantástica- dije sonriendo-.Que no quiere decir que lo otro me parezca mal… Pero primero quiero ir a la playa.

         Salí de la terraza y busqué entre el armario, en el que ya estaba toda la ropa que había sacado de la maleta preparada por Dougie. Había metido todo lo necesario y eso me asombró. Cogí un bikini azul y marrón de rayas y me puse encima un vestido de playa blanco con unas chanclas negras. Recogí mi pelo en una coleta alta y salí del baño. Dougie ya me esperaba fuera con su bañador, una camiseta y unas chanclas.

         -Ya estoy lista, ¿los demás ya están preparados?- pregunté sentándome en la cama a su lado.

         -Pues teniendo en cuenta que todavía no han venido a aporrear la puerta y echarla abajo porque no hemos salido… Creo que no.

         Reí y observé que tenía un cigarro de la mano y daba caladas pausadamente. Odiaba que fumase, odiaba el tabaco, nunca lo había probado y no iba a hacerlo. Cuando se dio cuenta de que miraba el cigarro lo apagó en un cenicero cercano.

         -Sabes que no me gusta que fumes.

         -Lo sé, pero ya sabes que no puedo dejarlo, no cuando dos de mis compañeros de banda fuman en mi cara. Intento no fumar delante de ti.

         -Lo agradezco- dije con una sonrisa.

         -Todavía nos queda algo de tiempo antes de que llamen para sacarnos de aquí.

         -¿Y cuál es tu plan para entretenernos?- pregunté sonriendo, sabía de sobra que quería.

         Él no contestó, simplemente se acercó a mí mirándome intensamente a los ojos. Sonrió y juntó nuestros labios. Le seguí el beso y le acaricié el pelo.      Justo en ese momento, alguien comenzó a dar golpes en la puerta.

         -Dougie, o salís ya o echo la puerta abajo, sé que estáis listos- dijo la inconfundible voz ronca de Danny fuera.

         Nos separamos y me reí ante la cara de fastidio de Dougie, que se levantó y abrió la puerta, encontrándose con un Danny que comenzó a reírse escandalosamente al ver la cara de Dougie. Y, como no podía ser menos, a mí también me entró la risa.

         -¿Se puede saber de qué os reís?

         Yo señalé a Danny, que me miró ofendido.

         -¿Te ríes de mí eh?- preguntó y yo asentí-. Te vas a enterar.

         Entró en la habitación  y me cogió, subiéndome a su hombro, dejándome con la cabeza boca abajo.

         -¡Danny! ¡Suéltame!- dije dándole golpes en la espalda.

         -De eso nada, y no me haces daño, así que deja de intentarlo.

         Pero yo seguía removiéndome mientras él salía corriendo del edificio y se encaminaba a la piscina.

         -¡No, Danny, no!

         Pero fue demasiado tarde, Danny saltó y los dos caímos a la piscina, en la que no había nadie. Salí a la superficie y Danny salió pasado un rato, sonriendo.

         -¡Eres idiota!- dije echándole agua en la cara.

         -Podría haberte tirado a ti sola, fíjate la suerte que has tenido de que me haya tirado contigo.

         -Uf sí, muchísima.

         En ese momento me di cuenta de que Doug también había bajado, y a su lado estaba Miriam, ambos riéndose de la escena y yo, como buena cabeza pensante de venganzas, nadé hasta la escalera y salí de la piscina completamente empapada.

         Sonreí y miré a Dougie que pareció ver mis intenciones y se alejó. Fingí sentirme ofendida y seguí avanzando.

         -¿No me quieres dar un beso?

         -Cuando te seques si quieres, pero no me quiero mojar.

         -¿Ah no?- pregunté viendo lo que ocurriría, y si pudiese levantar una ceja, lo hubiese hecho.

         No creo que Dougie fuera tan patoso como yo, pero en ese momento, lo fue. Intentando evitarme se cayó de espaldas en la piscina. Me senté en el borde y esperé a que saliera a la superficie.

         -Yo no te he tirado- me defendí antes de que me acusara-. Yo no tengo la culpa.

         Ya me había quitado el vestido completamente mojado y estaba en bikini, él se fue acercando a mí.

         -Oh, ya lo creo que la tienes. Así que ahora me das ese beso que me habías prometido.

         Yo me incliné para dárselo pero él no se conformó y, agarrándome de la cintura, me tiró al agua con él, y ahí sí que me dio el beso, pero rápidamente nos separamos porque la situación no era de lo más cómoda para el resto y eso se notaba en el ambiente.

         Después de unas cuantas ahogadillas por parte de Dougie salimos del agua y nos pusimos unas toallas encima para secarnos. El resto había bajado, y con el resto quería decir que Harry y Miriam estaban allí, sin ni siquiera mirarse.

         Pasamos el resto de la mañana y la tarde en la playa. Tom había preparado comida para llevar, y eso era raro, porque técnicamente no había cocina en nuestras habitaciones de hotel.

         Tom, Gio, Dougie y yo nos limitábamos a ser dos parejas felices un día de playa, pero entre Danny, Miriam y Harry la situación no podía ser más tensa. Harry la miraba de reojo y ella se limitaba a mirar al horizonte, a veces a Danny, y cuando Harry no miraba, dirigía su mirada a este último. Danny simplemente sonreía mientras decía tonterías, ¿qué otra cosa iba a hacer? Danny era feliz, y algo grave tenía que pasar para que Danny dejase de reírse o borrase de la cara esa sonrisa que siempre lo acompañaba.

¡Hola pequeños lagartos! Bueno, aquí vengo un día más con un capítulo poco emocionante y demás pero creo que es un capítulo necesario. ¿Si lo quito la historia sigue igual? Sí, pero estos capítulos creo que en el fondo están bien y bueno, no espero que os guste mucho pero aquí os lo dejo, los siguientes supongo que os gustarán más. Me como mucho la cabeza con esto, lo siento.

El segundo punto a tratar del día (os voy a aburrir pero bueno) siento MUCHÍSIMO, no haber subido ni el sábado ni el domingo, de verdad, pero entre que mi padre está de vacaciones (por lo que no tengo ni idea de si podré subir todos los días, ya os digo de antemano que creo que no) y que ayer era el último día de los JJOO y estuve viendo la Maratón, el Baloncesto y la ceremonia pues que no subí capítulo, pero no os preocupéis, tengo tweetlimit (twitter me adora, como comprobaréis) y voy a copiar el siguiente mientras me deja avisaros de que he subido este, así que un día de estos subiré dos caps (no garantizo cuando) por la espera del fin de semana.

Y por último y no por ello menos importante, que MIL GRACIAS por los comentarios, tuve 6 comentarios en el blog (por cierto, antes no se podía comentar como anónimo, ya habilité esa opción) que me hicieron sonreír mucho, era un cap que tenía muchas ganas de subir para ver vuestras reacciones y veo que gustó y os dejó así un poco confusas a todas, pero bueno, ya veréis la historia entre este trío que se ha montado (@McMiriam1D estará encantada)

Y antes de que os durmáis leyendo esto... ¡Os quiere @DearWeirdMaria lagartos!