The Heart Never Lies Capítulo 18

Capítulo 18.- Trabajo cansado.

         Siete y media de la mañana. Mierda, me he despertado media hora tarde. ¿No ha sonado el despertador? Sí, pero lo he apagado y he seguido durmiendo. A pesar de esa media hora de más todavía tengo sueño, y la impresión de que me voy a dormir en cualquier momento. Me levanté de la cama con cuidado, Dougie todavía dormía a mi lado. No quería despertarle, así que, haciendo el menor ruido posible saqué lo primero que encontré en el armario, unos vaqueros claros, una camiseta rosa, chaqueta negra y mis vans negras. Tenía quince minutos para prepararme antes de que Miriam me estuviese esperando abajo.

         Me di una ducha rápida y me vestí corriendo. Bajé a la cocina, cogí una manzana y salí de casa cerrando la puerta sin hacer ruido. El coche de Miriam ya estaba fuera y yo subí cerrando la puerta detrás de mí. Bostecé y dí un mordisco a la manzana.

         -Veo que sales con prisas- dijo mientras arrancaba.

         -Me quedé dormida y estoy que me caigo de sueño, ayer a Danny y a Harry se les ocurrió montar una fiesta.

         -¿Ya lo saben? Lo vuestro quiero decir.

         -Sí, la verdad es que no duramos nada ocultándolo y nos acabó dando igual.

         -Ya lo sabía yo.

         Volví a bostezar y pegué otro mordisco a la manzana, en cuanto llegase al trabajo tenía que tomarme un café, que digo uno, varios, si no me caería de sueño.

         -Necesito un café, no me ha dado tiempo ni a prepararlo en casa. Creo que me voy a quedar dormida en cualquier momento.

         -Tranquila, ya estamos llegando. Hoy puede ser un día muy duro.

         Me sentía mal por Dougie, me había quedado dormida mientras nos besábamos y seguro que no le había sentado bien, pero no pude evitarlo, estaba demasiado cansada.

         Llegamos al trabajo y nada más llegar fui a por un café y me lo llevé a mi mesa, en la que ya había una carpeta con mi próximo trabajo. Tenía que hacer la hoja con los últimos estrenos de cine de la cartelera y la guía de la televisión. Dentro había algunos reportajes de cómo estaba organizado en otro número e hice todo lo posible porque fuera de lo más parecida.

         Llevaba trabajando ya un montón de horas y ya era hora de comer, así que me fui con Miriam a la cafetería a comer. Nos pedimos una ensalada y me pedí otra taza de café. Mientras comíamos llamaron a mi móvil. Lo saqué y al ver quien era lo cogí de inmediato.

         -Hola- le dije con una sonrisa. Miriam me hacía gestos para saber quien era, yo articulé su nombre sin pronunciarlo.

         -Hola cielo, ¿no vienes a comer hoy?

         -No- dije apenada- tengo que hacer unas cuantas páginas en la revista, saldré tarde.

         -Estarás agotada.

         -Demasiado, llevo ya tres cafés y todavía pienso que me duermo. Espero que no se les vuelva a ocurrir montar una fiesta hoy…

         -Tranquila, si se les ocurre nos escabullimos.

         -Por cierto, siento quedarme dormida anoche.

         -No pasa nada, fui un estúpido por dejarme llevar.

         -Te recompensaré, te lo prometo.

         -Eso suena bien… Bueno, te dejo trabajar, haber si así acabas antes.

         -Estoy en mi tiempo libre, puedo hablar.

         -Pero seguro que estás comiendo.

         -Sí, pero puedo hacer las dos cosas a la vez- dije llevándome el tenedor lleno de ensalada a la boca-. ¿Y qué haces tú?

         -Hablar contigo.

         -A parte de eso…

         -Nada, el resto siguen dormidos, yo me acabo de levantar, he pensado en ti y te he llamado.

         -¿Ya no tienes sueño?

         -No, pero si no vienes a comer me prepararé yo algo o me esperaré a que Tom se despierte, que creo que va a ser lo mejor.

         -Seguro que estoy allí para cenar- Miriam señaló su reloj, se estaba acabando nuestro descanso y todavía me quedaba ensalada-. Doug, te dejo, que se me acaba el descanso.

         -Vale, luego nos vemos. Adiós.

         -Adiós- dije y colgué.

         Me empecé a llevar apresuradamente tenedores llenos de ensalada a la boca.

         -No sabes la suerte que tienes por salir con él.

         -Creo que lo empiezo a saber.

         -Oye, ¿qué es eso de que le recompensarás?

         -No se te escapa una ¿eh?

         -Desembucha.

         -Pues que ayer me quedé dormida mientras me besaba.

         -¿Seguro que solo era eso?

         -Seguro.

         -Bueno vamos, se nos acaba el tiempo libre.

         Y cogiendo mi ensalada a la mitad y la suya acabada ya, las tiró a la basura y subimos a seguir trabajando.

         Otro café, miré el reloj mientras esperaba. Seis de la tarde, en una hora saldría de trabajar, aunque todavía me quedaba trabajo para mañana, bastante a tener en cuenta. Saqué el café de la máquina y según trabajando. Otro bostezo. La verdad es que no era la mejor primera semana de trabajo, teniendo en cuenta lo que estaba pasando en esta semana lo mejor habría sido posponerlo a la siguiente. Lo mejor de todo esto, es que tras el incidente con Jerry no había pensado en él, y estaba feliz, no caerían más lágrimas por él. Ahora salía con Dougie a pesar de conocerlo de tan poco, pero sentía que iba a salir bien, que podía ser feliz con él. Esto me hizo sonreír e hizo que las siete de la tarde llegaran antes de lo esperado.

         -¿Sabes? Creo que al menos esta semana de trabajo tendría que estar un poco más… Entusiasmada- la dije a Miriam a la salida.

         -En el fondo lo estás, pero la idea de tener novio es mejor que el trabajo, y más si es como él…

         -¡Eh! No te pases que ahora sale conmigo.

         -Oye, son mis ídolos, no lo puedo evitar. Por cierto, hablando del rey de Roma…

         -¿Qué?

         -Está allí. Supongo que ya no hace falta que te lleve a casa- dijo señalando un coche negro.

         Miré en la dirección de su dedo y le distinguí detrás de la ventanilla del coche. Me despedí de Miriam y me encaminé al coche, pero en vez de pasar al asiento del copiloto, abrí la puerta del conductor y me senté sobre sus piernas. Cerré la puerta a mis espaldas y le planté un fuete beso.

         -No sabía que te alegrases tanto de verme- dijo quitándose sus Ray-Ban negras.

         -Pues claro que sí tonto, de todas maneras era una disculpa por lo de anoche.

         -Ya te dije que no importaba, pero si te disculpas así…

         Le volvía  besar lentamente y luego me senté en el asiento del copiloto.

         -Te quiero llevar a un sitio- dijo arrancando-. Pero es una sorpresa.

         -¿Me vas a dejar con la duda?

         -Sí, me he dado cuenta de que nosotros no hemos tenido una cita como las personas normales.

         -Porque no hacía falta, quizá es que no somos normales, somos distintos.

         -Eso ya lo sabía, pero me gustaría sentirme normal aunque fuese por un rato. Dejar de ser el Dougie Poynter famoso y ser solo yo.

         -Yo nunca he sido famosa, pero me parece buena idea.

         -No tardarás en serlo. En cuanto descubran que sales conmigo. ¿No te han preguntado en la revista?

         -No, me parece un poco raro la verdad.

         -Tú solo tienes que ser sincera, aunque no creo que te limites únicamente a decir que estamos saliendo.

         -Yo creo que tampoco. Me da rabia que se metan en mis asuntos.

         -Bueno… Ya hemos llegado- dijo aparcando hábilmente.

         -¿A dónde me llevas?

         -A la mejor heladería de todo Londres.

¡Hola polluelos! Espero que os guste este capítulo, sé que no es muy emocionante y esas cosas, pero bueno, el siguiente, aunque es un poco más corto creo que os gustará un poquito más, son capítulos por así decirlo de "transición" entre otros capítulos y cosas más importantes que vendrán más adelante. Bueno, os tengo que dar las gracias por los comentarios de ánimo es que me hacéis muy feliz con los comentarios enserio, y como no hay manitas verdes como en metroblog los comentarios tanto por twitter (@DearWeirdMaria) como por aquí me animan y ayudan a que suba antes (ya sabéis que con 3 comentarios yo soy feliz y me entran ánimos de subir). Me despido lagartos, mañana más y mejor (?)